El protagonismo que China ganó en nuestro país y en la región remite a importantes cambios en el sistema económico mundial, con sus inevitables consecuencias en política internacional. La emergencia, con cada vez más fuerza, de la potencia oriental preocupa a quienes ostentaban hasta ahora el dominio del planeta y por lo tanto China aparece como un posible aliado geopolítico para los países latinoamericanos que buscaron salir de la órbita norteamericana.
Pero al mismo tiempo el crecimiento del país asiático no se contrapone de manera directa al funcionamiento del capitalismo globalizado heredado del neoliberalismo sino que incluso profundiza muchos de sus aspectos, dejando a América Latina como proveedora de materias primas con mayor o menor nivel de procesamiento. Continuar leyendo