El principal problema económico de la Argentina es la inflación, que nos ubica (al llegar al 26%) en los primeros puestos del ranking mundial y en el segundo en la región. Sin embargo, hay algo que es todavía peor: los funcionarios públicos no tienen la más remota idea (o la más remota gana) de cómo combatirla de manera seria.
Como consecuencia, Argentina se encuentra en el peor de los mundos ya que sufre, no sólo de una inflación galopante, sino de las consecuencias de los controles de precios, lo que agrava aún más las cosas.