El dólar blue vuelve a ser noticia. Luego de permanecer calmado e incluso deprimido durante la primera parte del año, la cercanía a la fecha de las elecciones y el continuo descontrol monetario colaboran para que su precio se ubique muy cerca de los máximos desde su nacimiento.
Frente a esta realidad, la estrategia discursiva del Gobierno es sencillamente el ninguneo. El jueves pasado, Axel Kicillof se preguntó retóricamente: “¿A quién le afecta la cotización del dólar?”. Durante el fin de semana insistió en la minimización del fenómeno al afirmar que el mercado del blue “mueve menos que la quiniela”.
Las declaraciones no sorprenden. De hecho, es una práctica común dentro del kirchnerismo. En 2012, el entonces ministro Hernán Lorenzino dijo que el dólar blue “no le importa a nadie”, en momentos en que este superaba los $ 10 por primera vez desde la convertibilidad.
Tal vez sea casualidad, pero justo los dos ministros que más devaluaron la moneda desde 2003 nos quieren hacer creer que el dólar no es un problema. Continuar leyendo