En el día de ayer, en la víspera de un nuevo aniversario de nuestra independencia nacional, se conoció un escandaloso video, aparentemente elaborado por oficiales y jefes del Regimiento 6 de Infantería “Gral Viamonte”, con sede en Toay (La Pampa), quienes, espero, en pocas horas dejen de lucir sus uniformes como desagravio a su profana blasfemia contra el Ejército Argentino.
En actitudes distantes de las propias de verdaderos y varoniles soldados, estos imberbes disfrazados de uniforme -y alguno con sotana- han agraviado y bastardeado las armas de la Patria, poniendo de manifiesto una degradación realmente inusitada y una falta de respeto hacia quienes honraron alguna vez las filas de aquellos “Arribeños”, hombres cabales que se batieron contra el invasor en 1806 y otros que los sucedieron, jalonando a lo largo de nuestra historia militar heroicas epopeyas.
Filmado en las instalaciones del cuartel, entre ellas la Jefatura de la Unidad, me pregunto si no es más apropiado para estos improvisados “artistas virales” convivir en prostíbulos de ruta con farola en vez de mancillar el predio de un glorioso Regimiento que supo formar, entre sus integrantes, al soldado Oscar Poltronieri, único conscripto en recibir la máxima condecoración por su desempeño en el combate de Monte Dos Hermanas en la guerra de Malvinas.
Hace algunos años atrás, dignos oficiales del Ejército fueron sancionados, algunos pasados a retiro, por concurrir vistiendo el uniforme a homenajes en memoria de camaradas caídos en la guerra revolucionaria.
¿Contempla el actual Código de Justicia Militar alguna medida para reencausar a aquéllos exhibicionistas que se solazan desnudándose públicamente por YouTube, con música que dista mucho de asemejarse a los acordes y compases de la Marcha de San Lorenzo, Curupaytí, y otras?