Guillermo Fariñas cree que si él muere en un acto de protesta, Cuba podría dejar de ser una dictadura. O, al menos, moverse en esa dirección. Eso es tener una enorme fe en lo que una sola persona puede hacer para terminar con el régimen de 54 años de los hermanos Castro en la isla.
Desde 1983, cuando estuvo en Moscú, Fariñas no salía de Cuba. Ahora lo pudo hacer debido a una nueva ley que permite la salida a aquellos que consiguen una visa de visita.