La memoria es un mecanismo profundo y complejo que no sólo es capaz de traernos las imágenes del más cruento horror que haya vivido nuestra sociedad, sino que además resulta fundamental a la hora de pensar nuestro futuro como país.
Hoy no es un 24 de marzo más. Se cumplen cuarenta años del golpe cívico-militar que dejó marcas por demás dolorosas en nuestra historia que perdurarán por siempre. Sin embargo, creo que es una buena ocasión para señalar que algo tan traumático como lo que vivimos como sociedad ha traspasado las fronteras y que nuestra política de derechos humanos es reconocida en el mundo entero por sus importantes aportes.
A partir del año 2003, la Argentina multiplicó sus esfuerzos tanto en el plano interno como en el internacional en la promoción y la protección de los derechos humanos entendiendo que democracia, desarrollo y derechos humanos constituyen un trinomio indisoluble que forma parte de las políticas fundamentales de las naciones más avanzadas. En el plano internacional se desplegó un conjunto de iniciativas en los más diversos aspectos, entre los que se puede destacar el apoyo y la colaboración con los órganos de supervisión universales y regionales, la presencia de reconocidos expertos argentinos en diversos órganos y relatorías de derechos humanos, así como la activa participación en las iniciativas de prevención del genocidio, entre otras. Continuar leyendo