Más endeudamiento que desendeudamiento

Argentina se encuentra en default selectivo producto de los fallos judiciales en EEUU y el limbo en el que quedaron algunos títulos reestructurados y aquellos que no entraron al canje. No obstante, el gobierno de Cristina Kirchner cumplió puntualmente con la mayor parte de las obligaciones y la cancelación total del Boden 2015 por USD 5.900 millones es una prueba de esa voluntad oficial.

Distinto es hablar de “desendeudamiento”, como pregonan los funcionarios de Economía, pues a la par de los pagos, el Gobierno activa distintos mecanismos para emitir más deuda o bien trasladar esos pasivos a los balances de organismos públicos.

Con las recientes emisiones de títulos Bonar y Bonad la semana pasada, la colocación de deuda pública en 2015 alcanza a unos 161 mil millones de pesos. Si a este monto se le suman pasivos asumidos por el Banco Central, principal asistente financiero de un Tesoro nacional en franco déficit, el endeudamiento del sector público se aproxima a los 350 mil millones de pesos en lo que va del año.

Hasta el 8 de octubre, el Tesoro emitió títulos por $71.687 millones y USD 9.433 millones, si en este último tópico se contemplan bonos en dólares y aquellos en pesos atados a la evolución de la divisa norteamericana (dollar linked). Estos bonos, con una tasa de rendimiento en torno al 27% en pesos, vencen a partir de 2016, con lo que añaden un condicionamiento financiero extra a la próxima administración, que de entrada tendrá que afrontar una coyuntura económica comprometida por factores internos –déficit fiscal, inflación, atraso cambiario, escasez de crédito e inversión- y externos –caída de precios de las materias primas, default selectivo, recesión en Brasil-.

En 2015 el Gobierno decidió cargar con una parte del costo de su desequilibrio presupuestario con nuevos títulos soberanos, a diferencia de años anteriores en los que trasladaba el déficit a organismos descentralizados como el Banco Central, la ANSES o el PAMI, a través de la suscripción de letras del Tesoro o adelantos transitorios.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destaca que “el deterioro fiscal evidenciado entre 2009 y 2014 corresponde paradójicamente con el periodo en que adquiere relevancia la asistencia financiera recibida por el Tesoro del ANSES y BCRA para financiar su gasto. Dicha asistencia, que se compone por un lado de la transferencia de utilidades que el BCRA captura básicamente por la devaluación del peso y por el otro de las generadas por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES, se registra actualmente como parte de los ingresos corrientes bajo la denominación ‘Rentas de la propiedad’”, en la Base Caja que informa la Secretaría de Hacienda.

Aunque su uso tiene menor incidencia este año, el Palacio de Hacienda no abandonó ese recurso, pues tomó fondos del BCRA, y también partidas de la ANSES al colocarle letras por unos 16 mil millones de pesos y 502,6 millones de dólares. “Los ingresos bajo este concepto llegaron en el 2014 a representar un 2,7% del PBI, en contraste con su nula participación del 2004”, subraya el IARAF. Las Rentas de la propiedad surgieron en el 2006, en carácter de recursos “extraordinarios”, pero “han ido adquiriendo mayor preponderancia dentro de los ingresos totales, en detrimento de las fuentes tradicionales de fondos, llegando en el 2014 a representar un 12% de los ingresos del Gobierno nacional”.

Deuda “cuasi fiscal”

En el pasivo del Banco Central es notorio en 2015 el incremento de los montos de Letras y Notas (LEBAC y NOBAC) por 86.842,2 millones de pesos. El ítem de bonos del BCRA aumentó 30,8% de $282.135,2 millones al cierre de 2014 a $368.977,5 millones el 30 de septiembre pasado.

También hay que tener en cuenta el endeudamiento con el exterior que significa la activación de todos los tramos del “swap” con el Banco Central de China, en yuanes equivalentes a 11 mil millones de dólares. Entre octubre y diciembre de 2014 se ingresaron a las reservas internacionales USD2.414 millones, mientras que los otros USD 8.586 millones se acreditaron este año.

El ítem “Otros pasivos”, en el que el Central “calza” los yuanes en reservas -además de otros ingresos menores al activo- aumentó entre enero y septiembre unos $98.474 millones, que al tipo de cambio vigente son unos USD 10.462 millones. En el balance de la entidad que preside Alejandro Vanoli, el aumento de los montos por LEBAC, NOBAC y “Otros pasivos” asciende en los primeros nueve meses de 2015 a 185.316 millones de pesos.

Así, entre emisiones del Tesoro ($160.926 millones) y pasivos del BCRA el endeudamiento del sector público se expandió en poco más de nueve meses unos 346.242,2 millones de pesos.

Hay coincidencia entre este endeudamiento y las estimaciones de déficit fiscal para este año, que las consultoras ubican en un rango de 6 a 8 por ciento del PBI. Un estudio elaborado por Lucio Castro y Walter Agosto, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), estima que en 2015 el déficit fiscal totalizará unos $388.000 millones, un 30% más que el desequilibrio previsto en el proyecto de Presupuesto 2016, que establece un rojo financiero de 293.486 millones de pesos.

El Ministerio de Economía informó al cierre del primer semestre de 2015 un PBI en pesos de 5,44 billones ($5.441.469.629.000) o de USD 607.848 millones, según el tipo de cambio oficial de referencia de 8,952 pesos.

Con una estimación optimista de crecimiento de 0,5% del PBI en el tercer trimestre, más una inflación en torno al 6% en el período, el PBI argentino se acerca a 5,8 billones de pesos. Una emisión de deuda del orden de los $346.242,2 millones, por todo concepto, alcanza el 6% del PBI, sin contabilizar aún la expansión de los tres últimos meses del año, que son los que estacionalmente más erogaciones demandan del Estado. La cifra es a la vez un indicador aproximado del nivel de déficit financiero que puede alcanzar el sector público este año.

En las reservas ya hay más yuanes que dólares

Hace casi un año, el 29 de octubre de 2014, las reservas internacionales del Banco Central se situaban en un nivel parecido al de hoy, en 27.346 millones de dólares. El 1° de octubre del año pasado Alejandro Vanoli asumió la presidencia de la entidad en reemplazo de Juan Carlos Fábrega con el firme objetivo de sostener el nivel de activos a través de un recurso que se había usado escasamente en el pasado, la firma de acuerdos de “swap” o intercambio de monedas con otros bancos centrales del mundo.

Así, el 30 de octubre de 2014 se activó el primer tramo del “swap” rubricado con el Banco Central de China, por el equivalente en yuanes a 11.000 millones de dólares. Entonces, el 80% de las reservas del BCRA, o poco menos de USD 22.000 millones, estaban nominados en dólares estadounidenses, que incluían fondos netos, depósitos bancarios como encajes o títulos realizables en dólares, como bonos del Tesoro de los EEUU.

Con el transcurso de los meses dicha relación fue retrocediendo a menos de la mitad, pues se utilizaron los dólares para pagar deuda pública o surtir de billetes a los minoristas para ahorro y turismo. Mientras tanto, esa salida de dólares del sistema financiero local se compensó con el ingreso de yuanes prestados, divisas que en el mundo no son consideradas como reserva de valor o moneda “dura”.

El pago final del BODEN 2015 este lunes, por unos USD 5.900 millones, asestó un golpe a los cimientos del activo del BCRA, que pasó el último año reemplazando dólares genuinos, ganados a fuerza de exportaciones -es decir, trabajo argentino-, por yuanes ingresados a través de asientos contables.

“La Argentina ha cerrado el último capítulo del gran endeudamiento argentino. Argentina ha pagado íntegramente el BODEN 2015”, ponderó la presidente Cristina Kirchner por cadena nacional. Aquella emisión la llevó adelante el gobierno de Néstor Kirchner en 2005 para cubrir los préstamos de dólares que hizo Venezuela a la Argentina, cuando el país aún lidiaba con los bonistas luego del default más grande de la historia. Por ello, la mandataria destacó que “es la primera vez que un gobierno que emite una serie de bonos de endeudamiento es el mismo que los paga y no se los deja a otro”. Sin embargo, queda pendiente otra deuda: la que se oculta en el deteriorado balance del BCRA.

A la fecha, ya activado el total de los tramos del “swap” chino, esos yuanes por USD 11.000 millones significan el 39,7% del total de los activos internacionales del BCRA, en USD 27.713 millones, según datos provisorios, tras el pago del BODEN 2015. Las tenencias de oro en reservas, por unos U$S 2.250 millones, representan ahora un 8,1% del total, mientras que los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI (alcanzaban unos USD 2.880 millones al cierre de agosto) son un 10,4 por ciento.

Si a los activos en moneda extranjera (en divisas convertibles) declaradas por el BCRA descontamos los yuanes, los euros equivalentes a unos USD 1.600 millones (un 6,3% del total) y omitimos las posiciones marginales en otras divisas como la libra esterlina, las tenencias de dólares (en divisas y bonos) ascienden a unos USD 10.000 millones (35,4% del total) por debajo del monto del “swap” chino, lo cual sitúa a los yuanes como el activo de mayor peso dentro de las reservas internacionales de la Argentina.

La dolarización impulsa una “fiesta” financiera

Es una “fija” en la Argentina: en períodos preelectorales la actividad financiera se inclina en dirección al dólar o activos que respaldan sus cotizaciones en moneda “dura”. Indicio de eso fue el salto del “contado con liquidación”, el precio del dólar derivado de la compra de acciones en pesos en la Bolsa local, para venderlas en el exterior en dólares. El “liqui” concluyó el semestre a $12,87, con un alza de 10,4% respecto de los $11,66 con los que cerró 2014. El dato sobresaliente fue la aceleración de este recorrido alcista en junio, que puede ser un adelanto de la dinámica que tomará hasta fin de año, siempre bajo la influencia de la contienda política por el recambio presidencial. Sólo en el último mes, el “liqui” avanzó 9,6% (desde $11,74 a fin de mayo).

En el contado con liquidación replicó más bien el encarecimiento en pesos de las acciones argentinas en el primer semestre, pues las cotizaciones en dólares mostraron desempeños claramente inferiores. En la Bolsa porteña, YPF gana en 2015 un 12,1% (de $315 a $353); Grupo Galicia, 33% (de $18,50 a $24,60), mientras que Tenaris, con fuerte presencia en el extranjero, cayó 3,6% (de $182 a $175,50), afectada por la devaluación del euro y otras divisas de países donde está instalada la siderúrgica. En Wall Street, YPF acumula ganancias de 3,6% en el año (de u$s26,47 a u$s27,43), Grupo Galicia avanza 18,3% (u$s15,89 a u$s18,79), mientras que Tenaris resta 10,6% (u$s30,21 a u$s27,02).

Prueba de esta “fiesta” financiera que atraviesa el mercado local es el progreso semestral de 35,9% en pesos del panel líder Merval, entre dos y tres veces la tasa de inflación del período.  La misma senda de cobertura dolarizadora se trasladó a la negociación de títulos públicos: en junio la tasa de cambio reflejada en la transacción con bonos saltó 12,9%, desde 11,51 a 13 pesos. En primer semestre el llamado dólar MEP (Medio Electrónico de Pagos) ganó un modesto 5,3%, similar al 6,3% que avanzó el dólar oficial, según su cotización mayorista (de $8,5525 a $9,0875).

El Boden 2015, la emisión en dólares que vence el 3 de octubre próximo, trepó 12,8% en junio y fue el título que más negocios concentró en la Bolsa y el Mercado Abierto Electrónico (MAE). Y aún en default “selectivo” desde hace un año, el Discount en dólares con ley de Nueva York acumula una suba de 25% desde el cierre de 2014.

En junio también destacó la ganancia de 5,6% para el dólar “blue”, desde $12,65 a $13,40, aunque en el recorrido de 2015 la divisa informal pierde 4,5% y es una mala inversión. La explicación de esta baja es la opción de los ahorristas por los dólares para atesoramiento que la AFIP autoriza este año con más generosidad que en 2014. En junio la venta de dólar “ahorro” fue récord, por u$s512 millones, mientras que en el primer semestre acumuló u$s2.856 millones, casi lo mismo que en todo 2014 (u$s2.965 millones). Si se le suma el concepto “turismo”, el público minorista captó desde enero último más de 3.000 millones de dólares.

Más divisas por deuda y rebote de los granos

Atenuó la presión sobre la tasa de cambio la mejora en el nivel de reservas internacionales del Banco Central, que contabilizan u$s33.836 millones, unos 553 millones más que el cierre de mayo, con un crecimiento de u$s2.403 millones en lo que va de 2015. La recuperación de reservas se debió al endeudamiento en moneda extranjera encarado por el Tesoro nacional e importantes distritos como la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; también por los yuanes que ingresaron a las arcas del BCRA por el “swap” con China, la colocación de bonos en dólares de YPF e inversiones extranjeras, como las que realizan las empresas de telecomunicaciones para la incorporación de la tecnología 4G. Sin embargo, no puede soslayarse el pago por u$s6.300 millones del Boden 2015 que se efectuará poco antes de las elecciones presidenciales y que impactará en el activo de la entidad monetaria.

Otro factor que contribuye a serenar la ansiedad por los dólares es la mejora en el precio de los granos y sus derivados industriales, los principales productos de exportación de la Argentina, que significan la tercera parte de las ventas externas del país y son una fuente genuina de divisas.

En junio la soja se disparó en el mercado internacional un 11%; el trigo, 29%, y el maíz, 20 por ciento. Si bien los precios actuales, que en el caso de la oleaginosa se ubican en torno a los u$s380 por tonelada, son sensiblemente inferiores a los de 2014, ya alcanzan su valor más elevado del año. Esta mejora permitió a la entidad monetaria comprar más de u$s1.000 millones en el mercado mayorista durante el sexto mes del año, luego de los casi u$s700 millones adquiridos en mayo.

En ese aspecto, la previsión de una cosecha récord por encima de 110 millones de toneladas para la campaña 2015/2016 también garantiza una base de ingresos apreciable para afrontar el primer año del próximo Gobierno.

Las reservas tuvieron la mayor alza mensual en 8 años

Abril de 2015 fue uno de los mejores meses para el balance del Banco Central. Las colocaciones de deuda del Tesoro y de YPF generaron un ingreso de divisas infrecuente desde que el Gobierno estableció restricciones al mercado de cambios a fines de 2011, muy oportuno además por el declive de la liquidación de exportaciones de la agroindustria.  Las reservas internacionales de la entidad que preside Alejandro Vanoli treparon unos u$s2.411 millones el último mes, el mayor incremento mensual desde junio de 2007, hace casi ocho años, cuando se contabilizaron 2.576 millones de dólares. Así regresaron al nivel de octubre de 2013.

Desde que hay “cepo” los dólares comerciales fueron la principal fuente de abastecimiento de divisas para sostener importaciones, pagos de deuda y demanda para ahorro y turismo. En 2015, el Gobierno viró su postura refractaria a endeudarse en el mercado y empezó a demandar divisas financieras, con lo que logró con creces alcanzar su objetivo de estabilizar la plaza cambiaria, aunque debió resignarse al pago de una elevada tasa de interés en dólares cercana al 9% que casi en totalidad deberá ser asumido por los próximos gobiernos.

El último 23 de abril el BCRA informó que las reservas habían aumentado u$s1.247 millones, que formaban parte de los u$s1.415 que alcanzó la colocación del Bonar 2024 del 21 de abril. Por la inyección de las Obligaciones Negociables de YPF, entre el 28 y el 29 de abril se sumaron otros 1.221 millones. En el caso de la petrolera, la emisión de deuda superó a la del Tesoro, pues alcanzó u$s1.500 millones, y lo aventajó en tasa de interés: 8,5% contra 8,956% anual en dólares, a diez años.

En los seis meses anteriores, desde la asunción de Vanoli, los activos fueron sostenidos por los yuanes captados a través del “swap” con el Banco Central de China. Estos fondos, sin embargo, constituyen préstamos que los analistas financieros no contabilizan como reservas netas. También discriminan los depósitos en moneda extranjera en el sistema financiero local (encajes), Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, préstamos de organismos internacionales y multilaterales, los CEDIN y otros pasivos, por cuanto afirman que las reservas reales son la mitad que el monto informado en reportes oficiales.

Con los dólares ingresados a cambio de títulos soberanos y de YPF mejora esta ecuación. De acuerdo con un estudio elaborado por el economista Nicolás Dujovne, las reservas en octubre del año pasado tenían un nivel neto que representaba el 66% del total de los activos internacionales. En marzo de este año esa proporción se había reducido al 45 por ciento. Con esta dinámica, la semana pasada las reservas netas se recuperaron hasta un 53% del total de activos internacionales, unos 18.000 millones de dólares. Debe recordarse que las reservas internacionales representan apenas un 26% del total del activo del BCRA, integrado principalmente por títulos en dólares y pesos entregados por el Tesoro nacional a la autoridad monetaria a cambio de efectivo para pagar deuda o cubrir gasto corriente.

En ese sentido, un informe de Empiria Consultores resalta que “las colocaciones del Bonar 24 y de YPF reforzaron las reservas en el momento del año en que ello era menos necesario, aunque tal vez deban ser usadas para cancelar parte del fondeo cosmético que recibió el BCRA. Por otra parte, el BCRA podría utilizar esta abundancia relativa reforzada por las colocaciones de deuda para aliviar las restricciones a las importaciones. Endeudarse para mantener un atraso cambiario insostenible es una muy mala receta, que solo tiene explicación con sentido electoral”.

Más deuda, menos dólares comerciales

Desde el “cepo”, la principal fuente de divisas para las arcas del Central fueron sus compras en el mercado mayorista, donde se liquidan las exportaciones y los escasos créditos e inversiones del exterior. En este sentido, el deterioro de la balanza comercial en 2015, en particular por la caída de precios internacionales de los granos, permitió a la entidad acumular en abril un saldo positivo de unos u$s1.400 millones, un monto reducido si se contempla que ese mes, junto a mayo y junio, concentran las ventas del agro y constituyen el trimestre más fuerte para la llegada de dólares a la economía local.

La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales comunicaron que sus empresas asociadas liquidaron exportaciones por unos u$s5.039,1 millones desde que comenzó el año. La cifra es 31,4% inferior a la del mismo período de 2014, explicada por la caída de cotizaciones de estos productos, que totalizan un tercio de las ventas al exterior. “Sería una paradoja que se reemplacen los dólares perdidos por la caída en el precio de las commodities por dólares financieros que permitan sostener por un tiempo una paridad cambiaria real inadecuada”, señaló Daniel Artana, economista Jefe de la Fundación FIEL.

La notoria alza de reservas no implica el fin de la restricción externa. Aunque el país está en default técnico y los acreedores reestructurados continúan sin cobrar intereses de títulos Par y Discount, las divisas serán necesarias para la amortización de capital e intereses de Boden 2015, el 3 de octubre. El principal vencimiento de deuda del año, por unos u$s6.300 millones, aún obliga a una ajustada transición en materia cambiaria.

El mercado financiero se adelanta a la economía real

El primer trimestre del año dejó un cúmulo de datos financieros mixtos, que analizados en detalle permiten anticipar un panorama más auspicioso para la Argentina en el segundo trimestre del año y aún hacia el cierre de 2014, sin que esta evaluación oculte que la actividad económica sigue en “señal de ajuste”.

El mercado cambiario genera noticias inquietantes, aunque analizar los indicadores argentinos desde la perspectiva del dólar puede decir más del pasado que del futuro. Hacerlo en base a la evolución de la cotización de los activos, en cambio, ayuda a anticipar el curso que tomará la economía, si bien esta perspectiva está sujeta a la volatilidad de las expectativas de los agentes bursátiles.

Del lado negativo del balance, las reservas del Banco Central perdieron un preocupante 12% en el primer trimestre del año y quedaron debajo de los u$s27.000 millones, según datos definitivos de la entidad al 27 de marzo. Los u$s3.660 millones que se evaporaron del activo representan el monto más elevado desde los u$s6.528 millones del primer trimestre de 2006, cuando se efectuó la cancelación total de la deuda con el FMI. Claro que entonces las reservas se encontraban en una firme progresión alcista que permitió recuperar el terreno perdido en apenas 10 meses, mientras que hoy un escenario optimista se confirmaría con frenar la sangría de divisas hasta diciembre.

El piso para las reservas puede estar cerca, después de que se redujeran prácticamente a la mitad (-48,8%) desde el récord de enero de 2011 (u$s52.654 millones). Las liquidaciones de exportaciones del agro en el segundo trimestre, más los u$s3.500 millones que eventualmente no se destinarán al pago del Cupón PBI, ayudarán a compensar la salida de divisas por importaciones de energía y del rubro industrial. También lo harán los dólares que ingresarán por la colocación de obligaciones negociables de YPF y préstamos del BID y el Banco Mundial, entre otros conceptos.

El giro de política económica del Gobierno fue contundente e incluyó el acuerdo con Repsol, las tratativas con el Club de París, la aceptación de pago a empresas litigantes ante el CIADI, el acercamiento al FMI y el sinceramiento de las estadísticas oficiales. Si bien la mejora del perfil financiero de la Argentina no necesariamente se advertirá a la vez en la economía real, golpeada por el estancamiento, la inflación, la devaluación y el ajuste –que aún recae sobre el sector privado más que en el público-, puede anticipar un panorama favorable en próximos meses.

Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la Bolsa de Comercio, destaca que “es la primera vez que el ajuste lo hace el Gobierno saliente” y no una administración que recién llega al poder. Este cambio refuerza las apuestas bursátiles por un repunte a partir de 2015 en la actividad en general y en los activos locales en particular. Para Jorge Fedio, experto de Clave Bursátil, “la Bolsa festejó que algo de caja queda y, mucho más, que comienzan a visualizarse cambios que lucen serios. Son por los que la Bolsa apuesta: cambios en este Gobierno para que termine lo mejor posible y también cambios para los que pretendan tomar el gobierno después de Cristina”.

Entre enero y marzo, las acciones del Merval subieron 18,2% en promedio, el doble que el dólar libre (+7,6%). Le ganaron a la inflación y se aproximaron al incremento del dólar oficial (+22,7%), fortalecido éste por la devaluación de enero, la mayor en doce años. En tres meses, Grupo Galicia acumuló un alza de 29,7% en pesos -en el Merval- y de 17,8% en dólares -en Wall Street-. Telecom ganó 20,2 y 10,6 por ciento, respectivamente, y Tenaris subió 16,3% en pesos y 1,3% en dólares. Germán Fermo, titular de MacroFinance y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Di Tella, anticipó “un rally voluptuoso para la Argentina, que creo que en estos días lo empezamos a ver”.

YPF, la compañía más grande del país, avanzó un magro 6,4% en el Merval y cayó 4% en Nueva York. No obstante, habrá que seguir de cerca este papel, que desde ahora pasa a tener la mayor ponderación del panel líder, pues la captación de dólares para inversiones en Vaca Muerta, el incremento del precio de los combustibles y el decidido respaldo oficial con el que cuenta por su participación estatal van a darle un importante impulso a la empresa que preside Miguel Galuccio, que asume el rol protagónico en la batalla contra el déficit energético.

Otro ítem que dará aire a las cuentas públicas es el precio de la soja, en su nivel más alto en seis meses y medio, a u$s537 por tonelada para los contratos a mayo. De la mano de una esperada cosecha récord en la campaña que finaliza en junio, la oleaginosa y sus derivados hacen un doble aporte: ingresan dólares por exportaciones a las arcas del BCRA y contribuyen al fisco con las retenciones.

Los títulos públicos soportaron el arrastre negativo por la improbabilidad de pago del Cupón PBI este año: el precio en dólares del Bonar X subió 5,8% en marzo, igual que el Global 17, mientras que el Boden 2015 cedió un mínimo 1,4% mensual. Al riesgo país argentino, es decir la sobretasa que pagan los títulos soberanos nacionales en comparación a sus pares de los EEUU, le falta recorrido bajista: está cerca de sus nivel más bajo del año, en 800 puntos básicos, aunque aún es el más elevado de la región detrás de Venezuela.

Septiembre, el mes más difícil para las reservas

En septiembre el Banco Central tendrá que afrontar con reservas pagos de capital de deuda por u$s2.361 millones, más u$s394 millones por vencimiento de intereses, según consigna la Secretaría de Finanzas. Estos u$s2.755 millones que se cancelarán en divisas extranjeras se deben principalmente al pago de capital e intereses del Bonar VII por u$s2.070 millones que se concretará el jueves 12. También se efectuarán pagos de intereses de bonos Par 38 en dólares, euros y yenes (el lunes 30) y del Bonar 2019 (u$s43,26 millones, el día 15).

Algunos analistas financieros aseguran que la caída de reservas será parcial, porque una proporción importante de estos títulos soberanos está en cartera de organismos públicos, como el Bonar VII. Mientras los dólares sigan depositados, no modificarán los números del BCRA. También se descuenta que los dólares percibidos por bancos y compañías de seguros, que cuentan con este bono entre sus activos, permanecerán en el sistema y no afectarán el haber del Banco Central. Otra porción podría destinarse a la adquisición de bonos del llamado “tramo medio” de vencimiento, como el Boden 15, debido a que muchas empresas e inversores no les conviene quedarse con billetes, que en sus balances quedarán contabilizados al tipo de cambio oficial. En cualquier caso, las reservas no quedarán indemnes ante la elección de muchos tenedores por quedarse con los dólares físicos.

Este cumplimiento del Bonar VII no corre riesgo alguno por la disputa con los holdouts en Nueva York, pues se trata de un auténtico bono “kirchnerista”,  emitido en septiembre de 2006 bajo legislación argentina.

El Banco Central está obligado a preocuparse por la pérdida de reservas líquidas este año, aún cuando por la reforma de su Carta Orgánica, la entidad eliminó los “resabios de la convertibilidad” que imponían contar con los dólares suficientes para respaldar la base monetaria al tipo de cambio oficial, hoy en 5,71 pesos. Por eso, mientras que las reservas descendieron un 15,2% en el año, unos u$s6.570 millones, la entidad monetaria impulsó una apreciación de dólar mayorista en proporción similar, de 15,9% desde enero.

Las reservas internacionales tocaron su máximo el 26 de enero de 2011, en u$s52.654 millones, pero la utilización de divisas del Central para pagar deuda, a través del Fondo de Desendeudamiento Argentino, las redujeron en u$s15.934 millones, un 30,3%, hasta los presentes 36.720 millones. Ya a mediados de noviembre de 2011, los dólares de la entidad dejaron de cubrir los pesos de la base monetaria, cuando entonces se puso en práctica la restricción al mercado de cambios minorista.

El peso de la deuda

La presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, salió del mutis mediático la última semana para argumentar ante la opinión pública sobre la solidez del nivel de reservas, que son elevadas en un análisis histórico, pero con una progresión bajista tan abrupta como no se observaba desde 2001. Por radio Nacional aseguró que las actuales reservas son suficientes “para garantizar poder pagar la deuda e importar” y “conjurar cualquier jugada especulativa que nos quieran imponer en el mercado de cambios”. En el mismo sentido, señaló a Telam que el nivel “es el adecuado para llevar adelante la política cambiaria” y que posibilitó que “la deuda en moneda extranjera con tenedores privados cayera del 105% al 8,3% el PBI“, desendeudamiento que en los últimos dos años fue sostenido exclusivamente por el aporte de la entidad.

Sin embargo las cifras indican que septiembre será el período del año con mayor presión sobre las reservas por los vencimientos de deuda con acreedores privados y organismos internacionales. En el año, este concepto, así como el retiro de depósitos en moneda extranjera de los bancos (que se contabilizan como activos del Central), la devolución de préstamos internacionales y la caída del precio del oro afectaron la hoja de balance de la entidad que conduce Marcó del Pont. Aunque no hay una relación exacta entre la pérdida de reservas y el pago de vencimiento de capital e intereses de deuda en moneda extranjera, en la mayoría de los casos los meses con mayor monto cancelado también fueron los de más drenaje de divisas del BCRA.

En enero los activos cedieron u$s759 millones y se pagaron bonos en moneda extranjera por u$s282 millones. En febrero perdieron u$s922 millones (con cancelaciones por u$s258 millones), en marzo restaron u$s1.163 millones (con cancelaciones por u$s1.111 millones) y en abril cayeron u$s914 millones (con pagos por u$s1.432 millones).

En mayo las reservas del BCRA cedieron u$s981 millones, con pagos por u$s560 millones y junio fue el mes con mayor pérdida de activos: u$s1.546 millones, con pagos de deuda por 1.004 millones de dólares. Julio fue el único mes del año en el que los activos del Central subieron: u$s44 millones, con pagos de deuda por 133 millones. En agosto, las reservas volvieron a ceder u$s248 millones, poco menos que los vencimientos, por 290 millones.

Septiembre tiene casi u$s2.800 millones en vencimientos, el doble que abril, que fue el anterior mes del año con mayor cantidad de divisas comprometidas en estos pagos. En esta progresión, dicho monto anticipa un importante e inevitable sacrificio de reservas, que caerán en 2013 por un total sin precedentes desde el comienzo de la administración kirchnerista.