La soja se recupera y llega a lo más alto del año

Mientras el Gobierno concentra los esfuerzos en reprimir los movimientos del mercado financiero para posicionarse en dólares, en una apuesta previsible siempre que en la Argentina se acercan las elecciones, desde la economía real el complejo agroindustrial contribuye con fundamentos para calmar las expectativas respecto del necesario ingreso de divisas.

Los reportes sobre demanda global y los informes oficiales en los EEUU sobre estado de los cultivos en el país norteamericano respaldaron la reciente recuperación de cotizaciones para los granos y derivados, principales productos de exportación de la Argentina. Los contratos de la soja en el mercado de Chicago alcanzaron este lunes los u$s375 y u$s383 por tonelada para las entregas en noviembre –la posición más negociada- y en julio, respectivamente.

En un escenario local de atraso cambiario que se suma a la generalizada caída de precios de 2014, el campo efectuó en los últimos meses ventas acotadas. Sin embargo, al comparar las liquidaciones de exportaciones por granos y derivados se observa una desaceleración de dicha caída interanual a un 17%, con ventas externas por u$s11.914,6 millones entre el 2 de enero y el 10 de julio de este año. Esta pérdida de ingresos de divisas había superado el 30% en el primer cuatrimestre.

“En el marcado local los precios de la soja comenzaron a moverse a mayor ritmo, trasladando en mayor proporción la suba (internacional) de la soja. De todas formas estamos lejos de estar en paridad, pero al menos la diferencia se recortó. Ello ocurre porque ya hay menos necesidad de venta de productores y la oferta a 2.000 pesos por tonelada está desapareciendo”, explicó Dante Romano, de Austral Agroperspectivas. En ese valor local incide el precio internacional en dólares, al que se le descuenta el 35% de retenciones que percibe el fisco y se lo multiplica por el tipo de cambio oficial, que le devuelve al productor un valor en pesos por sus ventas que representa la mitad del que perciben en dólares sus competidores en el exterior.

“Los productores están a la expectativa de que haya alguna medida oficial, ya sea reducción de retenciones, aperturas de cupo de exportación o acaso estén esperando que haya una devaluación, que les permita compensar esa baja de precios y recuperar parte de esos ingresos perdidos”, indicó a InfobaeTV el economista Matías Carugati de Management & Fit.

El mercado de granos resistió mejor que el petrolero la sacudida de precios originada por la reciente crisis de Grecia y la volatilidad bursátil en China, pues el barril de crudo cayó 13% en las últimas cuatro semanas. El país asiático es el mayor comprador de soja del mundo y aceleró las importaciones de la oleaginosa al considerar bajas las cotizaciones gracias a la provisión abundante de los países sudamericanos. Las importaciones de junio fueron las más altas de este año: crecieron 26,6% interanual y saltaron 32% respecto de mayo, para poner un tranquilizador piso al mercado. En el primer semestre de 2015 las compras chinas de soja aumentaron un 2,8% interanual.

En un análisis para Agrositio, el experto Manuel Alvarado Ledesma expresa que hay motivos “para un mayor optimismo” debido a la “mayor firmeza” de la plaza internacional de granos, por cuanto “son muy grandes las posibilidades para afirmar que la tendencia bajista ha finalizado”. La calidad de los cultivos norteamericanos en la presente campaña, inferior a la prevista, impulsó dicha reversión. “Frente a un futuro inmediato, con una demanda mundial creciente, la oferta deberá soportar la presión de la primera. Por eso, nos inclinamos a pensar en que hemos empezado a transitar una suave tendencia de precios internacionales en suba. Obviamente, con altibajos”, subraya Alvarado Ledesma.

En el caso del maíz, los contratos para diciembre se recuperaron a u$s177,84 por tonelada, el precio más elevado de 2015 y un 15,8% más que en julio de 2014, cuando ya estaba asimilado el profundo declive de cotizaciones de mediados del año pasado. En el trigo, la posición para septiembre se situó en u$s211,55 por tonelada, un valor que no es el más alto del año, pero es apenas inferior al de julio de 2014 y al de enero de 2015, después de  marcar pisos en mayo.

Estimaciones privadas ubican en unos u$s5.000 millones el valor de la producción del agro remanente de liquidar este año y que se sumará a la cosecha récord de 106 millones de toneladas proyectada para la campaña 2015/2016. De sostenerse los actuales valores de mercado ese stock significará un apreciable alivio de dólares para la complicada situación económica que tendrá que administrar el sucesor de Cristina Kirchner.

Diez buenas noticias para el corto plazo

Mucho se abundó en los últimos meses sobre los desequilibrios que lega el gobierno de Cristina Kirchner a su sucesor: déficit fiscal, atraso cambiario, Banco Central descapitalizado y endeudado, default selectivo, inflación de dos dígitos, estadísticas fraguadas, una intrincada trama de subsidios, “cepo” cambiario, entre otros puntos conflictivos que condicionarán la economía en los próximos años. Más allá de los pesados problemas que el Gobierno se esmera en “heredarle” al próximo Presidente, en los últimos días se sucedieron varias novedades en materia financiera que permiten delinear una transición política sin convulsiones, aún con la economía en recesión.

En el listado de 10 buenas noticias que los mercados financieros traen a la Argentina para el corto plazo hay que enumerar:

1) Emisión de Bonar 2024. Después del fracaso de la colocación de diciembre (menos de u$s300 millones), el Tesoro obtuvo del mercado unos u$s1.400 millones, una revancha frente al fuerte obstáculo que impone el fallo del juez Thomas Griesa en EEUU. Argentina deberá pagar tasas muy elevadas, de 8,9% anual en dólares, por encima de las que se le exigen a otros países de la región como Brasil (3,5%), Chile (1,8%), Paraguay y Uruguay (4%) o Bolivia (5%). Esa inyección de dólares caros es, de todos modos, un alivio para contener tensiones cambiarias.

2) Colocación de deuda de YPF. La petrolera YPF emitió u$s1.500 millones en bonos a diez años, bajo ley de Nueva York, a una tasa de interés fija de 8,5%, levemente inferior a la colocación soberana. Además del bienvenido ingreso de divisas en las próximas semanas, el aval del mercado a la petrolera es imprescindible para reactivar el programa de inversiones de la empresa más grande del país, en medio de un déficit energético cuya fecha de caducidad es una incógnita y un lastre para los próximos años.

3) Reservas en alza. Los activos internacionales del Banco Central se sostienen sobre los u$s32.000 millones, una cifra apreciable, aunque a cuenta de ingresos por emisión de deuda soberana y corporativa a elevadas tasas o préstamos como el “swap” con el Banco Central chino y divisas de los bancos de Francia y Basilea. Estos fondos ayudan a dispersar en lo inmediato las expectativas devaluatorias y permiten flexibilizar la restricción a las importaciones, el principal escollo para el crecimiento de la actividad industrial. También apuntalan las reservas los dólares que no están cobrando los acreedores de deuda reestructurada debido al default selectivo que ya lleva nueve meses.

4) Caída del déficit energético. La impresionante baja de los precios internacionales del petróleo y, en menor medida, la caída de la actividad económica local, posibilitan una reducción a la mitad del rojo de la balanza energética, que en 2014 superó los u$s8.000 millones, en un año en el que languidece el superávit comercial argentino. El barril de crudo se aproximó a 60 dólares, su valor más alto de 2015, aunque un 44% por debajo de la cotización de 12 meses atrás.

5) Cosecha récord. El clima favorable habilita para la presente campaña una producción agrícola récord en Argentina. Los importantes rindes globales presionan a la baja los precios, que aún se aferran a niveles elevados en la comparación histórica. El Ministerio de Agricultura y la Bolsa de Cereales de Rosario coincidieron en cifrar en 59 millones de toneladas la cosecha de soja 2014/2015, cuya recolección concluye en julio. La oleaginosa es en la práctica sinónimo de dólares, pues se exporta casi en su totalidad como granos o derivados industriales (aceites, harinas, residuos). Aún con una sensible pérdida de valor en soja (-33% interanual), maíz (-26%) y trigo (-28%), el agro garantizará este año ingresos anuales en torno a los 20.000 millones de dólares.

6) Dólar estable. El Gobierno utiliza el atraso cambiario como instrumento para contener la inflación y, en la medida que el ingreso de dólares a las arcas del BCRA lo permite, libera divisas para importaciones, atesoramiento y turismo. Las ventas de dólar “ahorro” también ponen un techo al precio del dólar “blue”, que cede 9% desde que empezó el año. Con alta inflación, Argentina se encarece a través de esta “apreciación real” del peso frente al dólar, pero consigue una calma cambiaria que es inusual en períodos electorales y despeja por el momento la inquietud por una pronta devaluación.

7) Rally del Merval. En 12.400 puntos, el indicador líder de la Bolsa de Comercio se ubica en un puntaje cercano a su máximo histórico (12.593 puntos, el 29 de septiembre de 2014) que significa, desde la percepción financiera, un respaldo a los activos argentinos a través del valor que les atribuyen. Al dividir los 12.409 puntos por el dólar implícito en transacciones bursátiles ($11,89 del “contado con liquidación”) queda un Merval por encima de los 1.000 puntos medido en dólares, un registro sin precedentes. Es clara la apuesta de los traders e inversores por un giro en la política económica a partir de 2016 que promueva el ingreso de capitales, pues el mercado se adelanta y alimenta de expectativas además de operar según datos de coyuntura.

En el exterior, los precios en dólares de las compañías argentinas se mantienen firmes gracias al potencial que se les observa en el futuro más que a sus balances trimestrales. En 2015 el ADR de Grupo Financiero Galicia gana en Wall Street un 46%; YPF, un 13,9%; Tenaris, 3,9%, y Telecom, un 11 por ciento.

8) Balance de Petrobras. La empresa brasileña es hoy la que mayor peso tiene en los negocios de la Bolsa de Buenos Aires, de acuerdo a los montos operados en este título en los últimos meses. A partir del balance auditado de 2014, la acción muestra una importante evolución, después de haber tocado un piso en 12 años, e influye positivamente en el Merval.

La estatal brasileña informó una pérdida de casi u$s7.200 millones el año pasado, de los cuales unos u$s2.100 fueron atribuidos a hechos de corrupción. El avance de la Justicia brasileña sobre los responsables de maniobras de fraude y lavado y el reconocimiento del verdadero rojo en el balance animaron a los inversores a reposicionarse en un papel muy castigado. En Wall Street repuntó 99% desde su valor mínimo del 13 de marzo, de 5,01 a 9,99 dólares. En Buenos Aires subió en ese lapso un 96,5 por ciento.

9) Se recupera el real. La cotización de la divisa brasileña es vital para el comercio exterior argentino, pues el socio del Mercosur es el principal demandante de exportaciones argentinas. Una mejora en la actividad económica del país vecino y un ajuste de la tasa de cambio que favorezca a la Argentina siempre potencian las ventas de manufacturas argentinas y contribuyen a reducir el déficit en el comercio bilateral. Basta mencionar que nueve de cada diez autos exportados por Argentina se dirigen a Brasil, que demanda la mitad de las unidades ensambladas en las terminales locales. Después de dos meses, el dólar cayó esta semana debajo de los 3 reales. La moneda brasileña se devaluó 10,1% respecto del dólar norteamericano en el transcurso de 2015, pero rebotó casi 6% en los últimos 30 días.

10) Wall Street, en positivo. Las ganancias de las acciones en los EEUU son un indicador favorable para la Argentina, pues son señal de que la Reserva Federal no apurará el incremento de tasas de referencia o bien comenzará a aplicarlo muy gradualmente. En 18.080 puntos, el Dow Jones de Industriales está cerca de su techo histórico de 18.288 enteros del pasado 2 de marzo, mientras que el Nasdaq tecnológico batió su récord el viernes. La suba de tasas es el principal fundamento que fortalece al dólar en el mundo, encarece el crédito internacional en esa moneda y deprime el precio de los commodities que Argentina exporta, por cuanto un extendido escenario de tipos de interés en torno al 0% es aún de provecho para las economías emergentes.

El campo reasume el protagonismo de la economía

Después de la devaluación de enero y la suba de tasas de interés, el Gobierno instauró un período de relativa estabilidad en el mercado de cambios, a la espera de la concentración de las liquidaciones de exportaciones del agro y sus industrias derivadas, que añadirá en el segundo trimestre del año una importante dosis de divisas para fortalecer las castigadas reservas del Banco Central.

“Con las últimas medidas en el mercado cambiario y con la política monetaria, el Gobierno ha ganado un período ‘ventana’ con una cuasi estabilización del mercado cambiario, que va a tener su hito cuando empiece el período de liquidación fuerte de la cosecha gruesa, especialmente la soja”, dijo Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb.com. Ya en febrero, las cerealeras cumplieron su compromiso con el Gobierno para liquidar unos u$s2.000 millones por exportaciones. Según informaron las entidades del sector, en febrero se rindieron u$s1.892 millones, correspondientes a ventas que se concretarán durante marzo en el caso de los granos y otras que se producirán hasta junio, en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas.

Hasta el 7 de marzo, el monto liquidado desde comienzos de año acumuló unos u$s3.203 millones, un 21,3% más que en el mismo lapso de 2013, explicado casi en totalidad por las mayores cantidades, pues los precios acompañaron poco. Por ejemplo, en el caso de la soja, las posiciones más negociadas muestran un repunte de cotizaciones del 11% frente al cierre del año pasado, pero los u$s521 por tonelada de este lunes contrastan con los u$s556 de un año atrás (-6,3%).

Varios indicadores permiten un margen para el optimismo respecto del aporte de agrodólares a la economía. Además de los precios sostenidos, la importante cosecha de soja esperada por la Argentina en la presente campaña, probablemente récord, hará necesario intensificar las liquidaciones en el corto plazo para aprovechar las buenas cotizaciones. El analista técnico Ruben Ullúa observó que los u$s535 por tonelada alcanzados el viernes para la postura mayo 2014 en el mercado de Chicago, su precio máximo del año, sugieren una zona de resistencia: “La soja cede posiciones y ello mantiene las chances de techo para el proceso de avance”. El tándem del dólar oficial a ocho pesos y una tasa de interés en torno al 30% anual facilitarán a su vez la reinversión en pesos de las ganancias de las exportaciones.

El ingeniero agrónomo Dante Romano, de Austral Agroperspectivas, no subestima la “volatilidad inmensa” que afecta al principal producto de exportación de la Argentina, pero destaca a la vez un contexto internacional que todavía ayuda al dinamismo del mercado de granos, debido a que “se sumó la inestabilidad de Ucrania, que es un oferente de primera línea en trigo y maíz”, mientras que los cultivos en EEUU “siguen deteriorándose por el clima frío y la baja humedad de los suelos”, como en el caso del trigo rojo en el invierno boreal.

En su reporte mensual de marzo, el Departamento de Agricultura de los EEUU mantuvo sin cambios sus estimaciones de producción de soja y maíz para la campaña argentina 2013/14 con 54 millones y 24 millones de toneladas, respectivamente. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires prevé 54,5 millones de toneladas de la oleaginosa y 23,5 millones de toneladas del cereal. Argentina es un jugador de peso mundial en la producción de alimentos: es líder en exportaciones de aceite de soja, con un 45% del mercado, y de harina de soja, con el 43 por ciento. Además, es segundo exportador mundial de maíz (16% del mercado) y tercero de porotos de soja (con un 8% del total).

Para dimensionar la contribución del campo en el fortalecimiento del perfil externo de la economía nacional, el Banco Central indicó que de los u$s75.250 millones ingresados en 2013 por el cobro de exportaciones de bienes, más de un tercio (u$s26.979 millones, un 35,9%), correspondieron a lo percibido por ventas de oleaginosas y cereales. Este año se mantendrá esa elevada proporción. “Un factor de relevancia es el ritmo de comercialización interna de soja, el cual fue significativamente más lento que en la campaña anterior, en un contexto de crecimiento de la producción de 23%”, subrayó la autoridad monetaria.

Por ello, Iván Barbero, analista del mercado granario, no desestima “una mayor devaluación a la anticipada por los privados” si las ventas no recuperan el ritmo esperado para sumar reservas internacionales al BCRA. “Considerando que los poco más de u$s27.500 millones con que cuenta en sus arcas están en el menor nivel desde septiembre de 2006, el timing con el cual evolucionan las ventas de soja juega un papel trascendental”, estimó. Queda claro que el mercado seguirá susceptible al movimiento de la tasa de cambio y los precios internacionales.

Diversos estudios económicos coinciden en estimaciones alentadoras para la llegada de divisas. Finsoport cuantificó en unos u$s31.000 millones los ingresos por ventas de granos y derivados, de los cuales unos u$s24.000 millones serán provistos por el complejo oleaginoso. El Estudio Bein & Asociados calculó en unos u$s34.445 millones la producción exportable del agro en 2014, con un aporte de u$s26.090 millones por la soja y sus subproductos.