La semana pasada el INDEC informó el resultado del Intercambio Comercial de febrero, con un saldo favorable de apenas u$s44 millones, un 91,6% menos que el mismo mes de 2013, con exportaciones por u$s5.393 millones e importaciones por 5.349 millones. En el primer bimestre el saldo positivo acumuló tan solo u$s79 millones, con una baja interanual del 90% frente al mismo lapso del año pasado, en su nivel más bajo en 14 años.
En enero y febrero prácticamente desapareció el superávit en el comercio de bienes, uno de los llamados “pilares” del modelo, aunque los analistas económicos confían en un balance positivo para el recorrido anual similar al de 2013 y por encima de los 9 mil millones de dólares. El aporte de una cosecha récord y precios internacionales aún elevados permite margen para que haya estabilidad en el ingreso de divisas, en particular en el segundo trimestre.
Sin embargo, el Gobierno se aseguró, a través de mayores controles sobre las importaciones, que los dólares destinados a adquirir productos del exterior sean prioritarios para las crecientes compras de hidrocarburos. Las importaciones subieron en febrero 2% por el incremento de los precios internacionales, aunque no crecieron en volumen. Por eso, el alza de 43% en las compras de energía (u$s852 millones) demandaron u$s250 millones más que en febrero de 2013 y desplazaron a otros rubros productivos necesitados de importaciones.
El ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, dijo a InfobaeTV que “sigue habiendo pocos dólares. La política económica es incapaz de generar los dólares que la Argentina necesita (…) Hay una demanda reprimida por dólares apretando las importaciones, incluso esenciales, por algo está cayendo también la producción. Se está logrando un equilibrio bastante parcial y artificial, con la anestesia en el mercado cambiario por provisión de dólares de la soja, pero con eso no alcanza, porque después viene la ‘sequía’ (de divisas) del segundo semestre”.
Agentes del mercado de cambios mayorista, a través del cual se cursan las compras de divisas para comercio exterior, señalan que el volumen negociado se redujo a la mitad en dos meses, de los u$s150 millones diarios de enero, antes de la devaluación, a los actuales u$s70 millones en promedio. Como muchos pagos son diferidos a 60 ó 90 días, cuando deberá ingresar la mercadería por Aduana, se estima que el efecto recesivo para industrias necesitadas de insumos del exterior se advertirá a partir de abril y mayo de este año.
Prueba de esta tendencia es que la producción industrial se contrajo 0,6% en febrero en relación a igual mes de 2013, para acumular una baja de 1,8% en el primer bimestre. La actividad fabril acumuló así cinco meses de retracción, con caídas en octubre pasado (-1,1% interanual), noviembre (-4,9%), diciembre (-5,6%) y enero (-3%). La industria automotriz tuvo una baja de 5,7% en el acumulado del primer bimestre frente a igual lapso de 2013. Las terminales son las principales demandantes de importaciones de la economía nacional, tanto para abastecer al mercado local como para fabricar unidades que serán exportadas. Por lo tanto, reducir importaciones significará menos exportaciones en meses subsiguientes.
Aporte del agro
En cuanto a las exportaciones, el INDEC detalló que el principal descenso interanual en valores absolutos correspondió al rubro Productos Primarios, que bajó el 34% interanual en febrero, debido a una caída conjunta de cantidades y precios (-29% y -7%, respectivamente), en particular por trigo y maíz. De todos modos, el agro cumplió con su cuota, pues se incrementaron 10% las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario, como harinas y aceites de soja, para alcanzar el 38,6% del total vendido al exterior. Las liquidaciones de los industriales oleaginosos y exportadores de cereales acumularon en el primer bimestre del año unos u$s2.960 millones, por encima de los u$s2.300 millones del mismo lapso de 2012 y un monto cercano al récord de 2012 para dicho período.
El primer bimestre del año tuvo el saldo comercial más bajo desde 2000, cuando se registró un déficit de 208 millones de dólares. En divisas el intercambio comercial muestra un estancamiento en los últimos cuatro años, signo de un crecimiento de la actividad económica que se fue moderando desde 2011. El acumulado de importaciones y exportaciones de enero y febrero ascendió a u$s21.169 millones, debajo de 2013 (u$s22.016 millones) y 2012 (u$s21.744 millones), y apenas encima de 2011 (u$s20.431 millones).
El superávit comercial se obtendrá este año por la desaceleración brusca del crecimiento, obligada por la pérdida de reservas que no deja al Gobierno más alternativa que preservar en lo posible estos activos del Banco Central. En 2013 ya se había perdido el superávit en el frente externo. Al analizar el balance de cuenta corriente, que además del intercambio de bienes contempla servicios –como el turismo- y los flujos de inversión, el año pasado dejó un fuerte déficit de u$s4.330 millones, contra un superávit de u$s48 millones en el 2012.