Más endeudamiento que desendeudamiento

Argentina se encuentra en default selectivo producto de los fallos judiciales en EEUU y el limbo en el que quedaron algunos títulos reestructurados y aquellos que no entraron al canje. No obstante, el gobierno de Cristina Kirchner cumplió puntualmente con la mayor parte de las obligaciones y la cancelación total del Boden 2015 por USD 5.900 millones es una prueba de esa voluntad oficial.

Distinto es hablar de “desendeudamiento”, como pregonan los funcionarios de Economía, pues a la par de los pagos, el Gobierno activa distintos mecanismos para emitir más deuda o bien trasladar esos pasivos a los balances de organismos públicos.

Con las recientes emisiones de títulos Bonar y Bonad la semana pasada, la colocación de deuda pública en 2015 alcanza a unos 161 mil millones de pesos. Si a este monto se le suman pasivos asumidos por el Banco Central, principal asistente financiero de un Tesoro nacional en franco déficit, el endeudamiento del sector público se aproxima a los 350 mil millones de pesos en lo que va del año.

Hasta el 8 de octubre, el Tesoro emitió títulos por $71.687 millones y USD 9.433 millones, si en este último tópico se contemplan bonos en dólares y aquellos en pesos atados a la evolución de la divisa norteamericana (dollar linked). Estos bonos, con una tasa de rendimiento en torno al 27% en pesos, vencen a partir de 2016, con lo que añaden un condicionamiento financiero extra a la próxima administración, que de entrada tendrá que afrontar una coyuntura económica comprometida por factores internos –déficit fiscal, inflación, atraso cambiario, escasez de crédito e inversión- y externos –caída de precios de las materias primas, default selectivo, recesión en Brasil-.

En 2015 el Gobierno decidió cargar con una parte del costo de su desequilibrio presupuestario con nuevos títulos soberanos, a diferencia de años anteriores en los que trasladaba el déficit a organismos descentralizados como el Banco Central, la ANSES o el PAMI, a través de la suscripción de letras del Tesoro o adelantos transitorios.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) destaca que “el deterioro fiscal evidenciado entre 2009 y 2014 corresponde paradójicamente con el periodo en que adquiere relevancia la asistencia financiera recibida por el Tesoro del ANSES y BCRA para financiar su gasto. Dicha asistencia, que se compone por un lado de la transferencia de utilidades que el BCRA captura básicamente por la devaluación del peso y por el otro de las generadas por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del ANSES, se registra actualmente como parte de los ingresos corrientes bajo la denominación ‘Rentas de la propiedad’”, en la Base Caja que informa la Secretaría de Hacienda.

Aunque su uso tiene menor incidencia este año, el Palacio de Hacienda no abandonó ese recurso, pues tomó fondos del BCRA, y también partidas de la ANSES al colocarle letras por unos 16 mil millones de pesos y 502,6 millones de dólares. “Los ingresos bajo este concepto llegaron en el 2014 a representar un 2,7% del PBI, en contraste con su nula participación del 2004”, subraya el IARAF. Las Rentas de la propiedad surgieron en el 2006, en carácter de recursos “extraordinarios”, pero “han ido adquiriendo mayor preponderancia dentro de los ingresos totales, en detrimento de las fuentes tradicionales de fondos, llegando en el 2014 a representar un 12% de los ingresos del Gobierno nacional”.

Deuda “cuasi fiscal”

En el pasivo del Banco Central es notorio en 2015 el incremento de los montos de Letras y Notas (LEBAC y NOBAC) por 86.842,2 millones de pesos. El ítem de bonos del BCRA aumentó 30,8% de $282.135,2 millones al cierre de 2014 a $368.977,5 millones el 30 de septiembre pasado.

También hay que tener en cuenta el endeudamiento con el exterior que significa la activación de todos los tramos del “swap” con el Banco Central de China, en yuanes equivalentes a 11 mil millones de dólares. Entre octubre y diciembre de 2014 se ingresaron a las reservas internacionales USD2.414 millones, mientras que los otros USD 8.586 millones se acreditaron este año.

El ítem “Otros pasivos”, en el que el Central “calza” los yuanes en reservas -además de otros ingresos menores al activo- aumentó entre enero y septiembre unos $98.474 millones, que al tipo de cambio vigente son unos USD 10.462 millones. En el balance de la entidad que preside Alejandro Vanoli, el aumento de los montos por LEBAC, NOBAC y “Otros pasivos” asciende en los primeros nueve meses de 2015 a 185.316 millones de pesos.

Así, entre emisiones del Tesoro ($160.926 millones) y pasivos del BCRA el endeudamiento del sector público se expandió en poco más de nueve meses unos 346.242,2 millones de pesos.

Hay coincidencia entre este endeudamiento y las estimaciones de déficit fiscal para este año, que las consultoras ubican en un rango de 6 a 8 por ciento del PBI. Un estudio elaborado por Lucio Castro y Walter Agosto, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), estima que en 2015 el déficit fiscal totalizará unos $388.000 millones, un 30% más que el desequilibrio previsto en el proyecto de Presupuesto 2016, que establece un rojo financiero de 293.486 millones de pesos.

El Ministerio de Economía informó al cierre del primer semestre de 2015 un PBI en pesos de 5,44 billones ($5.441.469.629.000) o de USD 607.848 millones, según el tipo de cambio oficial de referencia de 8,952 pesos.

Con una estimación optimista de crecimiento de 0,5% del PBI en el tercer trimestre, más una inflación en torno al 6% en el período, el PBI argentino se acerca a 5,8 billones de pesos. Una emisión de deuda del orden de los $346.242,2 millones, por todo concepto, alcanza el 6% del PBI, sin contabilizar aún la expansión de los tres últimos meses del año, que son los que estacionalmente más erogaciones demandan del Estado. La cifra es a la vez un indicador aproximado del nivel de déficit financiero que puede alcanzar el sector público este año.

La deuda del Tesoro con el BCRA duplica las reservas

Los economistas llaman “dominancia fiscal” al proceso por el cual la política monetaria del Banco Central se desvía de sus objetivos y se concentra en el financiamiento del Tesoro nacional en períodos de déficit de la administración pública. Desde la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, hecha ley por el Congreso en 2012, esta alteración quedó institucionalizada con el incremento del límite de adelantos transitorios que la entidad le otorga al Gobierno, que se duplicó, y la caducidad del requisito de respaldo en reservas del 100 por ciento de la base monetaria, característico de la década de Convertibilidad.

Aquella reforma fue precedida por una serie de modificaciones: la eliminación del límite para que los activos de la entidad estén integrados por títulos públicos y el establecimiento de reservas de “libre disponibilidad” destinadas al pago de deuda soberana. Hoy, el stock de deuda contraída por el Tesoro nacional con el BCRA asciende unos $552.678 millones, unos $349.328 en letras intransferibles y otros $203.350 por adelantos transitorios, según datos actualizados al 7 de julio pasado.

Este total es más que el doble de las reservas internacionales a esa fecha, en 240.479 millones de pesos. El monto resulta de multiplicar los $8,1415 del tipo de cambio mayorista por los activos en divisas (u$s29.537,4 millones). El stock de deuda del Gobierno con la entidad que preside Juan Carlos Fábrega representa el 63,7% del activo total del Central, unos 866.705,5 millones de pesos. Es decir, más de la mitad del activo son pagarés no negociables en el mercado secundario, por cuanto el ente monetario no puede desprenderse de ellos ni transformarlos en algún tipo de divisa, como sí puede hacerlo con los bonos soberanos.

Con un PBI medido a precios de mercado en torno a los 4 billones de pesos, esta deuda de la administración nacional contraída con el BCRA significa el 13,8% del Producto. “Cuando el Tesoro necesita financiar gasto corriente en pesos, el Banco Central imprime billetes que entrega al Tesoro a cambio de una promesa de pago denominada ‘adelantos transitorios’”, define la consultora Economía & Regiones. “Cuando Hacienda requiere financiar el vencimiento de bonos en moneda extranjera, la entidad bancaria intercambia reservas liquidas en divisas por compromisos de pago llamados ‘letras intransferibles’”, agrega el estudio.

Esta debilidad en el patrimonio del Banco Central tiene su reflejo en las cuentas públicas. El Ministerio de Economía informó que entre enero y mayo de este año, el superávit primario –previo al pago de deuda soberana- fue de $2.489 millones, casi la mitad que los $4.571 millones que mostró en los primeros cinco meses del año pasado. Pero este excedente fue posible por la contribución a los ingresos de $27.136,9 millones en concepto de “Rentas de la Propiedad” entre enero y mayo, principalmente del Banco Central ($17.417 millones) y la ANSeS ($9.671,2 millones). De lo contrario, hubiera existido un déficit primario de casi 25 mil millones.

Al contabilizar el pago de obligaciones, el superávit primario se transforma en un déficit financiero de $20.614,7 millones, más del doble que los $9.410,6 millones en rojo que el Tesoro nacional acumuló entre enero y mayo de 2013. Descontándole las “Rentas de la Propiedad”, el rojo financiero hubiera sido $47.751,6 millones en apenas cinco meses, un 1,2% del PBI.

El ex director del BCRA, Carlos Pérez, dijo a Infobae TV que esta deuda del Tesoro con el BCRA, la ANSeS y el PAMI se traduce en “activos de dudosa calidad” en los balances de estos organismos descentralizados, que alcanzarán, según sus estimaciones, los $150.000 millones para fin de año, debido a un segundo semestre que se prevé más expansivo en gasto. En el mismo sentido, el economista Miguel Kiguel pronosticó un déficit financiero del sector público nacional –excluidas las provincias- del 3,8% del PBI para todo 2014.

Esta tasa no tendría antecedentes desde la hiperinflación de 1989-90 y sería superior a la del tramo más crítico de la convertibilidad (1999:-2,6%, 2000:-2,4%, 2001:-3,3%) y al rojo financiero de 2002, en pleno colapso económico, de 1,5% del Producto. La diferencia fundamental radica en que antes de 2002, la deuda del Tesoro estaba contraída en dólares con el exterior, mientras que hoy se nomina en pesos y se coloca dentro del propio Estado.

El 2013 terminó con un rojo primario de $22.469 millones y financiero de 64.477,5 millones (2,2% del PBI), aún con el aporte del BCRA, la ANSeS y el PAMI. En 2012, los desequilibrios habían acumulado respectivamente $4.374,9 millones y $55.563 millones (2,6% del PBI). Según estudios de la Fundación Pensar, si se descontaran las “Rentas de la Propiedad”, los desequilibrios fiscales hubieran alcanzado el 3,6% del PBI en 2012 y el 4,5% en 2013.

En todo aspecto, los números fiscales empeoran este año: el 2014 se encamina a ser el tercer ejercicio consecutivo con déficit presupuestario y el sexto con rojo financiero.