Crece el apetito por el dólar como refugio inversor

A medida que avanza el año, la profusión de pesos emitidos para el financiamiento de gasto corriente desequilibra las cuentas del Banco Central, a la vez que obliga a la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega a incrementar la deuda a través de Letras y Notas, para evitar un efecto inflacionario aún más fuerte por la inyección de moneda.

Por una parte, se observa una oferta de divisas algo más acotada en el mercado mayorista, donde se cursan las operaciones de cambio del comercio exterior. La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que la semana pasada se rindieron u$s474,9 millones por exportaciones de productos agrícolas y derivados, el monto más bajo desde mediados de junio.

Una desaceleración en la liquidación de los sojeros obedece a un factor estacional, pues estos ingresos de divisas comerciales se concentran en su mayor parte en el segundo trimestre del año, durante la cosecha gruesa. También incide en este rubro el descenso de los precios internacionales, que quita premura a las ventas al exterior: los contratos más negociados, para noviembre (u$s394,04 por tonelada) y septiembre (u$s407,12), suman en la actualidad el 75% de la operatoria en el mercado de Chicago. Estas posiciones están, respectivamente, un 18,3% y 15,6% por debajo de los valores del arranque del año, en torno a los u$s482,27 por tonelada.

De todos modos, en el transcurso de 2014, la liquidación de exportaciones por granos y productos agroindustriales acumula un récord de u$s16.619,7 millones, por encima del máximo anterior de u$s16.550,7 millones alcanzado en 2011, cifra que quita sentido a la teoría de un complot del campo para desabastecer de divisas a la economía, más allá de que existe acopio de una parte de la producción en silobolsas. En ese aspecto, influye una expectativa de mayor devaluación, generada por el ritmo inflacionario tanto como por los débiles datos de la hoja de balance del Banco Central. En cambio, es muy marginal la influencia de un temor al default como factor disuasivo para las operaciones del agro.

Cada vez más pesos y menos dólares

El apetito por el dólar como refugio inversor se acentuó en los últimos días. Las ventas minoristas de divisas para atesoramiento suman en el transcurso de agosto unos u$s135,8 millones, más de la mitad que las vendidas en todo julio, mes récord con 205,7 millones de dólares.

En el mercado bursátil, hubo un firme incentivo a la demanda de activos dolarizados luego de conocido que el BCRA informó que reducirá aproximadamente un punto las tasas de corte para la licitación de Letras (LEBAC), en un rango del 25,86% al 26,08%, según el plazo. Como estas tasas se estiman como inferiores a lo que podría ser la inflación de los próximos doce meses, los agentes se apuraron a comprar bonos en dólares, que subieron el lunes entre 4 y 5 por ciento (Global 17, Discount en dólares con legislación neoyorquina, Boden 2015 y Bonar X) y acciones de empresas con negocios en el exterior: Petrobras Brasil (+4,9%) y Tenaris (+1,9%).

Una baja en las tasas de referencia repercute de inmediato en una mayor demanda por el dólar en todas sus variantes.

En otro aspecto, agosto promedia una salida de depósitos en dólares del sistema financiero de u$s475 millones contra el mes anterior, la cifra más elevada en un año y medio, explicada principalmente por una baja de las colocaciones del sector público, pero también por la salida de fondos privados. Esta caída afecta en el nivel de reservas, como el pago de deuda, la venta de dólar “ahorro” y la necesidad de divisas para importar energía.

Según el economista Luis Secco, la emisión de pesos para financiar al fisco se duplicó este año y acumuló $43.358 millones entre el cierre de 2013 y el 1° de agosto. Esta importante inyección de pesos fue esterilizada por la emisión de deuda de la entidad. Pero con estos instrumentos sólo se posterga el momento en el que los pesos se volcarán a la economía, a cambio de un alto costo: el de la tasa de interés que debe pagar la entidad, que este año llegó a colocar títulos al 30% anual. Además, Secco calcula que el Estado le demandará del Central otros $15.000 millones hasta fin de año para afrontar gastos corrientes.

Hasta fin de año, a la entidad monetaria le quedan vencimientos de LEBAC y NOBAC por unos $146.000 millones, nada menos que un monto equivalente al 39% de la actual base monetaria ($371.668,7 millones en billetes y monedas en circulación, cheques cancelatorios y cuentas corrientes en pesos). Queda una disyuntiva indeseada e inevitable: para renovar los vencimientos de estos títulos, el BCRA deberá sostener altas las tasas, con la consecuencia recesiva de esta medida. Si convalida una baja de las tasas –como ocurre esta semana-, para no quitar liquidez a la alicaída actividad económica, el volumen de pesos empujará al alza a la inflación y al dólar y, seguramente, obligará a devaluar a un ritmo mayor que el actual.

En 2014 se duplica el déficit energético

Los dólares comerciales son en la práctica la única fuente de divisas genuinas para una economía local debilitada y cada vez más alejada de las posibilidades de crédito internacional, debido al irresuelto conflicto judicial con los holdouts en los EEUU.

El viernes, el Banco Central presentó su informe sobre Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario del segundo trimestre del año, que aportó novedades positivas aunque, a primera vista, coyunturales: las reservas crecieron u$s2.271 millones entre abril y junio, después de registrar caídas por ocho trimestres consecutivos. Se duplicó el rojo energético, se sostuvieron los ingresos por la soja, y cayó abruptamente el déficit comercial automotriz, así como el desbalance de servicios por una reducción del déficit turístico.

El flujo de los dólares es un indicador útil para observar la evolución de la economía del 2014, luego de la fuerte devaluación de enero. Los pagos de deuda por unos u$s1.632 millones en el período, neutralizaron los ingresos por u$s1.600 millones en concepto de colocaciones de deuda e inversiones concentradas en el sector petrolero. Asimismo, el superávit por la totalidad de operaciones registradas en el Mercado Único y Libre de Cambios en el segundo trimestre (u$s4.100 millones) fue absorbido por el BCRA, que adquirió en el mercado mayorista 4.042 millones de dólares.

En términos trimestrales, el superávit de mercancías alcanzó los u$s4.207 millones, producto de una caída mayor para las importaciones que para las exportaciones, declive propio del actual período de contracción de la actividad económica.

El sector de oleaginosas, aceites y cereales registró cobros de exportaciones por u$s9.860 millones en el segundo trimestre de 2014, que es el de mayor volumen de operaciones. Este monto se mantiene prácticamente estancado si se lo compara con igual período de 2012 y 2013. Asimismo, es 9% inferior al del récord de 2011. Al tomar el resto de los sectores exportadores, la caída de ventas externas entre abril y junio fue de u$s1.378 millones u 11% interanual, desde los u$s12.427 millones de 2013 a los u$s11.049 millones de 2014. La producción agrícola y la agroindustria moderaron la recesión económica que reflejan los números del comercio exterior.

Durante el segundo trimestre de 2014, los pagos de importaciones de bienes según el Balance Cambiario totalizaron u$s16.703 millones, con una baja de 8% interanual, aunque las importaciones de energía mostraron un preocupante incremento. Las compras de petróleo aumentaron 26% interanual, a unos u$s3.500 millones, mientras que las de electricidad ascendieron a unos u$s800 millones (+152%), para totalizar u$s4.353 millones, un 38% más. Con exportaciones de energía por u$s1.581 millones (-7% interanual), el déficit trimestral del sector fue de unos 2.772 millones de dólares.

La energía demanda más dólares

En el acumulado de la primera mitad del año, los cobros de exportaciones del sector agrícola e industrias derivadas totalizaron u$s14.862 millones, sin variaciones significativas en términos interanuales. El rubro automotriz recortó fuerte su déficit comercial, a unos u$s1.500 millones en el primer semestre, un 45% menos, en un marco de profunda caída de ventas y producción.

En cuanto a los servicios, por efecto de la devaluación y suba de la tasa de percepción impositiva aplicada a los gastos en el exterior, el rubro turismo redujo su balance negativo en un 51,3% a u$s2.190 millones en el primer semestre de 2014, respecto de los u$s4.504 millones del mismo período de 2013. De todos modos, en este ítem deberían tenerse en consideración los u$s1.110 millones vendidos al público para atesoramiento y viajes, según las cifras de la AFIP.

En cuanto a la energía, “el nivel de pagos del sector para el primer semestre del 2014 representó un valor récord de unos u$s7.300 millones, con un incremento interanual de 36 por ciento”. Al descontarle las exportaciones entre enero y junio, el rojo energético en términos comerciales fue de u$s4.334 millones en el primer semestre, un 101% más que los u$s2.151 millones del primer semestre de 2013. Si se contabilizan otros ítems, como inversiones extranjeras, giros por rentas y servicios, y otras operaciones de capital y financieras, el rojo energético entre enero y junio se ubica en los 3.486 millones de dólares.

El déficit energético tiene un impacto directo sobre las deterioradas cuentas públicas. El viernes pasado se conoció una ampliación del Presupuesto Nacional por casi $200 mil millones, a través de un decreto de necesidad y urgencia. La Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), señaló que “el crédito vigente para los subsidios económicos aumenta un 66,4% con respecto a la ejecución 2013 (+$74.908 millones), principalmente por los subsidios al sector energético”, asignados principalmente a través de CAMMESA, ENARSA y “Plan Gas”, por un total $65.750 millones o un 89% más que lo aprobado por el Congreso el año pasado. Al actual tipo de cambio oficial ($8,2625) representan unos 7.957 millones de dólares.

ASAP detalla que “las transferencias para gastos de capital muestran un incremento del 57,4% con respecto a la ejecución 2013 (+$15.814 millones), como consecuencia nuevamente de las mayores asignaciones al sector energético”, que demandan, en este caso, $12.906 millones (unos u$s1.562 millones).