Los ahorristas motorizan la fuga de capitales

La semana pasada el Banco Central presentó su informe sobre operaciones en el Mercado Único y Libre de Cambios y el Balance Cambiario actualizado al cierre del segundo trimestre de 2015. Uno de los datos destacadas fue que en la primera mitad del año las ventas de dólares a minoristas sumaron u$s6.500 millones, prácticamente el doble que el monto alcanzado en el mismo lapso de 2014.

En el desglose que hace el BCRA, los egresos netos por turismo y viajes y pasajes alcanzaron los u$s3.700 millones entre enero y junio, mientras que las compras netas de billetes para atesoramiento totalizaron en ese período unos 2.800 millones. La AFIP informó ventas para ahorro por u$s2.856 millones en los primeros seis meses de 2015. En base a las cifras del reporte del Central, la “demanda adicional” de de divisas por parte de los minoristas por ahorro y viajes al exterior sumó u$s3.100 millones en el primer semestre de 2015, con un crecimiento de 92,2% interanual.

Estos u$s6.500 millones efectivizados por el público responden a un ostensible atraso cambiario. En la ponderación de los particulares el dólar se exhibe como un activo “barato”, eficaz para escudarse de una futura devaluación. También la experiencia de las últimas décadas posiciona a la divisa norteamericana como una alternativa para cubrirse de la inflación, si bien al concluir el primer semestre el dólar oficial subía un 12% interanual (de 8,13 a 9,09 pesos en el mercado mayorista) y el “blue” apenas 10,3% (de 12,15 a 13,40 pesos), tasas que fueron menos que la mitad de la inflación real acumulada en 12 meses.

En el último tramo del gobierno de Cristina Kirchner, los particulares procuran captar la mayor cantidad de dólares que la AFIP les autoriza, al punto de arrasar con las divisas que ingresan al país por el intercambio de mercancías con el mundo. Las transacciones de bienes son la principal fuente de ingresos en el mercado cambiario y en el detalle del Central representaron en el primer semestre un 27% menos que las divisas destinadas a cubrir la demanda minorista y que en su mayor proporción salieron del sistema, ya sea al quedar sin registrar en cajas de seguridad, en el “colchón” o por consumos fuera del país.

El BCRA determinó que las transferencias netas por mercancías, es decir, la diferencia entre el cobro de exportaciones y el pago de importaciones cursados a través del mercado de cambios, totalizaron unos u$s5.100 millones en la primera mitad de 2015, unos u$s331 millones o 6,9% más que en el mismo lapso de 2014. Estos datos contrastan con el magro saldo comercial argentino del primer semestre informado por el INDEC, que alcanzó los u$s1.231,4 millones, el monto más bajo para el período desde el 2001.

Más dólar “ahorro”, más fuga de capitales

La autoridad monetaria informó que en el primer semestre de este año salieron del sistema financiero argentino unos u$s3.046 millones, casi el doble que en el mismo lapso del año anterior. Esta fuga de capitales está emparentada con el incremento constante de divisas efectivizadas para atesoramiento, ya que nueve de cada diez de esos dólares son retirados de los bancos, y también a la salida neta de divisas por turismo, debido a que el encarecimiento de los precios internos en términos relativos desalienta la llegada de turistas extranjeros y hace a los argentinos más proclives a vacacionar en el exterior.

De esta forma, en 2015 los ítem turismo y ahorro se “comen” los dólares del superávit comercial y a la vez alimentan una fuga de capitales que en el año electoral será la más grande desde que se estableció el “cepo” cambiario el 31 de octubre de 2011, motorizada por la venta de billetes autorizada por la AFIP, que salen del registro financiero y terminan en cajas de seguridad o directamente fuera del país por gastos en el extranjero.

El récord de dólar “ahorro” dejó al “blue” por el piso

La estrategia del Banco Central de liberar ventas de divisas para atesoramiento dió sus réditos: el dólar “blue” marcó su precio más bajo del año, a 12,62 pesos, a la par del incremento de volumen operado en el mercado minorista. Marzo registró un nuevo récord de ventas de dólar “ahorro”, con 479,2 millones de dólares. Desde septiembre pasado, el volumen de divisas autorizado por la AFIP aumentó en forma significativa, el dólar informal se desplomó y el oficial subió muy por debajo de la inflación.

El razonamiento lógico de dolarizarse a un precio subsidiado -aún con el recargo de 20% a cuenta de Ganancias, que puede reembolsarse- o bien de hacerse un plus salarial al adquirir divisas oficiales y revenderlas en la plaza marginal, llevó a los inversores a abandonar las compras en el circuito paralelo, que en la fase más rigurosa del “cepo” impulsaron los valores a niveles máximos y a la brecha cambiaria a límites del 100 por ciento entre cotizaciones. Hoy, ese rango es de 42,3 por ciento.

A través de su cuenta de Twitter, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, expresó que “hoy tenemos la brecha más baja de los últimos nueve meses”, a niveles anteriores al default de la deuda por la sentencia del juez Thomas Griesa a favor de los holdouts. “La brecha bajó a la mitad desde el 1° de octubre de 2014”, subrayó el funcionario.

Mientras que entre enero y agosto de 2014 la venta promedio en el segmento minorista fue de u$s164 millones por mes, entre septiembre de 2014 y marzo de 2015 trepó a una media de 436 millones de dólares. Prácticamente se triplicó la venta de dólar oficial al público desde el récord del “blue” el 24 de septiembre, cuando alcanzó 15,95 pesos, con una brecha de 87,5% respecto del dólar minorista, entonces a $8,50 para la venta en promedio.

Con una impetuosa inyección de billetes en el mercado formal el Gobierno logró desactivar la escalada en el mercado negro. Así de simple. El dólar “blue” acumuló un retroceso de 10,2% en el primer trimestre de 2015 y de 20,9% desde el récord de seis meses atrás. El dólar al público aumentó 3% y 4,4%, respectivamente. Según el sitio Inflación Verdadera, entre el 21 de septiembre y el 21 de marzo último, la inflación acumulada fue de 12,3%, porcentaje que deja bien claro que en el período, el que apostó al dólar perdió.

Por InfobaeTV, el economista Diego Giacomini, director de Economía & Regiones, recordó que “en los últimos seis meses, el tipo de cambio oficial se deslizó 0,7% mensual, mientras que la inflación relevada por el índice del Congreso arrojó un promedio del 2% mensual. Entonces, mes a mes el dólar se abarata e implica que la gente lo percibe y aumenta la demanda”.

El economista Iván Cachanosky, investigador de la fundación Libertad y Progreso, detectó además que la contracción monetaria producto de la mayor colocación de Letras y Notas del BCRA tuvo crucial incidencia en los precios de la divisa norteamericana: “El Gobierno emitió deuda interna para financiarse debido a los problemas de inflación que posee Argentina. Esta aspiración de pesos redujo la cantidad de billetes en circulación evitando que la moneda doméstica  se devalúe tan fuertemente. No es que el dólar subía, sino que el peso se depreciaba”. La tasa de las LEBAC del BCRA, en torno al 27% anual, es inferior a la inflación anualizada, pero superior al ritmo de apreciación del dólar, por cuanto luce ventajosa para canalizar el excedente de pesos en lugar de las posiciones dolarizadas.

Dos factores son decisivos para desinflar al “blue”, uno es la profundización del atraso cambiario, el otro, en simultáneo, que la demanda por dólar “ahorro” y “turismo” va en ascenso desde mediados del año pasado, cuando los aumentos pactados en paritarias empezaron a incorporarse a los salarios. En total, el BCRA entregó u$s5.000 millones desde que se flexibilizaron las restricciones de divisas minoristas el 27 de enero de 2014: unos u$s4.364,1 millones para atesoramiento y otros u$s635,9 millones para consumos en el exterior. Significan el 15,8% de las actuales reservas internacionales de la entidad.

¿Y por qué no caen las reservas del Banco Central? Diego Giacomini explica que al drenaje de dólares del sistema financiero “se lo maquilla con el ‘swap’ con el Banco Central de China y la deuda con el Banco de Basilea y el Banco de Francia, entonces, las reservas que son u$s31.000 millones, en realidad son 25 mil millones de dólares”.

En 2014 se duplica el déficit energético

Los dólares comerciales son en la práctica la única fuente de divisas genuinas para una economía local debilitada y cada vez más alejada de las posibilidades de crédito internacional, debido al irresuelto conflicto judicial con los holdouts en los EEUU.

El viernes, el Banco Central presentó su informe sobre Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario del segundo trimestre del año, que aportó novedades positivas aunque, a primera vista, coyunturales: las reservas crecieron u$s2.271 millones entre abril y junio, después de registrar caídas por ocho trimestres consecutivos. Se duplicó el rojo energético, se sostuvieron los ingresos por la soja, y cayó abruptamente el déficit comercial automotriz, así como el desbalance de servicios por una reducción del déficit turístico.

El flujo de los dólares es un indicador útil para observar la evolución de la economía del 2014, luego de la fuerte devaluación de enero. Los pagos de deuda por unos u$s1.632 millones en el período, neutralizaron los ingresos por u$s1.600 millones en concepto de colocaciones de deuda e inversiones concentradas en el sector petrolero. Asimismo, el superávit por la totalidad de operaciones registradas en el Mercado Único y Libre de Cambios en el segundo trimestre (u$s4.100 millones) fue absorbido por el BCRA, que adquirió en el mercado mayorista 4.042 millones de dólares.

En términos trimestrales, el superávit de mercancías alcanzó los u$s4.207 millones, producto de una caída mayor para las importaciones que para las exportaciones, declive propio del actual período de contracción de la actividad económica.

El sector de oleaginosas, aceites y cereales registró cobros de exportaciones por u$s9.860 millones en el segundo trimestre de 2014, que es el de mayor volumen de operaciones. Este monto se mantiene prácticamente estancado si se lo compara con igual período de 2012 y 2013. Asimismo, es 9% inferior al del récord de 2011. Al tomar el resto de los sectores exportadores, la caída de ventas externas entre abril y junio fue de u$s1.378 millones u 11% interanual, desde los u$s12.427 millones de 2013 a los u$s11.049 millones de 2014. La producción agrícola y la agroindustria moderaron la recesión económica que reflejan los números del comercio exterior.

Durante el segundo trimestre de 2014, los pagos de importaciones de bienes según el Balance Cambiario totalizaron u$s16.703 millones, con una baja de 8% interanual, aunque las importaciones de energía mostraron un preocupante incremento. Las compras de petróleo aumentaron 26% interanual, a unos u$s3.500 millones, mientras que las de electricidad ascendieron a unos u$s800 millones (+152%), para totalizar u$s4.353 millones, un 38% más. Con exportaciones de energía por u$s1.581 millones (-7% interanual), el déficit trimestral del sector fue de unos 2.772 millones de dólares.

La energía demanda más dólares

En el acumulado de la primera mitad del año, los cobros de exportaciones del sector agrícola e industrias derivadas totalizaron u$s14.862 millones, sin variaciones significativas en términos interanuales. El rubro automotriz recortó fuerte su déficit comercial, a unos u$s1.500 millones en el primer semestre, un 45% menos, en un marco de profunda caída de ventas y producción.

En cuanto a los servicios, por efecto de la devaluación y suba de la tasa de percepción impositiva aplicada a los gastos en el exterior, el rubro turismo redujo su balance negativo en un 51,3% a u$s2.190 millones en el primer semestre de 2014, respecto de los u$s4.504 millones del mismo período de 2013. De todos modos, en este ítem deberían tenerse en consideración los u$s1.110 millones vendidos al público para atesoramiento y viajes, según las cifras de la AFIP.

En cuanto a la energía, “el nivel de pagos del sector para el primer semestre del 2014 representó un valor récord de unos u$s7.300 millones, con un incremento interanual de 36 por ciento”. Al descontarle las exportaciones entre enero y junio, el rojo energético en términos comerciales fue de u$s4.334 millones en el primer semestre, un 101% más que los u$s2.151 millones del primer semestre de 2013. Si se contabilizan otros ítems, como inversiones extranjeras, giros por rentas y servicios, y otras operaciones de capital y financieras, el rojo energético entre enero y junio se ubica en los 3.486 millones de dólares.

El déficit energético tiene un impacto directo sobre las deterioradas cuentas públicas. El viernes pasado se conoció una ampliación del Presupuesto Nacional por casi $200 mil millones, a través de un decreto de necesidad y urgencia. La Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), señaló que “el crédito vigente para los subsidios económicos aumenta un 66,4% con respecto a la ejecución 2013 (+$74.908 millones), principalmente por los subsidios al sector energético”, asignados principalmente a través de CAMMESA, ENARSA y “Plan Gas”, por un total $65.750 millones o un 89% más que lo aprobado por el Congreso el año pasado. Al actual tipo de cambio oficial ($8,2625) representan unos 7.957 millones de dólares.

ASAP detalla que “las transferencias para gastos de capital muestran un incremento del 57,4% con respecto a la ejecución 2013 (+$15.814 millones), como consecuencia nuevamente de las mayores asignaciones al sector energético”, que demandan, en este caso, $12.906 millones (unos u$s1.562 millones).

Apertura del “cepo”: ya se vendieron u$s1.000 millones

Desde que el Gobierno reactivó la venta de dólares a particulares para atesoramiento, el Banco Central se desprendió de unos u$s749,2 millones, que sumados a los u$s244,8 millones adquiridos para turismo, ascendieron a u$s994 millones hasta el lunes. Desde el 27 de enero último la AFIP autorizó la venta de divisas a minoristas por el 20% de los ingresos mensuales comprobados, como una vía para quitarle presión a la demanda en el mercado informal, donde se canalizaban las necesidades de divisas extranjeras en efectivo. La flexibilización cambiaria, complementada con la devaluación, contribuyó con éxito a desacelerar el alza del “blue” y la caída de reservas.

La modalidad redujo prácticamente a la mitad el volumen de operaciones del circuito paralelo, pues en promedio la venta formal para ahorro cursó unos u$s8,5 millones por día. El giro oficial fue eficaz para desactivar una escalada del precio del billete, que en la tercera semana de enero había alcanzado los $13,10, su valor más alto desde que comenzó el “cepo” cambiario, inmediatamente después de aplicada la más profunda devaluación del peso desde 2002.

Aunque el fiscal no es un objetivo protagónico, hay que recordar que al dólar oficial se le añade un 20% en concepto de adelanto de Ganancias, que lleva a la divisa a $9,84 según el promedio al público en casas de cambio y bancos, y a $11,07 en la modalidad “turista” (+35%), cotizaciones que acortaron la brecha con el “blue” y la estabilizaron por debajo del 50 por ciento.

Si bien las restricciones cambiarias continúan, puesto que sólo se puede adquirir la divisa en entidades financieras en las que se tenga cuenta y por un cupo preestablecido por el ente recaudador, el “blue” se descomprimió y su precio se desinfló: aún hoy, a $11,64, permanece un 11% por debajo del récord del verano. En 2014, el dólar informal avanza 15,9%, menos que la inflación registrada por las consultoras privadas y apenas arriba de la medida a través del IPC Nacional Urbano.

En una comparación interanual, la inflación Congreso hasta abril (último dato disponible) acumuló un 38%, mientras que el dólar paralelo avanzó apenas 12,2% de abril a abril (de 9,40 a 10,55 pesos), y un 35,8% entre el 10 de junio del año pasado y hoy. En tanto, el dólar mayorista, cuyo precio es determinado por las intervenciones del Banco Central en la plaza interbancaria, trepó 55% de abril a abril y 53,2% de junio a junio, ritmo de apreciación que muestra cómo el BCRA hizo un esfuerzo por descontar el atraso cambiario acumulado en años anteriores. Ese atraso llevó en la práctica a un desdoblamiento de la operatoria y a férreos controles que dosificaron incluso la disposición de divisas para importaciones.

Por efecto de la devaluación y las imposiciones tributarias, el encarecimiento del billete verde desalentó la demanda para vacacionar en el exterior. La salida de dólares por turismo se recortó 32% o más de u$s700 millones en el primer trimestre, a u$s1.549 millones, frente a egresos netos por u$s2.280 millones entre enero y marzo del año pasado, según el Balance Cambiario del Banco Central, que computa tanto la compra de divisas en efectivo como gastos con tarjeta en el exterior.

En el primer semestre de 2013, las salida de dólares del sistema financiero por la demanda de turistas acumuló u$s4.530 millones, mientras que las reservas del BCRA en el período cedieron 6.285 millones de dólares. El contraste con lo que ocurre en 2014 es notorio: los activos internacionales restaron entre enero y el 9 de junio unos u$s1.820 millones, un tercio que lo perdido el año pasado. Esta contención a la salida de divisas fue posible por el oportuno reconocimiento de un dólar más caro y la mayor carga tributaria, a la vez que demostró que la apertura del mercado cambiario no significa necesariamente perder más reservas. Distinta hubiera sido la suerte de la economía doméstica si en lugar de un “cepo”, el Gobierno hubiera optado por una devaluación gradual a partir de octubre de 2011.