Confianza exacerbada: otra vez el Merval pica en punta

El mercado accionario argentino es el que demuestra la mejor performance en un mundo mezquino en cuanto a rentabilidades financieras. Mientras la economía real de la Argentina sigue sin ofrecer signos vigorosos para augurar un crecimiento en el corto plazo, las cotizaciones de los activos refuerzan la tendencia al alza, cuando los agentes financieros apuestan a que el país podrá revertir el “cepo” cambiario y su escasez de dólares presente por un ciclo de mayor dinamismo futuro, sustentado por un abundante ingreso de capitales a partir del año próximo.

Son especulaciones, que en este caso favorablemente apuntalan a los precios de las compañías argentinas cotizantes en Buenos Aires y el exterior, así como a la deuda pública y corporativa. Muestra de ello es el descenso ostensible del riesgo país argentino. El diferencial de tasa de los bonos soberanos con sus pares del Tesoro de los EEUU disminuyó al rango más bajo desde julio de 2011, en torno a los 560 puntos básicos.

El avezado analista técnico Jorge Fedio, de Clave Bursátil, fue de los primeros que registró las señales de “bull market” que los inversores globales comenzaron a atribuir a la Argentina: “Esa proyección la tenemos para el 2015/2016 y tiene que ver con las expectativas que generan los cambios que surgen sin necesidad de anuncio alguno y el recambio presidencial”.

El panel Merval de acciones líderes acumula una ganancia en pesos de 17,1% desde que comenzó el año, contra un avance del dólar de apenas 2,5% de 8,555 a 8,7625 pesos en el mercado mayorista. En 2015, el Dow Jones de Wall Street acumula un alza promedio de apenas 1%, el Bovespa brasileño cae 1,7%, el FTSE de Londres progresa 4,7%, el Ibex madrileño sube 7,5 por ciento. El DAX de Francfort asciende 17,4% en el año, pero el beneficio es inferior al del Merval, pues el euro se depreció más que el peso argentino, un 10,8% desde el cierre de 2014.

Para Fedio, “la Bolsa sube y dispara, comienza a tener ‘dinámica alcista’ y, obviamente, estampida de precios en un marzo con todo, que desde el arranque se alza con el ‘Merval 10.000’. Cuando el Merval achica no es para asustarse, en todo caso es para aprovechar que ya recupera la tendencia. Y con mercado alcista, toda baja es oportunidad de compra”.

En una comparación interanual el Merval trepa 70% en pesos, que al restarle el 11,4% que subió el dólar oficial en el período, deja una ganancia cercana al 60% en dólares en doce meses, que supera a la de mercados bursátiles de China (+57,6%), Venezuela (+53,9%) e India (+36,9%), aún sin contar la devaluación de las divisas de estos países respecto del dólar norteamericano.

“La expectativa de que la suba de tasas de la Fed será gradual y sobre todo ordenada, junto a los múltiples estímulos monetarios desde otros bancos centrales, siguen dando espacio para que el apetito por riesgo global continúe vigente”, explicó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber. “Ello se combina con una creciente demanda por activos locales, la cual se refleja con claridad no sólo entre los bonos, sino también en las acciones, a pesar de tener que cargar todavía con la ‘mochila’ del petróleo”, agregó.

Germán Fermo, director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Di Tella, indicó que “se está incubando hace rato ya y muy anticipadamente la ‘historieta’ de Argentina como una nueva perla potencial de emergentes y todavía ni activamos un ‘bull market’ de economía real argentina, cosa que quizá ocurra en 2017”. Enfatizó el potencial que ofrece la acción de YPF, el título financiero más representativo de la Argentina en el mundo, cuyo ADR en u$s26 en Nueva York luce como una oportunidad difícil de igualar en caso de un rebote del crudo. “En algún momento del 2015 tengo la sensación de que habrá que considerar seriamente armar una posición long-energía global como trade de mediano plazo”, estimó Fermo.

Quizás está en el sendero correcto: YPF aún no despegó en el breve recorrido de 2015, que comenzó en u$s26,47, mientras que otros ADR mostraron extraordinarios rendimientos en dólares: Grupo Galicia (+45,1%), Edenor (+69%), Telecom (+18,8%), Banco Macro (+28,8%), Banco Francés (35%), IRSA (+16%), Pampa Energía (+57,4%) o Transportadora Gas del Sur (+32%).

Alerta desde Brasil

Alta inflación, dólar estático y tasas reales negativas para plazos fijos vuelven tentadora a la Bolsa local. Pero es un mercado inestable y volátil, descorrelacionado de la economía real, apto para traders curtidos y de alto riesgo para ahorristas corrientes.

Jorge Compagnucci, analista de Fénix Report, advirtió que las apuestas financieras por la Argentina pueden estar impulsando a una “burbuja” en algunos papeles, pues descuentan un escenario en el que el petróleo tocó un piso y en el que no se pondera la amenaza de una eventual crisis en Brasil, que ataque en simultáneo los planos político, económico y social del país vecino. Por el peso específico del socio del Mercosur en la región, su recesión postergará a la vez una pronta recuperación argentina.

Es más importante el ciclo en el que están compenetrados la Argentina y la región, y sobre todo por la estrecha relación que existe entre Brasil y la Argentina. Si Brasil se hunde, la economía argentina se verá socavada brutalmente”, dijo Compagnucci por Desde la Bolsa en Directo. La turbulencia brasileña, junto con la caída del crudo y la devaluación del real, hundieron 23,1% el precio en dólares de la acción de Petrobras en 2015. También Tenaris (-4,4%) sufrió la depreciación del euro y la baja del petróleo.

“Hay que hacer foco en lo que está pasando en Brasil”, subraya el economista y consultor Luis Secco. “La depreciación es frenética, y después de los cacerolazos, llevó a que Fernando Henrique Cardoso y Dilma Rousseff, por separado, hablaran sobre el juicio político. Hay anunciada hasta una marcha el 15 de marzo, y los brasileños no son de salir a la calle”.

“El sistema político está colapsando por la corrupción, igual que el real, y no hay consenso de que con esta devaluación la actividad se recuperará pronto. De hecho, los pronósticos se vienen revisando para abajo y ya varios apuntan a una caída del PBI de 1% este año. Todavía la industria argentina, que complementa la brasileña, no recibió ningún ‘mazazo’ en sus previsiones de pedidos. Pero lo están esperando de un momento a otro”, alertó Luis Secco.

El derrape del crudo no redujo el déficit energético

Este mes el Banco Central difundió su informe sobre Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario de 2014, en el que señala que el déficit comercial del rubro energético se incrementó 25% frente a 2013 y superó los u$s8.000 millones, en un nuevo récord.

En las cuentas del Central, el rojo comercial por energía ascendió a u$s8.131 millones, producto de exportaciones por u$s5.292 millones –con una caída interanual de 11%- e importaciones por u$s13.423 millones, un 8,1% más que en 2013. En un contexto de restricciones para operar divisas en el país, esta cifra cobra mayor magnitud cuando se recuerda que hasta 2010 Argentina tuvo superávit energético.

Con precios internacionales más elevados, en 2013 el déficit sectorial fue de u$s6.478 millones, según el ente monetario. La Argentina no pudo capitalizar plenamente la debacle de los hidrocarburos: desde los u$s107,26 por barril que cotizó el petróleo de Texas el 20 de junio de 2014, su valor se redujo prácticamente a la mitad en el segundo semestre. Este viernes el barril finalizó a u$s50,34 en Nueva York y a u$s60,22 en Londres para la variedad Brent.

En el saldo final del año, esta caída no fue suficiente para equilibrar las cuentas comerciales de la Argentina en este ítem y, probablemente, será recién en 2015 cuando la economía local podrá beneficiarse de los bajos precios del crudo, en tanto éstos se conserven estables. Sin embargo este abaratamiento de la energía es el principal escollo para reducir el déficit, pues desactiva los planes de inversión para desarrollar campos de gas y petróleo en el país, en particular del yacimiento no convencional de Vaca Muerta.

La baja del crudo se percibió levemente en el tercer trimestre del año pasado (-7% interanual) y con más contundencia en el período octubre-diciembre, pues “durante el cuarto trimestre de 2014 las distintas empresas vinculadas al sector energético registraron pagos de importaciones 20% menores a las realizadas el mismo trimestre del año anterior”, indica el documento del BCRA.

En 2014 la energía consumió el 22% de las divisas demandadas para las importaciones nacionales, que totalizaron u$s60.635 millones, según el Banco Central. Esto significa que hidrocarburos y electricidad se llevaron uno de cada cinco dólares destinados a compras en el exterior. “A excepción de los sectores vinculados al sector energético que registraron un aumento por unos u$s1.000 millones, el resto de los principales sectores registraron bajas interanuales en el total de pagos de importaciones”, subrayó el BCRA. Así, el peso del rojo energético se evidencia en otro dato: de las diez primeras empresas con mayores pagos de importaciones en 2014, seis correspondieron a la industria automotriz y tres al sector energía: dos petroleras y una del rubro eléctrico.

Por efecto del “impuestazo” a los autos premium y la leve recesión económica de 2014, resalta el recorte en u$s7.500 millones en compras del sector automotriz por insumos, piezas y unidades terminadas. De esta forma, el rubro energía, al contabilizar hidrocarburos y electricidad adquiridos en el exterior, desplazó a la industria automotriz como principal complejo importador de la Argentina. Las terminales locales acumularon compras por unos u$s12.000 millones el año pasado, frente a u$s19.579 millones en 2013.

El BCRA detalló que “los mayores pagos de importaciones del sector energía en 2014 se dieron en un contexto de mayores niveles de demanda. Según la información disponible en la síntesis del mercado eléctrico mayorista, informe publicado por la Secretaría de Energía, la energía demandada del sistema creció alrededor de 2% interanual en los primeros once meses de 2014. Dicho incremento se observó particularmente en el periodo marzo-julio”.

Divergencias con el INDEC

Las cifras del rojo energético registrado por el BCRA son holgadamente mayores que las difundidas por el INDEC, con una diferencia de 30,2% o 1.888 millones de dólares. El cuestionado ente estadístico informó un déficit sectorial de u$s6.243 millones en la balanza comercial energética en el acumulado de los doce meses de 2014.

Esta divergencia puede surgir por el momento en que se asientan las transacciones con el exterior, que en algunos casos se efectúan al contado y en otros se cancelan por adelantado o a plazo, aunque no deja de ser llamativa, pues en el ejercicio 2013 la brecha entre las cifras del BCRA y el INDEC no superó el 12%, entonces unos 800 millones de dólares.