El aporte de agrodólares sigue bajo presión

El breve recorrido del 2015 permite avistar un debilitamiento del ingreso de divisas por exportaciones de granos e industrias afines, que se agudiza por el efecto nocivos de diversos factores ya advertidos en 2014 y 2013. La liquidación de divisas del agro desciende un 20% en lo que va del año, principalmente por la pérdida de valor de los principales productos de exportación de la Argentina, además del atraso cambiario con elevadas retenciones que desalientan estas ventas. En ese contexto, los productores optan por aumentar sus tenencias en silbolsas, cuando los rindes se sostienen en niveles récord y “pisan” los precios en el mercado internacional.

Dante Romano, del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, calcula que “en la Argentina se podrían pasar de campaña unos seis millones de toneladas de soja, que se sumarían a una producción de entre 57 y 58 millones de toneladas”, un nuevo máximo histórico. A esta previsión la alimentan favorables pronósticos climáticos, vitales en este mercado, con abundantes precipitaciones que mantienen el buen estado de la soja y el maíz en la presente campaña en la zona núcleo argentina. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires coincide en estimar la producción de la oleaginosa en un récord de 57 millones de toneladas y la del maíz, en 22,5 millones.

La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que entre el 2 de enero y el 20 de febrero de 2015 los exportadores de granos liquidaron u$s1.813,1 millones por ventas al exterior, un 20% menos con una cosecha que resultó 15% superior. Esta caída en el ingreso de divisas a un monto equiparable al de 2007 no es ajena a la baja de precios de los productos primarios que perduran como el principal sostén de las ventas externas. En comparación a un año atrás la tonelada de soja se desplomó un 27,9% en el mercado de Chicago, a u$s367; el trigo restó 17,6% (u$s187) y el maíz apenas recuperó un 0,7% interanual, a 151 dólares. Estos valores hacen añorar las cotizaciones máximas históricas, que en el caso de la soja alcanzaron los u$s650 por tonelada en septiembre de 2012.

La cosecha de soja fue en la última campaña –concluida en julio último- de 55,6 millones de toneladas, un récord que superó en 14,6% los 48,5 millones de 2013 y en 39% los 40 millones de 2012. Estas zafras elevadas también se advirtieron en Brasil y los EEUU, que integran con la Argentina el selecto grupo de mayores productores y exportadores de la oleaginosa, y motivaron que la cotización en Chicago descendiera 4,5% en los últimos dos meses. Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja (45% y 43% del mercado global, respectivamente), el tercero de grano de soja (8%) y el cuarto de maíz.

“La duda es si los productores podrán seguir reteniendo. Su intención será vender lo mínimo indispensable para cancelar cuentas del año pasado y los vencimientos de esta campaña. Con precios que son más bajos, costos crecientes, inflación y una devaluación que nunca llegó, la proporción de soja que habrá que vender será mayor que la del año pasado”, consideró Dante Romano.

Un estudio de Guillermo Rossi, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario, indicó que la producción agroindustrial redujo 10% sus ingresos en 2014, a u$s35.429 millones, al incluir granos, sus derivados industriales, carnes, lácteos, frutas y cultivos regionales. Sólo el complejo sojero (porotos, harina, aceite y biodiesel) representó ingresos por exportaciones de 21.345 millones de dólares.

En este trabajo, en base a datos de comercio exterior del INDEC, Rossi refiere que “en la caída de algo más del 10% en el ingreso de divisas del 2014 hay elementos de precio y de cantidad. Como es sabido, el mercado internacional de productos agrícolas sufrió una brusca caída en el segundo semestre del año pasado”, que impactó en un momento en que el país contaba con amplia disponibilidad de stocks. “Uno de los productos más perjudicados fue el aceite de soja, altamente correlacionado con el precio del petróleo”, añadió.

Según CIARA y CEC la liquidación de exportaciones sectorial fue de u$s24.143,7 millones en 2014, un 4% más que en 2013 (u$s23.208 millones) y apenas 3,9% debajo del máximo registro de u$s25.133 millones en 2011. Debe destacarse que en 2014 la tonelada de la soja promedió u$s474,59 y la de maíz, unos 172,62 dólares. Estas cotizaciones son un 11,5% y 28,8% más bajas, respectivamente, que en 2013, pues la soja promedió u$s536,25 por tonelada, y el maíz, 242,58 dólares. En 2011, el grano de soja promedió u$s505 por tonelada y el maíz u$s288,70: así, los precios de 2014 fueron 6% y 40% menores, respectivamente.

Otros informes oficiales ratifican la trascendente contribución de dólares del agro, aún con deterioro de precios internacionales y el acopio de producto que desde el Gobierno le atribuyen al sector. El Balance Cambiario del Banco Central contabilizó en la totalidad de 2014 “cobros de exportaciones del sector olaginosas y cereales por u$s27.097 millones, un importe marginalmente superior al del año 2013”, que contrastó con el resto de los rubros exportadores de bienes, que liquidaron u$s42.473 millones, con una caída interanual de 12 por ciento.

Según las planillas del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), el BCRA detectó que el complejo cerealero-oleaginoso expandió su participación al 38,9% de las exportaciones argentinas el año pasado, sobre un total de u$s69.569 millones acumulados en 12 meses. Es decir que mientras que el agro sostuvo sus ventas externas, el resto de los rubros arrastró a un descenso interanual del 8% en las exportaciones de 2014.

Economía argentina: entre la realidad y las expectativas

Finalizó el primer semestre del año con sensaciones encontradas. En lo inmediato, la indefinición de las negociaciones con los holdouts acaparó la atención de los últimos días, pero fueron los informes referidos al desempeño de la economía los que dieron un panorama claro del devenir de la actividad general, del que la coyuntura nos distrae. Otra visión complementaria y opuesta fue la que dejó el alza de precios de los activos financieros, guiados por el optimismo sobre las expectativas de un cambio de política económica después de 2015 antes que por los datos duros del presente.

Este lunes, el INDEC informó que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) -anticipo del informe trimestral de PBI- cayó un 0,5% interanual en abril. El dato confirma la tendencia contractiva mostrada en el primer trimestre de 2014, que dejó un 0,2% de caída respecto del mismo período de 2013. De persistir este sesgo, la economía estará técnicamente en recesión con el informe de junio, aunque hay un dato alentador: la actividad del cuarto mes del año creció 0,6% frente a marzo último y podría indicar que la caída empieza a moderarse.

El INDEC también confirmó que la construcción bajó 4,4% interanual en mayo y sumó el cuarto mes consecutivo en descenso. Un estudio del Instituto de Estadística y Registro de la Construcción (IERIC) determinó la preocupante pérdida de 19 mil puestos de empleo formales en este rubro durante el último año. El informe contabilizó que la cantidad de empresas empleadoras se redujo 12,2% entre mayo de este año y doce meses atrás.

También los datos oficiales confirmaron que la actividad industrial cayó un fuerte 4,9% en mayo contra el mismo mes del año pasado. Fue la peor caída fabril en más de cinco años y acumuló así 10 meses de resultados negativos interanuales. La producción automotriz sumó un desplome del 20% en cinco meses. Informes privados, como el Índice de Producción Industrial (IPI) de la fundación FIEL y el estudio mensual de Ferreres & Asociados, detectaron una retracción manufacturera en mayo del 7,9 y 7,4 por ciento, respectivamente, frente a mayo de 2013.

La cara positiva de la moneda la mostraron los activos financieros, como las acciones, que ganaron casi 50% en promedio en el primer semestre, el triple que la inflación real y el doble que el dólar.  Los papeles de empresas energéticas y bancarias fueron los preferidos en las apuestas de los inversores. Al ritmo de las especulaciones sobre un ajuste de tarifas de los servicios públicos, Metrogas trepó un 190% entre enero y junio, seguida por Edenor (+185%), Central Puerto (+113%), Transener (+111%), Endesa Costanera (+110%) Pampa Holding (+108%) y Transportadora de Gas del Norte (+95%). Del lado de las financieras, lideró Banco Francés (+93%), seguida por Banco Macro (+83%), Consultatio (+65%) y Grupo Galicia (+58,4%).

YPF, la empresa más grande de la Argentina y la de mayor ponderación en el mercado bursátil, ganó un 13,7% en pesos en el Merval, aunque resignó un 0,8% en su cotización en dólares en Wall Street. Más ligada a la actividad real -en contracción- y a los avatares de las finanzas públicas -por estar bajo control estatal-, la petrolera no pudo plegarse aún al “rally” ganador de otros papeles.

Una buena performance mostraron los bonos soberanos en dólares, a pesar de que sus precios atravesaron un tramo bajista las últimas dos semanas, movimiento inversamente proporcional a la creciente incertidumbre sobre la suerte de un eventual acuerdo con los acreedores que litigaron contra la Argentina en los EEUU por sus tenencias de deuda en default.

A mitad de camino quedó el dólar. La divisa norteamericana avanzó en el semestre un 24,5%, a $8,135 en el segmento mayorista. Este aumento se concentró en enero, mes de la mayor devaluación en 12 años. Le ganó al dólar informal, que anotó un alza de 21% entre enero y junio, para alcanzar los $12,15, aunque lejos del récord de $13,10 a comienzos de año. El billete verde, de todos modos, fue una buena defensa contra la inflación, que podría acercarse para el INDEC al 15% semestral (acumula +13,5% entre enero y mayo) y al 20% en las mediciones alternativas (el IPC Congreso acumuló hasta mayo 18,5%).

Un punto a favor lo anotó el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, que contuvo la pérdida de reservas de la mano de la suba de tasas de interés, el endeudamiento en pesos de la entidad y la imposición de desarme de posiciones en dólares para las entidades financieras. Los activos internacionales alcanzan los u$s29.243 millones, con un alza de u$s701 millones en junio y una pérdida de u$s1.356 millones en el primer semestre. En el mismo lapso de 2013 habían cedido 6.285 millones de dólares.

Una mención aparte ameritan el agro y las industrias derivadas, que aportan un tercio de las exportaciones y son importante sostén de la economía local, en particular por el ingreso de divisas y su contribución fiscal por retenciones. La soja, producto insignia del sector, aumentó un 5,4% en lo que va del año, a u$s514,60 por tonelada, una cotización relevante en perspectiva histórica. Asimismo, se espera para la actual campaña una zafra récord de poco más de 55 millones de toneladas. Si bien las liquidaciones de exportaciones en el primer semestre alcanzaron los u$s13.100 millones, prácticamente un nivel similar al máximo de 2011, este monto significa apenas la mitad del valor anual de la cosecha, lo cual puede interpretarse como signo de que los productores están acopiando grano, a la espera de un tipo de cambio oficial aún más alto, que incentive las exportaciones de aquí a fin de año.