Después de un complicado 2014, en el que se debilitaron casi todos los indicadores macroeconómicos de la Argentina, los análisis internacionales apuntan que el presente será otro año recesivo para nuestro país, en el marco del bajo crecimiento que afectará a toda América Latina. La expansión regional inició el último año un ciclo de desaceleración que se mantendrá mientras se prolongue la apreciación global del dólar, con la consiguiente devaluación de las divisas latinoamericanas y la caída de precios de sus productos de exportación.
El miércoles pasado, el Fondo Monetario Internacional divulgó su pronóstico de crecimiento para la región y señaló que la Argentina será la que manifieste el peor desempeño, detrás de Venezuela. Para el país caribeño estimó una caída del PBI del 4% en 2014 y una profunda contracción económica del 7% para 2014, afectado puntualmente por el recorte de 60%en los precios del petróleo en los últimos siete meses. Sobre la Argentina, definió una leve baja del 0,4% del PBI el año pasado y proyecta un declive de actividad del 1,3% en 2015. “A pesar de la moderación de las presiones cambiarias y de un crecimiento más vigoroso de lo previsto en 2014, Argentina continúa haciendo frente a importantes desequilibrios macroeconómicos”, sintetizó el FMI.
El organismo estimó un “crecimiento mediocre” promedio de 1,3% para América Latina en 2015, en sintonía con las conclusiones de otros estudios. Una presentación de Itaú Unibanco en el Foro de Davos prevé un año 2015 poco alentador ante la desaceleración de la economía mundial, con un camino dificultoso para Brasil y más positivo para México.
El economista en jefe del banco brasileño, Ilan Goldfajn, detalló en el foro empresario que “este año veremos una mejora, gracias a EEUU, pero probablemente no lo suficiente para devolver a Latinoamérica a un crecimiento muy fuerte”. Para Brasil, un destino comercial clave de la producción argentina, anticipa un crecimiento de 0,2% en su PBI, en lo que será el quinto año de bajo crecimiento: tras un alza de 7,5% en 2010, la economía del gigante sudamericano creció 2,7% en 2011, un 1% en 2012, 2,5% en 2013 y registró una expansión cercana a cero el año pasado. En ese sentido, el FMI rebajó en 1,1 puntos su previsión de crecimiento para Brasil en 2015, en apenas 0,3 por ciento.
Según la consultora española Focus Economics, los tres referentes del Mercosur -Argentina, Brasil y Venezuela- serán un lastre para la “tendencia creciente” que evidencian otras economías latinoamericanas. El retroceso del 0,5% en el PBI del Mercosur en su conjunto en 2014 contrasta con el avance del 4,2% registrado en la Comunidad Andina (CAN), integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
En un informe titulado “Latin Focus Consesus Forecast”, la agencia detectó un anémico crecimiento de 0,2% para Brasil 2014, determinado también por la devaluación de su moneda, factor que deprime su PBI medido en dólares. También registró “una contracción significativa” en los PBI de Venezuela (-3,6%) y Argentina (-0,8%). Al primero lo impactó el desplome del crudo, al segundo, una inflación que pasó a ser estandarte de la recesión.
Focus Economics enfatiza que la Argentina padece la “fuerte caída en el consumo privado”, con un restringido acceso al mercado de deuda por la estancada renegociación de deuda en cesación de pagos. Otros indicadores confirman este freno brusco de la actividad económica argentina. Según la consultora Ferreres & Asociados, el PBI cayó 2,6% durante 2014 y la producción industrial registró una merma de 3,6% interanual. Para el INDEC, en el acumulado enero-noviembre de 2014 la retracción de la actividad económica fue 0,2%, mientras que durante 2014 la producción de la actividad fabril bajó un 2,5% respecto del año anterior.
Frente al retroceso de las cotizaciones de las materias primas, todavía el sustento de la actividad económica latinoamericana, los análisis proyectan un inminente período de transición, alejado de las elevadas tasas de crecimiento de la última década, en el que se impondrán las medidas de austeridad fiscal y control de la inflación, con menos divisas por exportaciones y encarecimiento del crédito externo ante una eventual suba de tasas en los Estados Unidos.
Inflación y devaluación
A las menores tasas de crecimiento le replicaron mayores índices de inflación. Venezuela, con un 63% anual, y la Argentina, en un rango entre 24 y 40 por ciento, según la fuente, encabezaron el listado de alza de precios minoristas, que según la CEPAL promedió un elevado 9% anual en América Latina. Focus Economics prevé para la región una inflación promedio del 13,3% y un déficit fiscal de 4,5% del PBI para 2015.
En Davos, los especialistas financieros coincidieron en que el crecimiento regional a “tasas chinas” observado en el primer tramo de este siglo está dando paso a uno de crecimiento débil, sin que los países hayan aprovechado a pleno el ingreso de dólares para cambiar su matriz productiva, todavía anclada a las materias primas, que representan el 60% de sus ventas externas, con instituciones que siguen en proceso de consolidación y notorias brechas sociales.
En el foro anual que se lleva a cabo en la ciudad suiza, el ex presidente del Banco Central argentino, Mario Blejer, afirmó que “la fiesta se ha terminado” y que las naciones se enfrentan a la necesidad de generar valor agregado a través de “inversiones que deben ir hacia la diversificación con una lógica de aprovechar las ventajas comparativas”.