En las reservas ya hay más yuanes que dólares

Hace casi un año, el 29 de octubre de 2014, las reservas internacionales del Banco Central se situaban en un nivel parecido al de hoy, en 27.346 millones de dólares. El 1° de octubre del año pasado Alejandro Vanoli asumió la presidencia de la entidad en reemplazo de Juan Carlos Fábrega con el firme objetivo de sostener el nivel de activos a través de un recurso que se había usado escasamente en el pasado, la firma de acuerdos de “swap” o intercambio de monedas con otros bancos centrales del mundo.

Así, el 30 de octubre de 2014 se activó el primer tramo del “swap” rubricado con el Banco Central de China, por el equivalente en yuanes a 11.000 millones de dólares. Entonces, el 80% de las reservas del BCRA, o poco menos de USD 22.000 millones, estaban nominados en dólares estadounidenses, que incluían fondos netos, depósitos bancarios como encajes o títulos realizables en dólares, como bonos del Tesoro de los EEUU.

Con el transcurso de los meses dicha relación fue retrocediendo a menos de la mitad, pues se utilizaron los dólares para pagar deuda pública o surtir de billetes a los minoristas para ahorro y turismo. Mientras tanto, esa salida de dólares del sistema financiero local se compensó con el ingreso de yuanes prestados, divisas que en el mundo no son consideradas como reserva de valor o moneda “dura”.

El pago final del BODEN 2015 este lunes, por unos USD 5.900 millones, asestó un golpe a los cimientos del activo del BCRA, que pasó el último año reemplazando dólares genuinos, ganados a fuerza de exportaciones -es decir, trabajo argentino-, por yuanes ingresados a través de asientos contables.

“La Argentina ha cerrado el último capítulo del gran endeudamiento argentino. Argentina ha pagado íntegramente el BODEN 2015”, ponderó la presidente Cristina Kirchner por cadena nacional. Aquella emisión la llevó adelante el gobierno de Néstor Kirchner en 2005 para cubrir los préstamos de dólares que hizo Venezuela a la Argentina, cuando el país aún lidiaba con los bonistas luego del default más grande de la historia. Por ello, la mandataria destacó que “es la primera vez que un gobierno que emite una serie de bonos de endeudamiento es el mismo que los paga y no se los deja a otro”. Sin embargo, queda pendiente otra deuda: la que se oculta en el deteriorado balance del BCRA.

A la fecha, ya activado el total de los tramos del “swap” chino, esos yuanes por USD 11.000 millones significan el 39,7% del total de los activos internacionales del BCRA, en USD 27.713 millones, según datos provisorios, tras el pago del BODEN 2015. Las tenencias de oro en reservas, por unos U$S 2.250 millones, representan ahora un 8,1% del total, mientras que los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI (alcanzaban unos USD 2.880 millones al cierre de agosto) son un 10,4 por ciento.

Si a los activos en moneda extranjera (en divisas convertibles) declaradas por el BCRA descontamos los yuanes, los euros equivalentes a unos USD 1.600 millones (un 6,3% del total) y omitimos las posiciones marginales en otras divisas como la libra esterlina, las tenencias de dólares (en divisas y bonos) ascienden a unos USD 10.000 millones (35,4% del total) por debajo del monto del “swap” chino, lo cual sitúa a los yuanes como el activo de mayor peso dentro de las reservas internacionales de la Argentina.

Las reservas tuvieron la mayor alza mensual en 8 años

Abril de 2015 fue uno de los mejores meses para el balance del Banco Central. Las colocaciones de deuda del Tesoro y de YPF generaron un ingreso de divisas infrecuente desde que el Gobierno estableció restricciones al mercado de cambios a fines de 2011, muy oportuno además por el declive de la liquidación de exportaciones de la agroindustria.  Las reservas internacionales de la entidad que preside Alejandro Vanoli treparon unos u$s2.411 millones el último mes, el mayor incremento mensual desde junio de 2007, hace casi ocho años, cuando se contabilizaron 2.576 millones de dólares. Así regresaron al nivel de octubre de 2013.

Desde que hay “cepo” los dólares comerciales fueron la principal fuente de abastecimiento de divisas para sostener importaciones, pagos de deuda y demanda para ahorro y turismo. En 2015, el Gobierno viró su postura refractaria a endeudarse en el mercado y empezó a demandar divisas financieras, con lo que logró con creces alcanzar su objetivo de estabilizar la plaza cambiaria, aunque debió resignarse al pago de una elevada tasa de interés en dólares cercana al 9% que casi en totalidad deberá ser asumido por los próximos gobiernos.

El último 23 de abril el BCRA informó que las reservas habían aumentado u$s1.247 millones, que formaban parte de los u$s1.415 que alcanzó la colocación del Bonar 2024 del 21 de abril. Por la inyección de las Obligaciones Negociables de YPF, entre el 28 y el 29 de abril se sumaron otros 1.221 millones. En el caso de la petrolera, la emisión de deuda superó a la del Tesoro, pues alcanzó u$s1.500 millones, y lo aventajó en tasa de interés: 8,5% contra 8,956% anual en dólares, a diez años.

En los seis meses anteriores, desde la asunción de Vanoli, los activos fueron sostenidos por los yuanes captados a través del “swap” con el Banco Central de China. Estos fondos, sin embargo, constituyen préstamos que los analistas financieros no contabilizan como reservas netas. También discriminan los depósitos en moneda extranjera en el sistema financiero local (encajes), Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI, préstamos de organismos internacionales y multilaterales, los CEDIN y otros pasivos, por cuanto afirman que las reservas reales son la mitad que el monto informado en reportes oficiales.

Con los dólares ingresados a cambio de títulos soberanos y de YPF mejora esta ecuación. De acuerdo con un estudio elaborado por el economista Nicolás Dujovne, las reservas en octubre del año pasado tenían un nivel neto que representaba el 66% del total de los activos internacionales. En marzo de este año esa proporción se había reducido al 45 por ciento. Con esta dinámica, la semana pasada las reservas netas se recuperaron hasta un 53% del total de activos internacionales, unos 18.000 millones de dólares. Debe recordarse que las reservas internacionales representan apenas un 26% del total del activo del BCRA, integrado principalmente por títulos en dólares y pesos entregados por el Tesoro nacional a la autoridad monetaria a cambio de efectivo para pagar deuda o cubrir gasto corriente.

En ese sentido, un informe de Empiria Consultores resalta que “las colocaciones del Bonar 24 y de YPF reforzaron las reservas en el momento del año en que ello era menos necesario, aunque tal vez deban ser usadas para cancelar parte del fondeo cosmético que recibió el BCRA. Por otra parte, el BCRA podría utilizar esta abundancia relativa reforzada por las colocaciones de deuda para aliviar las restricciones a las importaciones. Endeudarse para mantener un atraso cambiario insostenible es una muy mala receta, que solo tiene explicación con sentido electoral”.

Más deuda, menos dólares comerciales

Desde el “cepo”, la principal fuente de divisas para las arcas del Central fueron sus compras en el mercado mayorista, donde se liquidan las exportaciones y los escasos créditos e inversiones del exterior. En este sentido, el deterioro de la balanza comercial en 2015, en particular por la caída de precios internacionales de los granos, permitió a la entidad acumular en abril un saldo positivo de unos u$s1.400 millones, un monto reducido si se contempla que ese mes, junto a mayo y junio, concentran las ventas del agro y constituyen el trimestre más fuerte para la llegada de dólares a la economía local.

La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales comunicaron que sus empresas asociadas liquidaron exportaciones por unos u$s5.039,1 millones desde que comenzó el año. La cifra es 31,4% inferior a la del mismo período de 2014, explicada por la caída de cotizaciones de estos productos, que totalizan un tercio de las ventas al exterior. “Sería una paradoja que se reemplacen los dólares perdidos por la caída en el precio de las commodities por dólares financieros que permitan sostener por un tiempo una paridad cambiaria real inadecuada”, señaló Daniel Artana, economista Jefe de la Fundación FIEL.

La notoria alza de reservas no implica el fin de la restricción externa. Aunque el país está en default técnico y los acreedores reestructurados continúan sin cobrar intereses de títulos Par y Discount, las divisas serán necesarias para la amortización de capital e intereses de Boden 2015, el 3 de octubre. El principal vencimiento de deuda del año, por unos u$s6.300 millones, aún obliga a una ajustada transición en materia cambiaria.

Un mes de bruscos sobresaltos financieros

En el plano económico, la novedad sobresaliente del pasado octubre fue el reemplazo de Juan Carlos Fábrega por Alejandro Vanoli en la conducción del Banco Central. Este nombramiento tuvo decisivas derivaciones: el ajuste de los controles sobre el mercado y los gestos contundentes para disuadir a los referentes de la plaza financiera que buscaban el refugio del dólar. Éstos últimos optaron por desarmar posiciones, con relativo éxito para frenar la escalada del precio de la divisa. Si esta presión permite un forzado triunfo al Gobierno, trae duras consecuencias, como el exacerbado el “cepo” a las importaciones y una continuidad sin plazo para la recesión. El propio INDEC reconoció que la producción industrial acumuló 14 meses de retroceso interanual.

Inspecciones rigurosas, como el publicitado allanamiento a la sociedad de bolsa Arpenta, y la advertencia del titular del BCRA acerca de que se investigará si hay maniobras de lavado de dinero en las operaciones de “contado con liquidación” fueron ejemplos de las movidas oficiales que desactivaron la dolarización de carteras a través de operaciones bursátiles formales. Cayó el volumen negociado en la Bolsa y el índice Merval perdió en promedio un 12,2% en octubre.

En el mismo sentido, también se recortó con fuerza el precio implícito del dólar en transacciones financieras, al dividir las cotizaciones en pesos en la Bolsa porteña por los precios en dólares en Wall Street. El “contado con liqui” se desplomó 12% (de $14,93 a $13,14), el dólar MEP cayó 12,6% (de $15,26 a $13,34) y el dólar “blue” perdió 9,1% (de $15,72 a $14,28).

El descenso del dólar informal tuvo cierto sustento si se observa la relación de “convertibilidad” entre la Base Monetaria ($396.113 millones) y las reservas (u$s27.402 millones), con datos actualizados por el BCRA al 23 de octubre, que resulta en un dólar teórico de $14,45, más cercano al valor actual del “blue” que de los casi 16 pesos del 24 de septiembre pasado. El atraso cambiario parece ser un baluarte del esquema económico: el dólar mayorista terminó el mes en $8,5025, con una suba de apenas 0,9%, la mitad que la inflación real, desde los $8,4275 del final de septiembre.

Sobre el cierre del mes, el Banco Central activó el swap con China y sumó unos u$s800 millones a las reservas, a las que hay que añadir unos u$s200 millones adquiridos en el mercado mayorista, donde la autoridad monetaria monopoliza las compras, a expensas de los importadores. Así, el ente emisor logró un modesto éxito: terminar octubre con un saldo positivo de u$s237 millones para los activos internacionales, en u$s28.103 millones, aún con la efectivización récord de divisas para atesoramiento y turismo por un total de 485 millones de dólares. Hay que recordar que por el default “selectivo”, el BCRA todavía contabiliza u$s700 millones de intereses de bonos Discount y Par, cuyo desembolso fue bloqueado por el juez Thomas Griesa.

De todos modos, hay que resaltar las muy buenas noticias desde el frente externo. Por una parte, los precios de la soja rebotaron desde sus pisos del año y recuperaron un 14% en el mes. Los granos y sus derivados aportan más de un tercio de las exportaciones argentinas y las mejores cotizaciones en el exterior alientan mayores liquidaciones de divisas.

A la vez, se consolidó el descenso del precio del petróleo, que permitirá a la Argentina estabilizar en 2014 el déficit en materia energética, que había trepado en todo 2013 a unos 6.500 millones de dólares. El barril de crudo de Texas se situó apenas sobre u$s80 el barril y desde enero cedió 18%, mientras que la variedad Brent, que se negocia en Londres, perdió alrededor de 25% en el año.

Según el Balance Cambiario del BCRA correspondiente al tercer trimestre del año, en el lapso julio-septiembre los pagos de importaciones de las empresas vinculadas al sector energético bajaron un 7% o u$s258 millones frente al mismo período de 2013. Si bien entre enero y septiembre las compras de energía al exterior se mantuvieron por encima del año anterior (u$s10.800 millones frente a u$s9.722 millones), la tendencia es declinante por el efecto conjunto de la recesión local y la baja de precios internacionales.

La conclusión que dejó octubre es la de una cierta tregua financiera en un país aquejado por el estancamiento, el default y la carencia de crédito. Es un poco de aire fresco para una política económica agotada, que tiene como único objetivo pagar el menor costo político posible para llegar al cambio de mando en diciembre de 2015, a costa de postergar esfuerzos contra los problemas de base acumulados desde la intervención del INDEC para encubrir la inflación, el atraso cambiario que nació a la sombra de “crisis del campo” de 2008 y el camino sin retorno a la recesión que significó el “cepo” al dólar desde 2011.