El anuncio del secretario de la AFIP, Ricardo Echegaray, sobre un aumento del anticipo a cuenta de impuestos para las compras y pasajes al exterior con tarjetas de crédito y débito, extendido a otras operaciones en efectivo, no fue una sorpresa. La enorme brecha de casi 60% entre el dólar oficial y el informal vuelve una tentación viajar al exterior con un tipo de cambio subsidiado en los hechos. Frente a semejante diferencia, un 20% de recargo -con opción a la devolución en concepto de Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales- parece todavía un costo modesto.
Bajo el argumento de “evitar las maniobras de algunas agencias de turismo con ciertas financieras que compraban paquetes anticipados”, el organismo recaudador puso el foco en la salida de dólares del país por turismo y apeló a una nueva medida de corto plazo originada en las distorsiones que genera el atraso cambiario, a falta de iniciativas de política económica y monetaria de fondo que ataquen la inflación.