Por qué necesitamos una Cédula Escolar Federal

Con el aval del Ministerio de Educación de la Nación, presenté en el Senado un proyecto para crear la Cédula Escolar Federal, registro digital integral que permitirá a alumnos, padres y docentes, contar con una mayor y mejor información de los alumnos y permitirá al Estado, realizar un diagnóstico en tiempo real sobre el sistema educativo nacional.

Son muchos los casos que nos ilustran la necesidad de ese Estado Presente y que reclamamos como sociedad; niños en riesgo de vida por desnutrición, alarmante deserción escolar,  niveles académicos magros, situaciones de vulnerabilidad social y de maltrato infantil, entre otros.

Con la Cédula Escolar nos proponemos dar un paso, no solo en conocer la situación real de nuestro país sino en ir más allá de la simple verificación estadística de esa realidad, buscando cambios concretos y efectivos que permitan poner en marcha acciones preventivas que eviten esa vulnerabilidad. La cédula escolar tiene una finalidad resolutoria, integral y no persecutoria, permitiendo primero diagnosticar el sistema (algo indispensable) y luego brindar soluciones en materia de políticas públicas.

Los niños y jóvenes del sistema educativo deben ser prioridad del Estado. Un Estado presente para actuar, debe conocer y contar con información actualizada que  permita individualizar causas, asistir a cada individuo en su realidad y proponer soluciones concretas tales como uso efectivo de los servicios sanitarios, mejorar programas sociales, el entorno físico y social del niño y lograr mayor eficiencia en la Asignación Universal por Hijo, entre otros.

La cédula permite integrar en forma precisa datos preexistentes sociales, educacionales y de salud; a través de un soporte informático o digital unificado en todas las jurisdicciones. Por su carácter estatal  se brindan las garantías necesarias como apoyo fundamental para el ejercicio de las funciones propias de los poderes del Estado, que no son más que velar por la seguridad, salud y educación de nuestros niños, niñas y adolescentes.

Existen varias jurisdicciones en el país que cuentan con legajo o registro digitalizado de alumnos (SINIDE) pero al no estar centralizados ni integrados entre sí ni con otros organismos,  se desaprovechan datos e informes importantes que garantizarían el trabajo en conjunto de las distintas aéreas.

La cédula escolar responden al reconocimiento de los derechos a la educación y a la salud consagrados en tratados internacionales de derechos humanos con rango constitucional-Declaración Universal DDHH; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Convención sobre los Derechos del Niño etc.- como así lo consigna nuestra Carta Magna; legislando y  promoviendo  medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, el pleno goce y ejercicio de los derechos.

El proyecto contempla el derecho a la intimidad y se legisla para no poner en riesgo la privacidad de nuestro niños, y así establece el deber de resguardar y preservar el derecho a la autodeterminación informativa, la confidencialidad de los datos y el uso sólo para fines sociales y/o educativos de los responsables de dicho programa; como así también sus fundamentos limitan la utilización de los mismos a funcionarios especialmente designados; no debemos olvidar que los fundamentos de nuestras leyes, establecen el espíritu.

Para el resguardo de esta información, nuestro sistema cuenta con la ley 25.326  y con la Dirección de Protección de Datos Personales como principal ente de control, para garantizar el correcto funcionamiento de estos registros. La ley de protección de datos personales establece que es posible la recolección y tratamiento de datos sensibles cuando median razones de interés general autorizadas por ley, que es justamente lo que pretende este proyecto procurando el bien común; describe a los datos sensibles como aquellos que revelan origen racial y ético, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referentes  a la vida sexual o a la salud, siendo el Estado el principal tutor de los mismo.

Considero que es un avance para nuestro sistema educativo, permitiéndonos un salto cuantitativo y cualitativo en el diagnóstico del mismo, permitiendo generar políticas al Estado Nacional que sean soportes para cada provincia, brindando medios y recursos necesarios, en pos a la igualdad de todos los niños, niñas y adolescentes de todo el país.

Una grave ausencia de obras y planes de contingencia

Las lluvias intensas siguen azotando a Buenos Aires -el cambio climático y el Niño han generado que en los últimos  30 años se produzcan más tormentas intensas que en los 70 anteriores- y, sin embargo, la política no da respuesta. Algunas consideraciones sobre este fenómeno:

• Las inundaciones en La Plata del 2013 demostraron la total falta de un plan de contingencia en la Provincia, se empezó a inundar la ciudad y nadie sabía que hacer lo cual implicó más de 50 muertos declarados oficialmente y casi 100 según los privados.

• La ciudad de Buenos Aires no hizo un mejor desempeño, tuvo la suerte que las lluvias fueron sustancialmente menores que en La Plata. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no cuenta hoy en el 2014 con un plan de contingencia; una lluvia intensa como la platense implicaría una catástrofe mayúscula si no cambiamos la política.

• La ciudad de Luján resulta el ejemplo extremo; ya se inunda varias veces por año. ¿Por qué? ¿Por cambios naturales? No, debemos analizar también las acciones de los hombres.

• Se debe concientizar que grandes obras contra las inundaciones pueden reducir el nivel de riesgo hídrico, pero no eliminarlo, por lo cual debemos preparar a la población para un posible evento. Muchas inundaciones actuales se dan por las mismas acciones del hombre. La falta de planificación, los usos demagógicos de políticos de turno que repartieron áreas fiscales que eran inundables, los negocios de desarrolladores inmobiliarios que no son bien controlados; nos han llevado a ocupar espacios pertenecientes a los ríos y arroyos.

Veamos el caso del Río Luján, que pasa por la localidad con emprendimientos sobre zonas del río, Pilar con barrios que están sobre zonas que solía ocupar el río en crecidas y luego por el Municipio de Tigre, donde se han construido grandes emprendimientos inmobiliarios privados, con grandes obras de relleno, que fueron tanto autorizados por el Municipio de Tigre, como por la dirección de Saneamiento y Obras Hidráulicas de la Provincia de Buenos Aires; sin un análisis profundo de las consecuencias permitieron un gran negocio privado. Estos rellenos generan una reducción de zonas bajas que permitían una expansión del río;  y colaboran en gran medida a que el río inunde aguas arriba cuando antes no lo hacía, a eso debemos sumar la falta de mantenimiento del cauce y la basura que por falta de una buena educación ambiental tiramos a los cursos de agua.

Se deberán gastar un montón de recursos del Estado en hacer obras en Luján y en todo el cauce inferior del Río, a consecuencia de negocios de privados, pero no podemos decir que es culpa de ellos, es la falla del Estado como planificador del Desarrollo que lo autorizó en su momento. Por otra parte, como el Municipio de Luján no es gobernado por el FPV, sino por fuerzas caratuladas como oposición, no es una prioridad hacer obras allí. A veces parecería que se quiere castigar al votante por no haber apoyado al oficialismo de turno.

Debemos cambiar el rol del Estado, dejar de lado el capitalismo de amigos, la falta de transparencia en la gestión y el favoritismo hacia los intendentes adictos. El Estado debe profesionalizarse, capacitando funcionarios y fijando reglas estrictas anticorrupción. Es necesario hacer una planificación técnica fijando prioridades según las necesidades más básicas de cada población y no en base a la subordinación políticas de las autoridades locales como ocurre actualmente.

Debemos generar no solo un plan de obras para las inundaciones sino también planes de contingencia para la población que permita concientizar que hacer en caso de un evento extraordinario de lluvias. Tenemos en nuestro país el único ejemplo positivo de Plan de contingencia es el de la ciudad de Santa Fe, el cual se hizo a consecuencia de la gran inundación del 2003. La ciudad de Buenos Aires y los distintos municipios del Gran Buenos Aires deben armar programas de contingencia públicos y una gran campaña de concientización para saber qué hacer en la emergencia. Las cuencas de los Ríos y Arroyos no reconocen los límites políticos que les queremos imponer, debemos trabajar en conjunto en toda el área metropolitana, sin importar qué partido gobierna cada municipio.