Las lluvias intensas siguen azotando a Buenos Aires -el cambio climático y el Niño han generado que en los últimos 30 años se produzcan más tormentas intensas que en los 70 anteriores- y, sin embargo, la política no da respuesta. Algunas consideraciones sobre este fenómeno:
• Las inundaciones en La Plata del 2013 demostraron la total falta de un plan de contingencia en la Provincia, se empezó a inundar la ciudad y nadie sabía que hacer lo cual implicó más de 50 muertos declarados oficialmente y casi 100 según los privados.
• La ciudad de Buenos Aires no hizo un mejor desempeño, tuvo la suerte que las lluvias fueron sustancialmente menores que en La Plata. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no cuenta hoy en el 2014 con un plan de contingencia; una lluvia intensa como la platense implicaría una catástrofe mayúscula si no cambiamos la política.
• La ciudad de Luján resulta el ejemplo extremo; ya se inunda varias veces por año. ¿Por qué? ¿Por cambios naturales? No, debemos analizar también las acciones de los hombres.
• Se debe concientizar que grandes obras contra las inundaciones pueden reducir el nivel de riesgo hídrico, pero no eliminarlo, por lo cual debemos preparar a la población para un posible evento. Muchas inundaciones actuales se dan por las mismas acciones del hombre. La falta de planificación, los usos demagógicos de políticos de turno que repartieron áreas fiscales que eran inundables, los negocios de desarrolladores inmobiliarios que no son bien controlados; nos han llevado a ocupar espacios pertenecientes a los ríos y arroyos.
Veamos el caso del Río Luján, que pasa por la localidad con emprendimientos sobre zonas del río, Pilar con barrios que están sobre zonas que solía ocupar el río en crecidas y luego por el Municipio de Tigre, donde se han construido grandes emprendimientos inmobiliarios privados, con grandes obras de relleno, que fueron tanto autorizados por el Municipio de Tigre, como por la dirección de Saneamiento y Obras Hidráulicas de la Provincia de Buenos Aires; sin un análisis profundo de las consecuencias permitieron un gran negocio privado. Estos rellenos generan una reducción de zonas bajas que permitían una expansión del río; y colaboran en gran medida a que el río inunde aguas arriba cuando antes no lo hacía, a eso debemos sumar la falta de mantenimiento del cauce y la basura que por falta de una buena educación ambiental tiramos a los cursos de agua.
Se deberán gastar un montón de recursos del Estado en hacer obras en Luján y en todo el cauce inferior del Río, a consecuencia de negocios de privados, pero no podemos decir que es culpa de ellos, es la falla del Estado como planificador del Desarrollo que lo autorizó en su momento. Por otra parte, como el Municipio de Luján no es gobernado por el FPV, sino por fuerzas caratuladas como oposición, no es una prioridad hacer obras allí. A veces parecería que se quiere castigar al votante por no haber apoyado al oficialismo de turno.
Debemos cambiar el rol del Estado, dejar de lado el capitalismo de amigos, la falta de transparencia en la gestión y el favoritismo hacia los intendentes adictos. El Estado debe profesionalizarse, capacitando funcionarios y fijando reglas estrictas anticorrupción. Es necesario hacer una planificación técnica fijando prioridades según las necesidades más básicas de cada población y no en base a la subordinación políticas de las autoridades locales como ocurre actualmente.
Debemos generar no solo un plan de obras para las inundaciones sino también planes de contingencia para la población que permita concientizar que hacer en caso de un evento extraordinario de lluvias. Tenemos en nuestro país el único ejemplo positivo de Plan de contingencia es el de la ciudad de Santa Fe, el cual se hizo a consecuencia de la gran inundación del 2003. La ciudad de Buenos Aires y los distintos municipios del Gran Buenos Aires deben armar programas de contingencia públicos y una gran campaña de concientización para saber qué hacer en la emergencia. Las cuencas de los Ríos y Arroyos no reconocen los límites políticos que les queremos imponer, debemos trabajar en conjunto en toda el área metropolitana, sin importar qué partido gobierna cada municipio.