En el histórico sindicato de empleados de comercio e industria (Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios, Fuecys), la legendaria organización que lideró Pepe D’Elía durante años, se ha planteado el inverosímil llamado a boicotear los productos israelíes que se vendan en el comercio uruguayo. El secretario de Derechos Humanos del sindicato aclaró que el boicot “no es antisemita sino antisionista”, con lo que logró cabalmente que la enmienda fuera peor que el soneto.
En efecto, la definición conceptual responde a un nuevo desvío propagandístico bastante común en los últimos años, creado para esconder justamente el racismo. Importa, por lo tanto, aclarar bien las ideas. El antisemitismo o antijudaísmo es la actitud de rechazo, hostilidad y discriminación a la persona de los judíos. Es la horrorosa actitud persecutoria que comenzó en el ámbito religioso, se profundizó en la Edad Media por la actitud cristiana de acusar al pueblo judío de “haber matado a Jesús” (el deicidio) y ha tenido variantes modernas de tipo racista, como la que cultivaron los nazis.
El antisionismo, por su parte, es tan reaccionario y nefasto como el anterior: niega el derecho de los judíos a existir como nación y constituir un Estado. El primero agravia a la persona, el otro lo hace con toda la comunidad nacional. Continuar leyendo