Sin reproches ni rencores

La elección municipal no ha sido un éxito para los líderes nacionales de los partidos. Cada uno ha tenido que sufrir una pérdida, desde Mujica, con su esposa, en Montevideo, hasta Larrañaga con Paysandú. A nivel de partidos, sin embargo, quien ha sufrido un peor resultado es el Partido Colorado. De haber obtenido la Intendencia de Salto hubiera preservado su actual representación; la perdió con su mayor votación histórica, pero así fue y nos retrotraemos al solitario bastión de Rivera, al igual que en el 2005.

La Concertación ha demostrado su valor táctico. Si la hubiéramos hecho en todo el país, como se pretendió, la oposición habría triunfado en todo el litoral. En Montevideo, el éxito fue el del señor Novick, a quien acompañaron muchos dirigentes colorados. Es más, los ediles electos han militado hasta hoy en nuestro partido.

El líder de la mayoría partidaria y candidato a la presidencia en la última elección, el Sr. Pedro Bordaberry, se siente responsable y cree que es la hora de “dar un paso al costado”. No compartimos esa idea. Respetamos su gesto como una honesta asunción de responsabilidades políticas, que son inocultables, pero cuando el viento sopla en contra es el momento, precisamente, en que todo el mundo está obligado a poner el pecho. La elección interna lo puso al frente de la colectividad y mientras no haya otro pronunciamiento democrático, nadie puede sustituirlo en su posición ni relevarlo en sus deberes.

Toda la dirigencia colorada, a su vez, cada uno en su plano, tiene una enorme responsabilidad. Nadie puede rehuirla. No se trata de salir hoy a hacer leña del árbol caído. Sobre esa base, nadie crecerá y el que no lo entienda apenas demostrará estrechez de espíritu. Con rencores y soberbia no se construye; solo con ideas, debate y esfuerzo se agrandan las colectividades y a eso debe abocarse cada en su medio. En el Partido Colorado hay un caudal de dirigentes con capacidad para crecer.

Quienes ya hace años no participamos en la conducción partidaria, pero seguimos participando del debate nacional desde nuestra firme convicción colorada y batllista, debemos ayudar a restañar heridas, así como lo hemos hecho todo este tiempo, colaborando con quienes asumían nuestra representación política.

Cada cual hará su aporte desde el lugar que elija. Nunca habrá unanimidades, pero es muy claro que los liderazgos no se inventan sino que surgen de la expresión de ideas y conductas que convocan. Ojalá florezcan en este momento de dificultad, para que esa formidable herramienta histórica que es el Batllismo vuelva a ser la conductora.

En este momento difícil, más que nunca hay que agradecer y felicitar a los dignos correligionarios que, en todo el país, casi sin medios, han luchado con honor. Simplemente por principismo y convicción. ¡Cómo no agradecerle a Ricardo Rachetti su esfuerzo romántico! ¡Cómo no felicitar a los compañeros de Rivera, Tabaré Viera y Marne Osorio, que son ejemplo de lo que debe hacerse! ¡Cómo no felicitar también a los amigos de Salto, a Coutinho y a Malaquina, que recogieron más votos que nunca, aunque no alcanzaran!

No es la hora de los ajusticiamientos o las venganzas. Aquellos que no actuaron dentro de la línea del partido, deben ser procurados para el esfuerzo de reconstrucción. No se trata de hacer reproches sino de preguntarnos si aún tenemos causas para seguir luchando. Ese es el fondo de la cuestión. Y no dudo que esas causas siguen intactas en la histórica colectividad, la que más tiempo gobernó, la que —guste o no guste— más aportó a la construcción nacional, imprimiéndole su sello. No se trata de repetir historias sino de afirmarse en ellas para mirar al porvenir.

Creemos en la república laica y tolerante, sin confesionalismo ni jacobinismo. En un Estado siempre reformado para orientar y equilibrar a la sociedad, sin la asfixia de los intervencionismos ni la deserción de un liberalismo insolidario. En la libertad política, en el respeto al adversario y, por encima de todo, en una sociedad que procura igualar superando, mirando siempre hacia arriba, a través de una educación moderna y un economía competitiva. Si Batlle creó hace cien años los liceos departamentales nuestra generación pudo crear los CAIF, abrir los bachilleratos tecnológicos y las escuelas de tiempo completo. Si Luis Batlle abrió el sendero de la industria, nuestra generación pudo cambiar la matriz productiva del país a través de la forestación, la lechería, la agricultura y la logística. Esa ha sido y es el Batllismo. Esa será siempre nuestra línea. Pensando siempre en un Uruguay insertado en el mundo, como lo hicieron en su tiempo Don Pepe, Baltasar Brum y Don Luis Batlle Berres.

Compromiso de honor

En 1939, Ortega y Gasset, preocupado por las discusiones políticas argentinas, dijo una célebre conferencia en que enfáticamente, reclamó: “¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias. No advierten ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas”.

Hoy, 2014, nos viene esta invocación a la memoria para hacérsela a nuestros correligionarios colorados y batllistas, a los que nos representan en el Parlamento, a los que hemos votado y queremos seguir votando.

La mala votación del Partido no nos puede arrastrar a reproches o a cuestionamientos que aunque respondan a la mejor intención, no interpretan el momento político y psicológico. Nuestra gente está triste por la situación y hoy solo espera de todos nosotros, y en especial de quienes tienen la responsabilidad principal de conducción, seguir un camino claro y constructivo.

De aquí al 30 nuestro compromiso moral es luchar por el voto a la fórmula Lacalle-Larrañaga. No es un voto por el Partido Nacional sino por la causa republicana, para que no prospere la negación de la crisis educativa, para que no sigamos con el conformismo frente a la violencia que campea en la sociedad, para que no sea la marihuana la respuesta a los vacíos o temores de los jóvenes, para que “la política no esté por encima de la ley”…

La campaña colorada ha sido honrosa y levantada. Tirios y troyanos así lo dijeron. En el medio político se reconocía que Pedro Bordaberry lucía como el candidato más solvente. También que José Amorín debatía con inteligencia. Se lo agradecemos todos. Y si los resultados no han sido los que esperábamos, tenemos que asumir ahora nuestras primeras responsabilidades con altura y mirar hacia delante.

Estamos enfrentados a un compromiso de honor. Hay que salir a buscar a la gente. A explicarle. Y cuando el periodismo político nos pregunta sobre nuestras diferencias internas, hay que decir clara y rotundamente que no estamos más para discutir en público asuntos de familia sino para construir y que ahora, en nombre de nuestras propias causas, estamos procurando que el Frente Amplio, que ya tiene mayoría parlamentaria, no quede solo en el escenario. Después vendrán las elecciones departamentales y tenemos dos intendencias a defender y algunas más para reconquistar. Es otra instancia, es otro juego, donde si se actúa con inteligencia, se pueden cosechar mejores resultados. Y a partir de allí comenzará otro período.

Esos son los desafíos que tenemos por delante. A ellos debemos servir. Las discusiones sobre el pasado interno no interesan. Lo que todos queremos ver es un camino de futuro que ya debe comenzar a construirse cumpliendo los deberes principales. Tenemos causas permanentes para luchar y ellas están por encima de cualquier resultado circunstancial.

Colorados, a las cosas… ¡Arriba corazones!

Apostillas electorales (II)

El economista Ernesto Talvi, entrevistado en Washington por El País de Madrid, fue preguntado sobre el modo cómo el Presidente Mujica había “cambiado” al Uruguay. Su respuesta fue que la situación es exactamente al revés: el Uruguay tradicional, democrático, institucional, ha cambiado al Presidente Mujica, otrora guerrillero que tomó las armas justamente para destruir esas instituciones que hoy le han abierto el camino.

*****

Cada presentación confirma la idea de que Pedro Bordaberry es el candidato hoy más preparado para ejercer la Presidencia, el que con más solvencia y claridad habla de los asuntos de nuestra sociedad. La reunión del Ateneo organizada por la ANDEBU volvió a ratificar esa idea y así lo comprobó la encuestadora Interconsult.

*****

Las anécdotas superan a la historia. La silla vacía de Vázquez y la propuesta de Pedro para debatir con Luis Lacalle, han sido lo más resonante del debate en el Ateneo. La suba de la inflación, la orientación educativa, la baja de la imputabilidad, no merecieron más análisis por considerarse reiterativas. Importa lo novedoso, sea o no lo más importante. Basta con decir “no se dijo nada nuevo” para descartar un tema, aunque merezca profundizarse en el mismo. El culto de la novedad se llama novelería. 

*****

Las famosas encuestas se empiezan a alinear, lentamente pero a alinear al fin. El Partido Colorado, siempre subvaluado, ha mejorado en ellas. Equipos, que le atribuía solo 11%, le llevó al 15%, según sus técnicos por un rápido ascenso. No creemos demasiado en esa velocidad, simplemente pensamos que antes había un clásico error a la baja, que se repite invariablemente en nuestro caso. Lo mismo Interconsult, que de golpe nos llevó a 18%. Todo en buena hora, felizmente, pero da la impresión de que recién se está reconociendo la realidad. La misma empresa Interconsult ha publicado una encuesta sobre un hipotético resultado en la segunda vuelta. Es un error esa publicación, porque desconcierta a una ciudadanía que se pronunciará sobre la primera vuelta en pocos días y a la que no tiene sentido entreverarla con esa otra situación, que vendrá más tarde.

*****

La campaña contra el SI ha usado todos los medios a su alcance. Están embanderados edificios públicos, como la Facultad de Arquitectura, por ejemplo. Organismos internacionales, como la UNICEF, se han lanzado desmelenadamente, con avisos costosos y la participación de artistas populares. El PIT-CNT para variar, también se ha sumado. La televisión y la radio recogen avisos caudalosos al respecto. Sin embargo, todas las encuestas —todas— le siguen dando mayoría al SI a la baja. Es difícil que alance el 50% porque el ensobrado de la hojita depende de las agrupaciones, pero es asombroso cómo se mantiene esa mayoría pese a la desproporción entre una campaña abrumadora y otra inexistente. La razón es simple: la sociedad no se siente suficientemente defendida.

Apostillas electorales

A los viejos tupamaros, de vez en cuando les asalta su vieja intolerancia, el impulso de violencia, y no se contienen, expresando esos recónditos odios que siguen anidando en espíritus que simplemente se han acomodado a una nueva realidad sin cambiar su naturaleza. Los insultos soeces del Presidente a propósito del tema de los presos de Guantánamo, frangollo supremo construido paso a paso por él mismo, con sus improvisaciones y contradicciones; los de Eleuterio Fernández Huidobro contra blancos, colorados y —con nombre y apellido— el doctor Jorge Batlle y un servidor, configuran una demostración cabal de esa maligna sobrevivencia.

*****

El frangollo, entrevero, enchastre, o como queramos llamar al episodio referido, agrega ahora otro capítulo: el Presidente que dijo que él y sólo él resolvería cuándo vendrían los presos de Guantánamo, él que consultaría solo con la almohada, él que se indignaba porque las demoras le comprometían otras negociaciones, resolvió ahora esperar y consultar al gobierno electo. En una palabra reculó y en chancletas. No bien advirtió el viento en contra que había levantado, y en campaña como está, se dio vuelta en el aire y sacó el tema del escenario. ¿Cómo lo explicará al Departamento de Estado la pobre Embajadora?

*****

Ocurre algo revelador con los dirigentes políticos. Antes se les pedían trámites jubilatorios o teléfonos, ahora les piden ayuda —con algún amigo— para conseguir hora con los especialistas… Desde que se instaló el glorioso Fonasa, pobre del que tenga un problema urgente, porque en la emergencia le atienden como pueden médicos abrumados y en la consulta a fondo le imponen un mes de demora. No es un tema pequeño.

*****

El papelón de las enormes empresas de encuestas en Brasil (Ibope, Data Folha, etc.) resuena en el mundo. Ofrecen explicaciones, pero nadie pide disculpas ni reconoce la falibilidad del método. Ese es el tema. Hay quien discute prioritariamente la honestidad de los resultados. Sin entrar en ello, la cuestión es que las encuestas tienen metodológicamente muchos problemas que no se reconocen y que luego explican los errores de los resultados.

*****

Pedro Bordaberry sigue afirmando su candidatura. Sus presentaciones últimas —ADM, radio Espectador, Canal 4— han tenido un eco ampliamente favorable. Le empieza a pasar lo mismo que a Aecio en Brasil. Se reconoce que son los más preparados, pero las encuestas…. Hasta que éstas se dan vuelta y se ajustan a la realidad. Esperemos, entonces.

*****

Al revés de lo que se suele decir, se discute demasiado sobre propuestas y programas, que en ningún caso son radicales (por eso hasta se habla de plagios entre uno y otro) y, en cambio, no se lo hace sobre dos fenómenos fundamentales. Uno, la inflación, que supera el 8%, la mayorista excede el 10%, y cuando pasen los dibujitos electorales de la estadística, quedará en evidencia el gravamen irracional que establece sobre sueldos, salarios y pasividades. En segundo lugar, si vamos a seguir con una democracia liberal o —como el peor peronismo— los sindicatos seguirán comandando, como ha ocurrido en salud, vivienda, educación y hasta en el Parlamento. Mucha gente ingenua vota a Astori y no advierte que quienes deciden son los muchachos del SUNCA o de la Federación de la Salud, a los que la ciudadanía no votó. Esta es una realidad fundamental. No se trata de negar valor a los sindicatos en cuanto legítima representación de intereses gremiales, pero sí de establecer claramente que no ejercerán el poder público ni manejarán dineros del Estado.