Luego de que se debilitara la expectativa de que un grupo de bancos internacionales lograra reponer el stay, de que Argentina insistiera con su presentación en La Haya y que la justicia en EEUU aceptara tratar la apelación por los bonos que no son de su jurisdicción, la economía y los mercados se mantuvieron expectantes, con interrogantes respecto de qué esperar a continuación.
No fue por mucho tiempo. A las pocas horas de esos eventos, el Gobierno anunció dos nuevas iniciativas. En primer término, ofrecer a los bonistas reestructurados que no pueden cobrar por el fallo Griesa que acepten un cambio de sede de pago desde EEUU a Argentina, removiendo al BoNY como agente fiduciario y sustituyéndolo por un fideicomiso del Banco Nación.
Esta oferta será probablemente vista por la justicia de EEUU como un intento de eludir el fallo. Eso ya fue anticipado por el Juez Griesa. Las consecuencias sobre el uso de la jurisdicción de New York para futuros contratos o emisiones soberanas o privadas, es preocupante. Podría traducirse en una menor demanda y mayores tasas de interés en el futuro.