La anormalidad de la normalidad

Como todos saben, la Argentina fue una de las cinco mayores potencias del mundo hace aproximadamente un siglo. Nuestras exportaciones superaban ampliamente las de muchísimos de los países que hoy llamamos de primer mundo, la tecnología llegó muy temprano, nuestra educación fue un ejemplo para el planeta —fuimos los primeros en acabar con el analfabetismo—, nuestras ciudades se expandían e inmigrantes de todas partes del mundo llegaban a nuestras tierras, como nuestros abuelos, para elegir a este joven país por sobre los Estados Unidos, debido a lo asombroso de nuestro esplendor.

Esos tiempos dorados terminaron hace muchísimos años, de la mano de políticos inescrupulosos que nos han llevado a niveles cada vez más vergonzosos de atraso, hasta culminar este proceso con las presidencias de la dinastía Kirchner, quienes durante sus doce años al frente del Ejecutivo se encargaron de alejarnos del mundo productivo y, con ello, de distanciarnos tanto de la prosperidad que llegamos incluso a olvidar de lo que somos capaces en realidad. Continuar leyendo