Un tema central para la coyuntura política-económica durante las últimas semanas han sido las medidas que ha tomado el gobierno nacional respecto del mercado cambiario. El valor de la divisa extranjera es importante para controlar múltiples variables macroeconómicas, y más en una economía como la argentina que aboga por un desarrollo industrial postergado durante décadas. En efecto, a medida que se desarrolla la industria y mejora la economía en su conjunto, surgen las llamadas tensiones de crecimiento que se manifiestan fundamentalmente en el sector externo. Esta situación es llamada restricción externa y se trata de una problemática propia de cualquier economía en desarrollo que no imprime dólares.
Lo que sucede es que a medida que la industria crece, aumenta la demanda de insumos o bienes intermedios que, por una corta trayectoria productiva, aún el país no fabrica. Para no frenar este crecimiento de la industria se necesita divisa extranjera, ya que las partes con las que la economía nacional no cuenta, se compran en el exterior en dólares, que es la moneda que rige el comercio internacional. El control del valor de la divisa, entonces, resulta una variable trascendental.
Durante la última década el control del precio de la divisa había garantizado un valor que beneficiaba a la industria, que facilitaba la adquisición de insumos y energía en el exterior. Sin embargo, a medida que crecía la economía, se mejoraba la distribución de los ingresos y el poder adquisitivo de los trabajadores: los bienes de uso, es decir, los bienes finales provenientes del extranjero, también se tornaron baratos de adquirir. A medida que este proceso se profundizaba, y de la mano con el uso de reservas para desendeudamiento, fueron necesarias ciertas medidas que canalizaran el uso de divisas hacia las ramas primordiales, como la industria y la reducción de la deuda, permitiendo a su vez sostener el consumo de bienes locales. Medidas en este sentido fueron el adelanto de ganancias para compra con tarjeta, el control de los montos de extracción, la restricción a la compra para atesoramiento, entre otras.