El año próximo los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tenemos que elegir al Jefe/a de Gobierno y a los/as legisladores de nuestra ciudad. La ley 875, de agosto de 2002, es clara: “El Poder Ejecutivo deberá convocar a elecciones de Jefe/a de Gobierno, Vicejefe/a de Gobierno y Diputados/as de la Ciudad en fechas distintas a la fijada por el Poder Ejecutivo Nacional para elegir Presidente/a de la Nación y Vicepresidente/a de la Nación”.
Sin embargo, una vez más, el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri puede sugerir unificar las elecciones de la Ciudad con las nacionales porque eso es lo que le conviene para sus fines electorales.
En marzo de 2009, al fijar los comicios para el 28 de junio de ese año, Macri resaltó la importancia de convocar a elecciones desdobladas con el argumento de que ”la Ciudad necesita un debate propio, que refuerce la autonomía y que nos permita tener un escenario que no comparta la elección nacional, donde la agenda es otra”. Incluso al anunciar la fecha pidió a sus diputados extremar los tiempos para la sanción de una ley de boleta única para ser aplicada ya en esas elecciones. ¿Qué pasó desde entonces? ¿Qué cambio para que ahora Macri prefiera no discutir sobre los temas de la Ciudad y que el debate se centre en lo nacional? Le teme al debate de las cuestiones locales porque ponen en evidencia los problemas de su gestión? ¿Ya no le es funcional la boleta única y por eso tiene trabada la reglamentación de la ley respectiva?
Por el otro lado, en el 2013, cuando convoco a las elecciones conjuntas de Ciudad con las nacionales, lo hizo amparándose en la Ley 15.262, de 1959, que claramente está en contra del espíritu de la Constitución y la legislación porteña, que además son mucho más modernas, y sobre todo son posteriores a la Constitución del 94 que determinó la autonomía porteña y que inicio a todo un nuevo andamiaje legal para nuestra Ciudad. Pero Macri prefirió convocar a elecciones conjuntas para evitar el impacto de su gestión en las elecciones, refugiándose en la disputa de los cargos de senadores y diputados nacionales. Por entonces los vecinos teníamos muy fresco el recuerdo de las consecuencias del diluvio de comienzos de abril y la débil respuesta del jefe de Gobierno.
Por eso las interpretaciones forzadas de la ley, ”adecuándola a su conveniencia”, lo lleva a infringir la Constitución y las normas de la Ciudad para intentar sacar algún beneficio pensando que su candidatura a Presidente pueda arrastrar votos a los candidatos a jefe/a de gobierno y legisladores. Para eso parece que Mauricio Macri promoverá un cambio de legislación, ya que intercambia votos con el bloque del Frente para la Victoria, que es su socio en tantos negocios, políticos e inmobiliarios, y a quien también le conviene una elección conjunta. Para ambos bloques legislativos, pero sobre todo ambos líderes partidarios, lo que sea mejor para la Ciudad pasa a segundo término, algo que nos está dejando a los vecinos atrapados en los intereses del gobierno de la Ciudad y el Nacional.
¿Qué pasó en estos 30 años de democracia para que ir a votar suene más a una carga que a una conquista? ¿Por qué algunos argumentan contra las elecciones unificadas, señalando que se podría llegar a tener que votar seis veces el año próximo –incluyendo las PASO y segunda vuelta tanto para Jefe de Gobierno como para Presidente.
Toda esta discusión debería estar ya claramente saldada, sobre todo dentro de la dirigencia política porteña –al menos los que se precian de defender e impulsar nuestra Ciudad y su autonomía-, pero el oportunismo político lo trae a la luz cada dos años. Desdoblar las elecciones, que es claramente el espíritu de la Constitución y la legislación de la Ciudad, es la única manera de garantizar un debate serio sobre los problemas –y también los logros, si los hay- de la gestión de Gobierno, la única manera de hacer propuestas concretas y que los vecinos puedan elegir con verdadera información y conocimiento. Quienes proponen lo contrario, claramente huyen del debate local y buscan esconderse detrás de cualquier otra confrontación que aleje la discusión de la Ciudad de Buenos Aires.
Los vecinos de la ciudad estamos sufriendo aumentos de impuestos que no redundan en beneficio para los ciudadanos, deterioro de nuestros hospitales y falta de insumos, chicos sin poder matricularse por falta de aulas en preescolar y primaria, atentados a nuestros valores y nuestro patrimonio cultural como el desmantelamiento y destrucción del monumento a Colón. Es tiempo de recuperar la ciudad para el bienestar de quienes aquí vivimos y quienes aquí trabajan. No más acuerdos espurios entre el gobierno nacional y Macri.