El juicio político contra Campagnoli quedó pausado, sin definiciones. El jury no puede llegar a un acuerdo sobre quién debe reemplazar a la jueza que renunció. Mientras tanto, el fiscal José María Campagnoli continua separado de su cargo, de manera inaceptable, por investigar relaciones directas con el poder central.
En un caso que carece de cualquier tipo de precedentes, la situación de Campagnoli se convirtió en un escándalo donde el kirchnerismo hace y deshace con su habitual torpeza. Ahora, en una medida insólita e inusual para este tipo de causas, solicitó ayuda a un departamento de investigación norteamericano para que investigue cuentas “pro Campagnoli” de la red social Twitter.
No es el primer hecho propio de un Estado totalitario y de desprecio por la libertad de prensa: la suspensión de Campagnoli es un acto reflejo del oficialismo para tapar los hechos de corrupción más burdos de estos últimos diez años.
El Tribunal de Enjuiciamiento, donde el kirchnerismo parecía tener una cómoda mayoría, se desmembró. Para la defensa de Campagnoli, el juicio según marca la ley está caído por una razón clave: pasaron más de diez días sin audiencia y eso no puede ocurrir. Por eso, acompañamos el pedido de inmediata reincorporación del fiscal suspendido.
La situación de parálisis debe resolverse antes de octubre dado que el jury caduca pasados los 180 días. Cumplido este plazo, Campagnoli debe ser repuesto en el cargo.
La justicia independiente, es una vez más, la barrera de contención mas fuerte cuando se quiere avanzar contra las instituciones republicanas.