Macri, un adelantado de la “nueva” deuda externa

En la sesión legislativa de hoy, jueves 8, el gobierno de Mauricio Macri hará votar un nuevo aumento en la deuda externa de la Ciudad –esta vez, en 185 millones de dólares. Entre 2008 y 2013, el gobierno PRO triplicó la deuda porteña en moneda extranjera.  Con los nuevos compromisos que se habilitarán este jueves, la factura alcanzará los 2000 millones de dólares, una cifra que –después de la última devaluación- representa el 27% de los ingresos presupuestarios de la Ciudad. Si, como reclaman los economistas “Pro”,  la escalada devaluatoria da otra vuelta de tuerca, esa proporción se ubicará entre el 35 y 40% del presupuesto porteño. Los funcionarios de Macri se vanaglorian de haber bajado la tasa de interés en las sucesivas emisiones de deuda de los últimos tres años. No dicen que ello se logró a cambio  de acortar los plazos de devolución de los nuevos compromisos de deuda.  Justamente, la emisión que quieren aprobar ahora se relaciona con esos gravosos vencimientos: es que  los 185 millones irán destinados a amortizar la deuda que vencía este año, y que agrandó su peso después de la devaluación.  El gobierno PRO, por lo tanto, ya ingresó en la espiral de quienes toman deuda para pagar deuda. Para colmo, el proyecto que se pretende aprobar no especifica ni plazos ni intereses a pagar:  Macri le exige a la Legislatura un verdadero cheque en blanco.

¿A dónde fueron a parar los 2000 millones contraídos en estos años? El macrismo creó un difuso “Programa de Asistencia Financiera”,  que ha servido para borrar el rastro sobre el destino de los préstamos obtenidos. La participación de las obras de infraestructura en el presupuesto total se ha mantenido constante en los últimos diez años.  O sea que la nueva deuda cubrió, en su mayor parte, el aumento de gastos corrientes  Por si quedaran dudas de la desinversión, está a la vista el desastre de las inundaciones, por el incumplimiento de las inversiones previstas para el arroyo Medrano. En el mismo lapso en que se triplicó la deuda, los recursos efectivamente desembolsados para vivienda e infraestructura social se redujeron a la mitad. En contrapartida, y en una de las pocas emisiones de deuda con destino específico, el macrismo la destinó a la indexación de los contratos de recolección de residuos.  También tienen nombre y apellido los comisionistas de la deuda: la primera emisión de la gestión macrista (2008), de casi 500 millones de dólares, fue encargada –sin licitación- al Credit Suisse, a través de una “consultora” presidida por el ex jefe de campaña del PRO. Una emisión posterior fue encomendada al BST, un banco que está siendo investigado por operaciones de lavado de dinero.

El kirchnerismo porteño denuncia al endeudamiento del gobierno PRO,  pero se trata de pura demagogia.  En medio del tobogán de las reservas internacionales, el gabinete Capitanich-Kicillof  alienta abiertamente a las provincias al endeudamiento en dólares, con dos claros objetivos. Por un lado, desligar al tesoro nacional del auxilio a los distritos. Por el otro, asegurar, a como sea, el ingreso de dólares, para subir artificialmente el nivel de reservas.  Es claro que la nueva deuda que tomará Macri jugará esa función,  ya que le evitará al banco Central K desembolsar los dólares necesarios para amortizar la deuda que debía pagar este año el gobierno PRO. Al igual que YPF, los derechistas porteños están siendo peones del nuevo ciclo de endeudamiento externo que quiere abrir la administración “nacional y popular”.

En la sesión del jueves, denunciaremos esta tentativa, que forma parte de una orientación presupuestaria al servicio de la patria contratista y los negocios inmobiliarios.  El gobierno que se endeuda sostiene casi el 100% de sus ingresos en impuestos que gravan el consumo y el ingreso popular,  mientras que los capitalistas no aportan un peso por la renta extraordinaria que implica su sola radicación en el centro político, comercial y financiero del país. Plantearemos que se archive este nuevo pedido de deuda, y  una investigación  integral de las operaciones de endeudamiento desde que se inauguró la Ciudad Autónoma: destino de los fondos captados, comisiones pagadas y tenedores de sus títulos.

Una historia de estafas

La Justicia volvió a ordenar el desalojo del predio ocupado en la Villa 20 a los gobiernos nacional y porteño. En las últimas horas, la gendarmería y la Federal se estuvieron reuniendo con la policía de Macri. El desalojo violento remataría una larga historia de defraudación a las familias sin techo de la Villa 20 y de toda la Comuna 8. Las leyes de urbanización de esa villa, votadas hace ocho años, nunca se llevaron adelante. En cambio, sí se invirtió en el polo empresarial farmaceútico que se erige a pocas cuadras de allí.

En 2010 se prometió a las familias que ocuparon el Parque Indoamericano “un peso de Nación por cada peso de Ciudad” para la construcción de viviendas. Otra mentira, en perjuicio de muchos de los que hoy ocupan en Lugano. En su abrumadora mayoría, esas familias alquilan piezas ínfimas en la Villa 20, a un costo de más de mil pesos mensuales. La miseria salarial, por un lado, y la suba de los alquileres, por el otro, las obligaron a dejar sus viviendas y tomar un terreno. La ocupación retrata la miseria social extrema a la que condena la política capitalista a los más explotados.

Desde el principio, el PRO rechazó tratar en la Legislatura cualquier iniciativa para poner en marcha una urbanización de la Villa 20 con los actuales ocupantes censados, incluidas sus necesidades habitacionales. Esto es lo que planteamos nosotros a través de un proyecto de ley. El gobierno de Macri, en cambio, presentaba ante la Justicia un llamado “plan de urbanización”, previo “desalojo de las tierras ocupadas”. Un verso. Los diputados del kirchnerismo, UNEN y MST han denunciado, en un comunicado, “la violación sistemática de las leyes (de urbanización), pero agregando que “la ocupación de los terrenos no debería ser la forma de alcanzar una vivienda digna”. También llaman a una “solución pacífica”, pero no defienden el derecho a la vivienda por parte de los ocupantes. El que no quiere los medios no quiere los fines.

Una vez más, la cuestión de fondo en esta crisis es el destino de las tierras ociosas del sur de la Ciudad, que para Macri y Cristina Kirchner deben reservarse para que el capital financiero extienda la especulación inmobiliaria desde Puerto Madero. Así lo refleja el Plan Maestro para la Comuna 8 y la negativa sistemática a urbanizar las villas, o refaccionar y reconstruir los complejos habitacionales de Lugano y de Soldati.

En este cuadro, planteamos:

1) ningún desalojo

2) realización de un censo integral para establecer el universo de todas las familias con necesidades habitacionales en la Villa 20, incluyendo a quienes alquilan y a los actuales ocupantes

3) inmediato inicio de la urbanización de la villa bajo control de representantes electos, incluyendo al conjunto de las tierras originalmente destinadas para ello -incluidas las que intrusa la Policía Federal

4) plan de urbanización bajo participación y control de representantes electos

5) créditos para acceder a las viviendas, que no superen el 20% del ingreso familiar.