Para evitar discutir sobre políticas criminales serias y duraderas. En su lugar, elige salidas de coyuntura pendulares y espasmódicas, al ritmo de las encuestas de opinión y los sondeos de imágen.
Para evitar reconocer la olímpica derrota frente al narcotráfico internacional y local. En su lugar, propone discusiones de café o de bar rockero sobre el uso libre de la marihuana.
Para no admitir que ha instalado -obligatoriamente- en materia penal la doctrina abolicionista de Eugenio Zaffaroni & discípulos en las Facultades de Derecho, Institutos de Post-grado, Consejos de la Magistratura, etc. Continuar leyendo