El equilibrio necesario para gobernar

“La sociedad está enojada y la política no se anima. Si las circunstancias cambian, el hombre también puede cambiar. Nos guste o no los detenidos en cárceles son nuestros. Es el fracaso de nuestra sociedad. El debe está afuera”. El autor de estas definiciones es Luis Parodi, un uruguayo compañero de José Mujica, conocedor de cárceles, exiliado en Francia, donde se dedicó a la educación. Hoy es el director en Montevideo de la cárcel-pueblo Punta de Rieles. Las sociedades, entre ellas la nuestra, están enojadas por diversos motivos: la inseguridad es uno de ellos. En nuestro caso, también lo son la corrupción y la inflación. La política no sólo no se anima en nuestro país a la reeducación de quien delinque, sino tampoco en casi todo el mundo. Y en casos, como la experiencia uruguaya, preparan al hombre para ir afuera, pero luego la sociedad no responde dándole otra oportunidad.

Uno de los principales desafíos de los distintos Gobiernos (nacional, provinciales y municipales) electos en nuestro país en los últimos comicios es la tentación de ejercer autoritarismo. Se sabe que las tarifas (especialmente en Capital Federal) estaban absolutamente retrasadas, no así en muchas provincias y municipios del interior del país. Santa Fe es un caso claro, la empresa provincial de energía aumentará este año sus tarifas aproximadamente un 80%, a pesar de que estas fueron regularmente ajustadas. Continuar leyendo

Cacerola por voto

Muchas veces me pregunté por qué los argentinos que se aferraron a las cacerolas para expresar su protesta ante determinadas políticas aplicadas por la presidente Cristina de Kirchner las guardaron y no las volvieron a golpear. Alberto Nisman fue una excepción, pero sin cacerolas. Luego de los resultados electorales del domingo tal vez habrá que leer que esa ciudadanía cambió cacerola por voto.

En esta carrera electoral cada uno de los dos candidatos presidenciables tuvo su traspié de la mano de algún asesor influyente. En el caso de Daniel Scioli, lo he narrado: su error político comenzó el día en que su asesor Alberto Pérez claudicó ante Carlos Zannini y le impidió el acuerdo que Scioli tenía con Sergio Massa: Massa gobernador de Buenos Aires, Scioli presidente 2015. En el caso de Mauricio Macri, cuando Durán Barba influyó en la necesidad de impedir todo acercamiento con el peronismo, lo que dejó a Massa en espera. De haber prosperado, guardo para mí que el 25 de octubre pasado Macri hubiese sido el presidente de los argentinos.

En cuanto a Scioli, el 25 de octubre cambió de traje discursivo y convengamos que tan mal no le fue. La incomodidad con ese lenguaje que indudablemente no era el suyo se observó el mismo domingo a la noche, cuando sin cambiar de discurso volvió el tono Scioli. El miedo actuó y su desarticulación sólo salvó las ropas. Si para muestra sirve un botón, el malestar dentro del Frente para la Victoria quedó plasmado en la boleta electoral en la cual el cuerpo perteneciente a la foto del vice estaba en celeste y sólo aparecía el nombre de su compañero de fórmula: Zannini. Continuar leyendo