Como se viene repitiendo año tras año, el PRO reconoció la subestimación de recursos en el presupuesto sancionado 2013 del Gobierno de la Ciudad y presentó un nuevo proyecto de ampliación presupuestaria, el más abultado de todos estos años, sorpresivamente aprobado en tiempo récord y sin demasiado control ni análisis.
Con un estudio riguroso de las partidas a las cuales van a ir destinados los montos adicionales de la ampliación, se evidencia que existen datos generales y vagos sin especificar claramente el programa así como una desigual distribución de los recursos. Esta ampliación además de exponer la ineficacia y la imprecisión con la que se realiza el presupuesto también demuestra la estrategia de la gestión PRO de esquivar los procesos habituales de análisis y aprobación del presupuesto presentado para el ejercicio, sin mencionar el abandonado mandato constitucional incumplido del presupuesto participativo. La presentación es poco detallada, brindando sólo información del ministerio y del inciso de destino de las partidas y muchas veces con nombres amplios como “obras varias” o “transferencias”.