La discusión política que se plantea antes de las PASO, con la meta de las legislativas de octubre, revela que la discusión real es por el 2015. Tanto la jugada del gobernador Daniel Scioli como la de Sergio Massa son un tramo del trayecto hacia las presidenciales.
Con su decisión, Scioli se garantizó la gobernabilidad, al menos hasta el 2014, el liderazgo partidario dentro del PJ (aún hoy lo preside) y ahora buscar forzar a Massa a definirse en la lógica kirchnerista. En su declaración de hoy, el gobernador lanzó el primer dardo: o se está con el modelo o no se está, dijo.
Los dos saben que desgastar a la presidenta no es lo que la opinión pública espera del sucesor. Un electorado estresado con la intensidad de tantas peleas estériles necesita un debate que genere expectativas de un próximo gobierno más conciliador que éste.
¿Qué pone en juego cada uno?
Scioli es gobernador, tiene que mantenerse en sus funciones hasta el 2015 y a futuro sólo puede dar un paso hacia la presidencia. Massa es intendente y puede elegir. Si el escenario político post 2013 le es adverso, puede intentar postularse a gobernador o refugiarse nuevamente en el Municipio de Tigre. El tiempo está de su lado, sólo tiene 41.
Y está convencido que no necesita polarizar con Cristina, sólo marcar el límite de la re reelección y generar propuestas.
Para eso mandó a sus candidatos y a los miembros de su equipo económico a plantear posiciones: son cautos a la hora de hacer diagnósticos sobre la economía pero advierten que es necesario prestarle atención al freno en la creación de empleo, a la inflación y la caída constante de las reservas del Banco Central y alertan sobre la desacertadas políticas de cepo cambiario.
El intendente de Almirante Brown y segundo en la lista que lidera Massa, Darío Giustozzi, planteó que se reponga el Fondo del Conurbano que había logrado el entonces gobernador Eduardo Duhalde en época del menemato.
Ese fondo, que por entonces rondaba los 500 millones de dólares, sería la clave para hacer de Buenos Aires una provincia manejable evitando la dependencia financiera que hoy tiene con Nación y que tantos retos le generó a Scioli.
Giustozzi se ocupará de plantear en el Congreso los temas que incumben a la provincia dado que su aspiración al 2015 es efectivamente lograr candidatearse por el principal distrito electoral del país.
Las críticas de los massistas seguirán moderadas hasta las PASO y se convertirán en opositoras llegando a las elecciones de octubre una vez que tenga el primer examen de las preferencias del electorado. Cuando las urnas revelen a quién verdaderamente le cree la gente, se diseñará el siguiente tramo de la campaña, que podría virar a una oposición más directa y dura de parte del Frente Renovador.
No son las bancas en Diputados las que se están jugando en esta elección, dado que es muy difícil que el kirchnerismo pierda su base, pero sí es fundamental pararse bien para la pelea de 2015.
Por su lado, el jefe de Gabinete de Ministros bonaerense, Alberto Pérez, reunió el viernes pasado en La Plata a más de 600 dirigentes a quienes les pidió que defiendan la gestión porque sabe que ése es planteo más sólido para poder hablar de la presidencia a partir del 30 de octubre.
¿Creen en el sciolismo que Massa puede complicar los planes presidenciales del gobernador?
“Massa decía que se comía a los chicos crudos y cuando se conocieron las primeras encuestas arrancó con una diferencia del 10% en relación a Martin Insaurralde; eso es muy bajo en relación a lo que especulaban los medios”, concluyó un secretario cercano al gobernador bonaerense ante la consulta.
Según la misma fuente, Scioli saldrá fortalecido de su decisión y cuenta con el apoyo de un grupo importante de intendentes de la Provincia que le prometieron fidelidad.
Por ahora, las miradas están centradas en ellos. En un año sabremos si los dos fueron adelantados o sólo quedaron en el camino de la frenética coyuntura política argentina.