Mañana se cumplen 38 años de aquel 24 de marzo de 1976, en el que la Argentina entraba en el período más injusto y repudiable de su historia, cuando la Junta Militar encabezada por Jorge Rafael Videla derrocaba al gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón e instauraba la más violenta dictadura, cuyo accionar genocida dejaría 30 mil detenidos desaparecidos. Cada aniversario, nos encontramos en la Plaza, inmersos en el ritual fundacional de nuestra identidad. Con tristeza por los que no están; con amor, admiración y agradecimiento a las Madres y las Abuelas, nuestras Madres y Abuelas, siempre presentes; y con cierta melancolía por lo que podríamos haber sido y hecho.
Este año, también se cumplen 10 años de aquel “Proceda”, con el que el ex presidente, Néstor Kirchner, ordenó al entonces jefe del Ejército que retirara los cuadros de los dictadores Videla y Bignone de una de las galerías del Colegio Militar de El Palomar. Ese inmenso gesto, sumado a sus palabras en la ex ESMA, ese 24 de marzo de 2004, marcarían la posición del gobierno nacional en lo que a políticas de Derechos Humanos refiere. Apelando a la humildad más sincera, Néstor pidió disculpas al pueblo argentino “de parte del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades”, al tiempo que manifestó sus deseos de “que haya justicia, que haya una recuperación fortísima de la memoria y que en esta Argentina se vuelvan a recordar, recuperar y tomar como ejemplo a una generación que ha dejado un sendero, que ha dejado su vida”.
Después de una década, es emocionante comprobar que sus palabras no quedaron plasmadas en la mera oratoria y que aquellos anhelos, hoy son hechos. Antes de Néstor nuestra marcha era combativa, desafiante y teñida de desilusión porque, con el correr de los años, la Justicia se nos presentaba cada vez más lejana. Pero él nos dio alegría y esperanza, nos dio verdad. De los pibes surgió una consigna que lo sintetiza perfectamente: “Bajando un cuadro formaste miles”. En 2005 un fallo de la Corte Suprema declara inconstitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, leyes cuya nulidad había sido sancionada en el Congreso dos años antes, por iniciativa de Kirchner. Además, la Justicia comenzó a declarar inconstitucionales los indultos y se reabrieron, así, las causas por delitos de lesa humanidad. Aún hoy los responsables de estos crímenes siguen siendo juzgados y se producen condenas trascendentales a lo largo y a lo ancho del país.
Aquel 24 de marzo de 2004 Néstor marcó el rumbo hacia la Memoria por la Verdad y la Justicia. Desde entonces, ir a la Plaza cada año se tornó más visceral, porque la Verdad se hizo Justicia. Lloramos más, es cierto, pero porque somos extrañamente felices. Porque Néstor, y también Cristina, nos devolvieron algo que parecía que no íbamos a recuperar nunca: dignidad, respeto y la sensación de que los que murieron no lo hicieron en vano porque viven en nosotros y, sobre todo, en los pibes que desbordan las calles.