Escrita en colaboración con Vanesa D’Elia, economista de la UCEMA.
Un nuevo concepto (crecimiento verde inclusivo) se está discutiendo a nivel internacional. El mismo ha venido a dinamizar otro más establecido: el desarrollo sustentable. Crecimiento verde inclusivo implica políticas concretas de crecimiento, reducción de la pobreza y la desigualdad con respeto al ambiente. Las medidas de “enverdecimiento con inclusión” que son convenientes para cada país dependen de su propia realidad. Aún así, las que son en general consideradas con mayor potencial incluyen las de infraestructura urbana, y dentro de éstas las que mejoran al acceso de la población a servicios de agua y saneamiento.
De acuerdo a las últimas estimaciones de la OMS y de UNICEF para 2013, 36% de la población del mundo (2,5 miles de millones de personas) carece de sistemas de saneamiento adecuado y 768 millones no tienen agua potable. Como consecuencia de ello, son millones las muertes y enfermedades asociadas al agua. Para hacer frente a esta problemática, dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas se incluyó el de reducir la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento. Según OMS/UNICEF la meta se ha alcanzado a nivel global para agua, pero aún no se logra en cloacas.