El día jueves de la semana pasada, la Cámara Nacional Electoral dictó la nulidad de la inmunidad de arresto para los parlamentarios del Mercosur. La decisión de la Cámara no es sino un avance para todos aquellos que estamos convencidos de que la Argentina que viene es un país en el que todos, independientemente de nuestra filiación partidaria, ocupación, estatus social o religión, somos iguales ante la ley.
Cuando el kirchnerismo adelantó las elecciones para parlamentarios del Mercosur, un órgano que recién quedará íntegramente formado, como su Carta Orgánica lo indica, en el año 2020, era evidente que el objetivo que perseguían era buscar protección para algunos de sus dirigentes. No es casualidad que la lista de parlamentarios del Frente para la Victoria la integren personajes como Milagro Sala, la dirigente de la agrupación que responsabilizan de la muerte del joven que repartía boletas de Cambiemos en Jujuy, dirigente que ahora debe ir a juicio oral y público por amenazar y escrachar a dirigentes de la oposición. O personajes como Oscar Parrilli, actual secretario de Inteligencia de una agencia estatal cuyo único objetivo pareciera ser el de espiar opositores, fabricar operaciones y apretar a quienes tengan el tupé de esbozar una opinión distinta de la que emana de la Casa Rosada. Tampoco es casualidad que sancionaran una ley que extendía los fueros que el propio Parlasur había dictado para sus miembros de manera que no pudieran ser arrestados. Continuar leyendo