Luego de 12 años de kirchnerismo, nos encontramos atravesados por hechos de suma gravedad política, institucional y social. La violencia, las irregularidades en actos electorales como en Tucumán, la politización y la cooptación de la Justicia, la impunidad, los delitos sin investigación ni justicia, los ataques a la libertad de expresión, la inflación y las inundaciones son solo algunos ejemplos de esta realidad con la que tenemos que convivir la mayoría de los argentinos.
Sería un error creer que estas cuestiones no están relacionadas. Lo que se esconde atrás de todas estas cosas es una concepción del Estado que, en vez de priorizar los intereses de los argentinos, prioriza los intereses de la clase política y de los corruptos. Es esa lógica la que los lleva a querer apropiarse de toda la estructura del Estado: los ministerios, el Poder Legislativo, el Poder Judicial, los entes autárquicos, los organismos de control, las empresas estatales y, ahora también, el Parlasur. Sin embargo, los argentinos tenemos una oportunidad para elegir qué país y qué Estado queremos. Continuar leyendo