La República Oriental del Uruguay se encuentra abocada desde 2010 a un importante proceso de transformación de su sistema penitenciario, realizando enormes esfuerzos (Uruguay es un país que no cuenta con recursos ilimitados, sino más bien escasos) para abandonar un régimen deshumanizante y sustituirlo por otro que contribuya a que las personas que cometieron delitos puedan encontrar nuevos cauces a su vida.
El establecimiento donde comenzó este proceso se llama Punta de Rieles y se emplaza en las afueras de Montevideo. Cuenta con unos quinientos internos, todos condenados por la comisión de diferentes delitos. Visto del exterior, se trata de una típica cárcel que podríamos ver en cualquier otro país de la región, con un muro perimetral y una guardia armada que vigila desde el exterior.
Sin embargo, nada más ingresar al predio, de unas veinte hectáreas, el panorama varía radicalmente. Lo primero es que nos encontraremos con gente (los internos) deambulando libremente, abocados a diferentes actividades o, simplemente, acompañados por sus familiares en los días de visita. Continuar leyendo