Esta foto me la hice en el monumento de las víctimas de Maine en el malecón de La Habana, un día de sol bueno y mar de espuma cuando Pilar quería estrenar sus zapatitos de pluma.
Unos minutos después una patrulla de policía se detuvo para pedirme identificación, porque según ellos yo estaba faltándole el respeto a un símbolo histórico; por suerte mis amigos cubanos no estaban encaramados y no tuve mayor problema para convencer al oficial de que al ser extranjero no lo sabía, y continuar nuestro paseo por el malecón silbándole a las caderas musicales habaneras y bajando uno de aquellos pomos de ron casero.
El monumento fue construido en 1926, originalmente tenía un águila imperial encima de las dos columnas y tres bustos de presidentes norteamericanos que tenían una relación histórica muy estrecha con Cuba. Continuar leyendo