El problema del kirchnerismo con el pensamiento libre

Antes que nada es necesario hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, voy a escribir esta columna en primera persona, cosa que no acostumbro a hacer. Creo que tiene que ver con el compromiso de quien esto escribe. En segundo lugar, es necesario modificar mis antecedentes en esta página porque ya no soy el conductor de Contrapunto, un programa que se emitía entre las 8 y las 10 de la mañana por FM Identidad 92.1; porque esta radio tiene sus horas contadas. En todo caso, soy un ex periodista de FM Identidad.

Al igual que en Radio América años atrás, una vez más me tocó enfrentarme al dueño de una radio al aire buscando explicaciones. La primera vez fue con Sergio Szpolski y ahora con Jorge Cassino, accionista de Zirma S.A. licenciataria de FM Identidad 92.1. Ambos creyeron que debían dar a conocer su versión después de mis dichos. En ambos oportunidades actué de la misma forma, respetando el derecho de réplica y dejando que dijeran su verdad pero preguntando de la misma manera que hice con cualquier entrevistado a lo largo de mis años como periodista. En ninguno de los dos casos fue fácil, pero entendí que hice lo que debía de acuerdo con los standares personales que siempre me impuse y que entiendo guían al periodismo profesional.

La historia de la desaparición de FM Identidad es una demostración más del “vamos por todo” y del intento del Gobierno de imponer su relato, que como sabemos nada tiene que ver con la realidad. Y como esa grieta se profundiza cada vez más, todo se convierte en algo cada vez más bizarro y caricaturesco. Una vez más queda demostrado que el kirchnerismo tiene un verdadero problema con la información y con el pensamiento libre. Una guerra en la que puede ganar docenas de batallas pero la historia demuestra que no ganará la contienda. El cierre de FM Identidad demuestra que el problema no es solo el Grupo Clarín, sino que de lo que se trata es de quitarle a la sociedad la posibilidad de elegir.

La entrevista con Jorge Cassino tiene momentos desopilantes. Por ejemplo no fue capaz de decirme el nombre de quién firmó el traspaso de acciones de Zirma S.A. Sólo recordaba que era el presidente de Vorterix y que tenía un apellido judío y que ese día se encontraban presentes Szpolski y Mario Pergolini. Incluso, llegó a esgrimir el argumento que tal vez en un futuro pueda recomprarle el 49% del paquete accionario a quienes le había vendido hace pocas semanas. Reconozco que no fue fácil mantener la compostura. Admitió que a pesar de ostentar 51% de la empresa no sabe cuál será su rol junto a sus nuevos socios. Suena por lo menos extraño que el accionista mayoritario espere instrucciones del minoritario. En varias oportunidades le pregunté si podía dormir tranquilo después de venderle la radio a Szpolski. La pregunta lo incomodó y le molestó.

Cassino explicó que la operación se había realizado de acuerdo con lo establecido por el art. 41 de la Ley de Medios. Esa norma sostiene como principio general que las trasferencias de licencias son intransferibles. Sin embargo, excepcionalmente se las permite cuando sea necesario mantener el servicio siempre y cuando los titulares originales de la licencia ostenten más del 50% del capital accionario. Lo que se ha dicho es que desde la frecuencia 92.1 comenzará a emitir Vorterix, que no consiguió la renovación del alquiler que pagaba por la frecuencia desde donde ahora transmite. No hace falta ser abogado para darse cuenta que la operación el cierre de FM Identidad no cumple con los requisitos del art. 41 de la ley de Medios. Pero además, la misma norma también dice que el traspaso de acciones debe contar con la previa aprobación del Afsca bajo pena de nulidad absoluta. En este caso tampoco hace falta ser una “exitosa abogada” para darse cuenta que antes el Afsca debe aprobar la operación. Sin embargo, hace tres días Martín Sabbatella pidió un informe sobre la compra de FM Identidad por parte del Grupo Szpolski. Es curioso y preocupante que no sepa de los detalles de la transacción. Tal vez, haya tantas compras y ventas de radios que el pobre Sabbatella no puede prestar atención a todas.

Lo que queda claro es que hasta el momento el Afsca no aprobó nada y probablemente el propio Sabbatella esté más ocupado diseñando el posible desguace de Clarín. Ello significa que FM Identidad debería seguir emitiendo como tal desde la frecuencia 92.1.

La verdad es que todo es una gran farsa. El kirchnerismo ni siquiera está dispuesto a cumplir con la Ley de Medios que una y otra vez aseguró era la garantía para que hubiera más voces. Lo que no dijo fue que todas las voces iban a decir lo mismo. Mario Pergolini contradijo vía Twitter lo que Cassino dijo en Contrapunto, habló una venta lisa y llana cuando Pablo Sirven le pidió explicaciones. Es paradójico lo de Pergolini, terminó convirtiéndose en lo que denunciaba cuando se peleaba con Marcelo Tinelli. Finalmente, el Bailando terminó siendo mucho más coherente que la TV Ataca.

Hay muchos rumores sobre cuánto dinero desembolsó el grupo Szpolski para quedarse con FM Identidad, pero ninguna de las cifras ha sido confirmada. Más allá del monto, esa operación se hizo con plata de nuestros impuestos. La afirmación no es antojadiza si se tiene en cuenta que en los primeros cinco meses de este año, el gobierno distribuyó en publicidad oficial $ 705 millones tal como lo informara la Jefatura de Gabinete a Poder Ciudadano, luego que esta ONG recurriera a la Justicia para acceder a los datos que el gobierno le negaba. Un 63% más que en el mismo periodo del año 2013. Solo en ese periodo el grupo de medios liderado por Sergio Szpoloski y Matías Garfunkel recibió $ 69,6 millones. No hacen falta mayores comentarios.

Más allá de cualquier escollo jurídico, que imagino que el diligente Martín Sabbatella sabrá zanjar y justificar con la eficiencia de los fanáticos, lo cierto es que FM Identidad tiene sus días contados. Y su epitafio se escribe por estas horas por cientos y cientos de oyentes decepcionados y cansados. En mi caso podría haber conducido Contrapunto hasta el viernes 19 de Diciembre, pero me negué como forma de protesta silenciosa porque el aire no se mancha. Entré por primera vez a una radio a los 18 años y llevo casi treinta en el medio y siempre quise ser un periodista decente. Por eso, mi eterno agradecimiento a Sergio Szpolski y a Mario Pergolini que me hayan ayudado a conseguirlo. Pero lo más importante es que hoy la gente ya no puede elegir escuchar o no FM Identidad y de eso se trata todo. Se acabó un espacio de periodismo serio e independiente. La grieta se sigue profundizan