Cacerías de fauna: de Zimbabue al Chaco

Cecil era un macho alfa de león de 13 años que vivía en el Parque Natural Hwange en la República de Zimbabue  A lo largo de su vida seguramente tuvo que dar grandes batallas contra otros machos para lograr ser el dominante de su harén, sitio que ocupaba antes de ser asesinado por un odontólogo estadounidense aficionado a la caza de grandes mamíferos. Seguramente Cecil perdió muchas de esas compulsas siendo joven, hasta que fue adquiriendo mayor tamaño, más experiencia y mejores destrezas, que lo llevaron a conquistar el lugar jerárquico más codiciado de la manada.

El león macho es el encargado de mantener el territorio, campear y marcarlo para que no entren otras familias de leones a robarles las presas. En época de celo es también el responsable de pelear con otros machos para mantener sus derechos sobre la manada de hembras. Cuando un animal social muere, la noticia no solo es triste en sí misma, por la pérdida individual, sino que provoca también una conmoción en la estructura social en la que el individuo estaba inmerso. Es muy frecuente -en algunos felinos y primates- que al quedar vacante el lugar del macho alfa otros machos periféricos intenten ocupar ese lugar y que, una vez que lo han obtenido, cometan infanticidios con las crías preexistentes para borrar todo rastro genético de machos anteriores. En este caso, Cecil dejó 24 cachorros de su linaje que probablemente hayan corrido o corran esa suerte durante la lucha por el control del harén de hembras. Como podemos ver, el problema va mucho más allá de la muerte de Cecil. Continuar leyendo