La cuenta regresiva se acerca a su fin. El gobierno insistió con la estrategia de pedirle a Griesa que reinstalara la medida cautelar (el “stay”) con la cual podría continuar normalmente con los pagos a los bonistas que cobran en New York los títulos canjeados en 2005 y 2010. Sin embargo, Griesa volvió a decir que no. Como he dicho en otras oportunidades, no hay ningún indicio que nos haga suponer que alguien va a estar dispuesto a hacernos un favor de ningún tipo. Con lo cual, no podemos ilusionarnos y construir una estrategia sobre fantasías.
La última palabra la tiene el mercado, y en estos momentos se empieza a pronunciar con contundencia. Las acciones del Grupo Galicia subían más de un 3% en la mañana de la jornada de ayer. Sin embargo, cerró el día con una pérdida del 2,13%. Algo similar pasó con varias de la acciones argentinas que cotizan en New York. Lentamente parece haber una nueva realidad que empieza a parecer más probable. ¿Y qué pasa con los bonos?
Con los bonos el mercado está siendo mucho menos optimista que con las acciones. Podemos decir que a grandes rasgos las acciones vienen subiendo las últimas dos semanas y los bonos vienen cayendo las últimas dos semanas. Al ser este un problema claramente de deuda, creo que es ahí donde tenemos que mirar para ver la tendencia.
Ahora bien: ¿qué escenarios podemos prever? Voy a intentar hacer un árbol decisorio lo más claro posible.
Escenario 1: Argentina no paga el 31 de julio y entra en cesación de pagos.
Escenario 1.A: Al entrar en cesación de pagos, se ponen de acuerdo el 25% de los tenedores de bonos discount y fuerzan la “aceleración del pago”. De esta manera, Argentina tendría que pagar de manera inmediata todo lo que adeuda el bono hasta el 2033. No tendría modo de pagar eso y entraría en default por el total de la deuda de esos bonos y no ya por sus intereses.
Escenario 1.B: No se reúne el 25%, Argentina tampoco paga en septiembre ni en diciembre y regulariza su situación en 2015.
Escenario 2: Argentina paga la sentencia impuesta por Griesa de manera casi inmediata y puede pagar los intereses que adeuda a los bonos con Ley de New York. Automáticamente empiezan todos los litigios del resto de los holdouts.
Escenario 2.A: Tenedores de bonos que entraron al canje en 2005 y 2010 inician acciones legales por incumplimiento de la cláusula RUFO (a mi juicio, al estar Argentina cumpliendo un fallo en su contra, esto parecería claramente un actuar no voluntario. Sin embargo, hay abogados que insisten en que “no voluntario” debe ser aún más fuerte que una sentencia en contra).
Escenario 2.B: No hay inicio de acciones legales por cláusulas RUFO.
El gobierno teme sin duda al escenario 2.A y, ante ese temor, quizá decir apostar por el escenario 1.B. Sin embargo, hay otra cuestión que le da un matiz extra al asunto: son varios los funcionarios públicos procesados por la causa del Megacanje.¿Por qué? Porque cuando las cosas salen mal, siempre hay que encontrar un culpable. Pregunto entonces: ¿qué funcionario querrá poner su firma en el pago de la sentencia con la posibilidad de que se active la cláusula RUFO? Pero también podríamos preguntar: ¿qué funcionario se animaría a correr el riesgo del Escenario 1.A?
La situación es de parálisis total. Porque más allá de la difícil decisión, empieza a ser relevante desde el punto de vista particular de cada funcionario asumir o no una contingencia procesal futura, en un país donde la Justicia usualmente está del lado del poder de turno.
En cualquier caso, el gobierno se queda sin opciones. Más que nunca, o paga en lo inmediato o va al default.