Anibalicidio

Sobre informe de Consultora Oximoron.

Redacción final Carolina Mantegari, especial para JorgeAsísDigital

Al ritmo de Lanata

El periodismo sustituye -otra vez- a la política.
La condiciona, la diseña. La despoja de la amabilidad ficcional que suele caracterizar a los candidatos guionados.
Y le aporta tensión. Con la espectacularidad de Alfredo Leuco con el papa o La Doctora. Con la virulencia envolvente de Luis Majul. Con las irreverencias ingeniosas de Horacio Verbitsky.
Y con -por qué no- las reflexiones emotivamente racionales de la señora Mirtha Legrand.
Hoy la realidad vuelve a girar alrededor de la emisión televisiva de Jorge Lanata.
Se debe bailar al ritmo que impone su música.
Llega al extremo de marcar una frontera abierta, entre el antes y el después de cualquiera de sus coberturas. Sea con Amado Boudou, El Descuidista, o con “la ruta del dinero K” (por la marroquinería política).
O sobre la última entrega. El anibalicidio.
Con los testimonios cuestionables y frágiles que lo señalan a Aníbal como el autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez (que en realidad aconteció en Quilmes). Por la muerte de aquellos tres muchachos obsesionados por los atributos del dinero rápido.
Exclusiva -y única- salvación espiritual en esta época nefasta.

Osiris Alonso D’Amomio

Director Consultora Oximoron

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La entendible continuidad del cristinismo

Cada vez está peor pero amaga con ganar de nuevo

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Cuesta admitir que el ciclo negativo del cristinismo apueste aún por su continuidad.
En doce años de imposturas, construyó un régimen sostenido por los desposeídos que sacan, y por los épicos que plantean la Revolución Imaginaria. Pero abiertamente enfrentado con los poseídos que no ponen. Con los idiotas que les pagan los impuestos y los obstinados que conservan un “canutito”.
Extraño modelo de inclusión social que excluye a los que invierten.
Un cachivache que nada tiene que ver, siquiera, con el peronismo.

Catálogo de catástrofes escogidas

La economía encepada (que se niega). El descenso del default (que se niega también). La nación desacatada.
Con la inflación tolerable por hábito histórico. Acostumbramiento cultural. Con la recesión tergiversada.
El vicepresidente no puede ser mostrado ni en fotografías. La señora presidente salpicada por el infantilismo lavador de la hotelería menos responsable.
La ofensiva brutal sobre el Poder Judicial marca que mantienen problemas severos con el delito. Por la corrupción estructural de los primeros siete años de recaudación centralizada.
Para garantizarle impunidad al delito, no vacilan en cultivar la viejofobia más cruel.
Para concluir la sinopsis queda el balance de la sospecha internacional. La responsabilidad por el crimen ensuciado, oscurecido. Consecuencia de “los cambios”, mientras se ensaya el antiimperialismo inconvincente y preventivo. Cambios geopolíticos a través de acuerdos que se desconocen. Como si estuvieran seguros que ningún sucesor podrá jamás revisar la historia reciente.

Pese al breve catálogo de catástrofes escogidas, con una audacia infinita el cristinismo instala la idea de quedarse. Porque vuelve, en octubre, a ganar.
En los últimos 45 días pasaron de la resignación cultural de irse, al triunfalismo jactancioso de la actualidad. Dejaban la “bomba para el sucesor”, al decir de Méndez. Aunque amagan ahora con sucederse a sí mismos. Con el objetivo de resolver la elección, incluso, en la primera vuelta.
Al cierre del despacho nadie se atreve a asegurar tampoco que, de existir la segunda vuelta, la pierdan.
La continuidad del cristinismo es entonces entendible. Casi admisible. No presenta ningún misterio. Las razones para la permanencia son absolutamente terrenales.
La explicación elemental alude a la intrascendencia de la contestación opositora. Induce a evaluar que el cristinismo no tiene enfrente nada serio que, en el fondo, lo inquiete.
Sólo la gran prensa, que se equivoca con énfasis y también pierde. Y algún sector de la Justicia, que marca limites, como puede.

La cría involuntaria

Daniel Scioli es la cría involuntaria del proceso kirchnerista.
Caso más tratable desde el esoterismo que desde la ciencia política.
Un hombre sensato, apreciablemente elemental, con la sobreestimación personal que arrastra la ideología positiva del vitalismo. Nada tiene en común con lo más detestable del resignado Frente para la Victoria que lo enarbola como candidato. Siempre que supere el obstáculo de Florencio Randazzo. O sea, en definitiva, el obstáculo permanente de La Doctora.
Si Scioli está hoy poco más fuerte que Mauricio Macri, y bastante más que Sergio Massa, es por la pertenencia al extinguido Partido Justicialista. El sello vegetal está disminuido, pero conserva vigencia como instrumento electoral. Un gran partido en estado de misericordia, pero es el único que subsiste. El resto es un conglomerado de cartas de intención. Algunos son muy auspiciosos, como el PRO, expresión institucional del macricaputismo. Y aún persiste otro gran partido, un esqueleto en conservación. El despedazado radicalismo que aporta, en su fragmentación, “radicales para todos”. Hasta para el Frente de la Victoria.
Aunque el PJ y el Frente carecen de fuerza consistente en los grandes centros urbanos (Córdoba, Rosario, Artificio Autónomo de la Capital) se sostiene sobre todo en la Inviable Buenos Aires. Marca la diferencia en el territorio donde se suele castigar al oficialismo en las legislativas. Pero se lo respalda en las presidenciales.
Macri y Massa, los dos principales desafiantes, al carecer de estructuras territoriales propias, debieron apoyarse en el esqueleto sin gran musculatura de los radicales.
La batalla (por los radicales) la ganó Macri. Para generar una asociación sostenida en su figura, aún más allá del Artificio Autónomo.
Cuenta con una base atendible en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Pero resulta insuficiente en la Buenos Aires Inviable donde ya supo triunfar dos veces. Asociado a Francisco De Narváez, en 2009, y a Massa en 2013.
Desligado hoy de ambos, Macri confía en su carisma de producto providencial para arrastrar, desde la candidatura a presidente, a quien disponga como gobernador. Repetición argumental del fenómeno Alfonsín de 1983, cuando logró imponer como gobernador al frágil Armendáriz.
Pese al entusiasmo del pensador Durán Barba, hoy resulta casi ingenuo apostar por la pureza ideológica del PRO. Con aspirantes que enarbolen el certificado de “lo nuevo”. Modernos. Danzarines novedosos.
Al perder su batalla por los radicales, Massa opta, en cambio, por asegurarse una parte considerable del electorado peronista, pero desconforme con la pertenencia al frepasismo tardío del Frente para la Victoria.
Hoy Massa padece los operativos exitosos para depilarlo. Son pequeños caudillos suburbanos que lo abandonan por desencantos juveniles. Y del único territorio donde El Depilado está más sólido. Buenos Aires.
Mientras tanto, para contener recíprocamente la adversidad, Massa ensaya la aventura del entendimiento con De la Sota, el peronista cultural que hoy nos sorprende como Demócrata Cristiano.
Desde los espacios de la racionalidad emergen los esclarecidos que tienen una firme vocación por perder el tiempo. Pugnan aún por el acercamiento imposible entre Macri y Massa.
Pero para algarabía de Scioli y La Doctora, la grieta, entre ellos, se profundiza con intensidad.

Otra vez con las recuperaciones

La tesis clásica del Portal remite a interpretar el cristinismo a través de las caídas. Las que generan las recuperaciones.
El último descenso en el infierno alude al Crimen de Nisman, que mantiene el destino clavado de misterio irresoluble.
El cristinismo envolvente sirve para entender sobre todo al opositor envuelto. El que crece, en exclusiva, solo a partir de los errores del adversario.
La proyección del opositor envuelto nunca es consecuencia de los propios atributos para plantear la superioridad.
Si no comete más equivocaciones, con Scioli -la cría involuntaria- el cristinismo siente el regalito de cuatro años más en el poder.
Salvo que los opositores envueltos modifiquen la estrategia de la fragmentación, que les deja el obsequio de la permanencia garantizada a los envolventes.
Esta oposición envuelta, vacilante y colmada de egolatrías y competencias pasionales, consigue que ninguna crisis del cristinismo sea suficientemente grave. Como para evitar la ceremonia de la recuperación.
Ocurre que esta oposición sólo se conforma con oponerse. Indignarse con declaraciones a los medios. Pero siempre sin sustituir.
Larga vida (regalada) para el cristinismo.

La Doctora y la justicia terrenal

Etapa lazarista del cristinismo: cuando no basta con haber dejado de recaudar.

sobre informe de Consultora Oximoron, redacción final Carolina Mantegari, especial para JorgeAsísDigital

Introducción

La osadía de investigar el poder

“La Corte fija límites sólo cuando el Ejecutivo los invade”, confirma la Garganta. “Si no quieren cargársela, no limita a nadie”.

Acontece que el cristinismo vuelve a la carga mediática y política contra “la invención del Partido Judicial”.

Es la alternativa escogida para resolver el dilema sustancial que alude a la identidad histórica. Avanzar, a través de justicieros propios, sobre aquel que comete la osadía de investigar al poder. 

Claves para interpretar el presente turbulento del período “lazarista”. Derivaciones inexorables del emblema Lázaro, por El Resucitado. Circunstancias que el portal trata desde sus inicios, para interpretar los atributos del poder que se instaló en mayo de 2003.

En pocos días el Partido Judicial proporcionó diversos acontecimientos negativos para el poder cristinista. Continuar leyendo

El juego del poder es para vivos y perversos

La unión de Macri, Massa y Sanz para contener a La Doctora y Scioli.

Sobre informe de Consultora Oximoron, por Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

Salvo que quieran que triunfe Daniel, Mauricio y Sergio deben ponerse de acuerdo. Arreglar. Para dejar de ser funcionales a La Doctora. O sea a Daniel.

Ocurre que Mauricio tiene misericordias en Buenos Aires. Y Sergio recopila compasiones en el Artificio Autónomo de la Capital.

Para que Mauricio eventualmente lo acepte, de mala gana, significa que Sergio debería “bajarse”. Resignar la ambición presidencial y conformarse con el premio consuelo de la gobernación. Tarea que, en la provincia inviable, es mucho más difícil que ocupar la presidencia.

“¿Y por qué no hacemos a la inversa?” -consigna la Garganta de la Franja de Massa- “Si la provincia aporta muchos millones más de votantes”, insiste.

Con razonamiento similar reacciona De la Sota, El Cuarto Hombre, de valorada experiencia pero que viene más retrasado. Cuando le dicen que Massa pretende llevarlo en la fórmula presidencial como su vice, según nuestras fuentes, dice: “Mirá vos, en cambio yo lo quiero a Massa para que sea mi gobernador en Buenos Aires”.

 

Resignada convivencia

Entre Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, y La Doctora, hoy persiste una concordia transitoria, pero que deja al borde de la banquina a Randazzo, El Loco. En condiciones de ser rebajado, como cualquier Precios Cuidados, para destacarse en adelante como un partenaire, casi un sparring ideal, intrascendente como Urribarri, El Padre del Marcador, o Rossi, El Chivo, al que nadie toma en serio ni en El Cairo, bar emblema de Rosario.

La nueva relación Líder-Doctora fortalece, en el interior del cristinismo, el sentimiento de permanencia. Más arraigado que el sentimiento de pertenencia. Entonces los “camporistas” deben asumir que Scioli -quién iba a decirlo- les pertenece. Y sentir que en cada uno de ellos habita un Mariotto dormido, en potencia.

“Todo camporista guarda un Mariotto en un rincón del corazón”.

Entonces creen que van a quedarse. “Partir, qué triste alternativa”, canta Chico Novarro. Aún pueden asegurarse la continuidad.

“Porque en octubre los vamos a embocar de nuevo”, confirma la Garganta. Y agrega: “LTA”. Es el fatídico maradoniano: “la tenés adentro”.

Manera perversa de explicitar el fracaso de Clarín. Después de siete años de confrontación con el enemigo predilecto, los cristinistas están agrandados. Se proponen acabar con la elección en la primera vuelta de octubre.

Trasciende que la resignada convivencia entre Daniel y La Doctora se consolidó cuando el Líder de la Línea Aire y Sol resultó fundamental para doblar el voto de cierto camarista gravitante. Acción que colocó el Caso Nisman en la antesala del archivo. Apenas un crimen de verano que amenazó con cargarse a La Doctora. Gracias a camaristas puntuales jueces señalados, los efectos inicialmente devastadores del crimen de verano se diluyeron en el otoño. Hasta transformarse a la fuerza en un suicidio.

El gravitante alivió llegó. En asombrosa coincidencia con el estancamiento de los dos principales candidatos opositores. Sergio, primero, y Mauricio después.

El freno motivó el impulso bastante tardío de De la Sota. El Cuarto Hombre decidió cubrir costosamente la totalidad del paño, con el pretexto de su vocación literaria y con declaraciones múltiples. Para aplicar la estrategia de “ver qué pasa”. Hasta dónde se llega. Si alcanza al menos los irrisorios 10 puntos. Para pactar con Adolfo, El Alma de la Puntanidad, y sobre todo con Sergio, que lo reclama, tal vez para embocarlo. O para conciliar las hondas diferencias con el cristinismo, por razones exclusivamente pragmáticas.

Ocurre que los 12 o 15 puntos que se le reservan para el kirchnerista Accastello, pueden resultar fatales, en Córdoba, para el anunciado “regreso de Juan”. O sea, Juan Schiaretti.

Sin acuerdo con Accastello, el “delasotismo” está más cerca de perder la provincia. En Córdoba avanza el acuerdo que algunos interesados quisieran trasladar hacia el plano nacional. Entre los radicales de Aguad, El Milico, para gobernador, y Mestre, El Alcalde, para repetir, y con Juez (para la Planta Permanente del Senado). Y con Baldassi, El Soplapitos, para la vice. Es del PRO, expresión institucional del macricaputismo.

El entendimiento de Córdoba permite vaticinar, con optimismo superior, un acuerdo para antes de las PASO. Contempla la presentación de la fórmula que sigilosamente vuelve a tratarse. Macri-Sanz.

Para desazón intelectual de Jaime Durán Barba, Accastello,  El Librepensador del Horacio, defensor fundamentalista de la máxima pureza del PRO, sin contaminaciones de la acabada “política vieja”.

 

Los mangados

La etapa es atractiva. Está en juego lo más apasionante de la actividad política. La lucha por el poder. Un juego, el del poder, para vivos, perversos e inteligentes.

Consiste en unificar la fuerza propia y fragmentar las fuerzas contrarias.

Desborda la simpleza: hay que buscar la unión o evitarla.

Debe aceptarse que el ejercicio del gobierno facilita los movimientos. El afán de quedarse parece ser mucho más intenso que el afán de desalojar al adversario.

Es curioso, tiene más hambre de poder el que quiere quedarse que aquel que se propone echarlo.

Sobre todo porque, el que se queda, contiene mayor solidez espiritual en sus argumentos. En cambio, aquel que debe desalojar, plantado como opositor, se encuentra naturalmente obstaculizado por un conjunto de contradicciones. Egolatrías infinitas que desembocan en rencores personales.

Y los que mejor se mueven, en la actualidad, para enrolarse entre los vivos que quieren desalojar, son, según nuestras fuentes, los “mangados”.

Los aportadores frecuentes de los fondos sacros. Distan de caracterizarse por el romanticismo. Ganaron mucho dinero con el kirchner-cristinismo, cobraron juntos, la contaron. Sobre todo durante el primer tramo de la década. Los Mangados tienen un efectivo interés en acabar con la insoportable inmanencia del cristinismo.

Se habla, por ejemplo, de un fuerte petrolero. Un Dragón acosado por el inversor del comisario que pretende infatigablemente llevárselo puesto.

Pero también se alude a otros industriales institucionalmente poderosos, cañonero sin costura, adoradores de Sanz, y de algunos banqueros frecuentadores de la Franja de Massa. Incluso, se barajan hasta los destacados conductores de algunos grupos mediáticos que brindan el escenario sustancial.

Planifican, Los Mangados, la osadía de acercar a las tres fuerzas fundamentales que, si se unifican, pueden resultar posiblemente imbatibles. Ni siquiera resisten la chicana menor de ser comparadas con la reencarnación de la Alianza. Aparte, prácticamente no existen diferencias de fondo entre ellos.

Mauricio, El Niño Cincuentón; Sergio Massa, El Renovador de la Permanencia; Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca.

 

Idea utópica de perdurar

Pero rescatar el probable entendimiento entre Mauricio y Sergio hoy es una indigna manera de perder el tiempo. Así cualquiera de los dos, para ir por la provincia, decida “bajarse”.

Ocurre que el mero acercamiento de Sergio con Mauricio produciría un colapso por el vendaval indeseable de la señora Carrió, La Empresaria de la Demolición (hoy comprometida con Mauricio).

Otro comprometido, pero con Sergio, es Francisco De Narváez, El Caudillo Popular. Un clavado candidato para la provincia, al que Macri detesta por razones ya detalladas en La Tragicomedia de Mauricio y el Francisco. Texto del Portal.

Sin embargo Narváez es mucho más razonable que Carrió. Y ya le advirtió, según nuestras fuentes, a Sergio.

“Si decidís bajar a la provincia lo voy a entender. Sólo te pido que me lo avises antes”. 

El pragmatismo de los profesionales del poder suele ser siempre más importante que la sedimentación de los egos. Conceder es, en definitiva, un acto de inteligencia personal y colectiva.

Y si Sergio y Mauricio alcanzan un acuerdo electoral con Sanz casi pueden asegurarse la gobernabilidad. Una indeterminada cantidad de legisladores, para cuerpear la transición. Lo menos que se aseguran es el paso hacia la segunda vuelta, algo letal para el cristinismo y la idea utópica de perdurar.

Máximo y su circunstancia

Informe de Consultora Oxímoron

Carolina Mantegari para JorgeAsisDigital.com

 

Demostración de fuerzas de La Cámpora

 

Introducción

Kirchnerismo y cristinismo

 

Aunque no se puedan analizar separadamente, el kirchnerismo tiene alguna diferencia proverbial con el cristinismo.

Kirchner, El Furia, conquistó la hegemonía y gobernó -reiteramos- con el apoyo sustancial de Hugo Moyano, El Charol, y la complacencia de Héctor Magnetto, El Beto. Y con la bendición del “viento de cola”. La soja.

Poco después de la muerte (irresponsable) de El Furia, ya La Doctora no contaba con ninguno de los dos apoyos primordiales. Sólo con la persistencia de la soja.

Fue El Furia quien encaró la guerra perdida que La Doctora supo empeorar después. Moyano, en cambio, dilató la mala relación un tiempo más.

Sin los pilares fundamentales, La Doctora prefirió gobernar con conjunción de incondicionales que la sostuvieron. Continuar leyendo

Hacia otro 14 de junio

De la mano de La Doctora, El Cenador y El Gótico

 

“…el 14 de junio de 1982 cuando el gobernador argentino, el ex general Mario Benjamín Menéndez, se rindió ante el jefe de las ‘Task Force’, Jeremy Moore”. Del Fuego/ noticias

 

Tío Plinio querido,

“Patria o Buitres no es sólo una consigna”, dijo La Doctora.

Tiene razón. Es una trampa para captar incautos. Para tergiversar el fracaso y transformarlo en otra epopeya. Una derrota venerable y heroica.

El cristinismo, tío Plinio querido, suele aplicar, con bastante suceso, la metodología envolvente.

Y en el ocaso acaba de producir su envoltorio superior. Para envolver a quien lo impugne. Hasta convertirlo en un opositor envuelto.

Para no ser calificados de buitres, o de vulgares vendepatrias, lo que corresponde a los críticos envueltos es callarse. Y otorgar. Ceder el campo libre de la argumentación. Para que prosperen los delirios.

Los paquetes que arma el cristinismo carecen entonces de desperdicios. Útiles para estrellar al país sin contemplaciones pero con énfasis. Con rigurosa tranquilidad. Sin resistencias ni reticencias. Contra el paredón del sentido común. De la sensatez más elemental.

 

Machu Pichu

 

No obstante la Argentina, tío Plinio querido, tiene perspectivas favorables. Porque La Doctora se va. Tiene fecha de vencimiento.

Expira, a más tardar, en diciembre de 2015. Falta aún un trecho demencial de estancamiento.

Aguardan alrededor de 150 discursos más. Con aprietes a selectivos fantasmas y con victimizaciones sobreactuadas, ante la magnífica euforia de los “pibes para la liberación”. A un promedio de dos o tres discursos por semana.

Es un retroceso de quince dilatados meses, salpicados de diversos frentes de tormenta. Con la mishiadura de la recesión que se niega. Con la inflación que galopa. Mientras los terroristas irresponsables, buitres de afuera o de adentro, agitan el índice de desempleo.

De todos modos, merced a la patología imperante, hay quien se abusa de la mansedumbre eventual del opositor envuelto.

Hay quien advierte que la confrontación contra los providenciales buitres, tío Plinio querido, es altamente redituable. Tanto, que podría facilitarles la utopía de quedarse.

Por la convicción y la tenacidad, los cristinistas resultan admirables. Van siempre para adelante. Contra el imperio de los buitres o por otra ley de abastecimiento. Aceleran siempre, así tengan por enfrente al foso.

Se las ingenian para extraer beneficios hasta del propio fracaso.

“Piedra en la piedra, y el hombre ¿dónde estuvo?”, pregunta Pablo Neruda, en Las alturas del Machu Pichu.

Error en el error, y el peronismo ¿dónde estuvo?

El peronismo vegetal hoy sepulta transitoriamente su historia. Es una hiedra que se aferra a los desplantes de La Doctora. Con la instrumentación de Kicillof, El Gótico. Y con la falta de estrategia que se le atribuye a Zannini, El Cenador.

El grotesco ya adquiere derivaciones alarmantes. Requieren más del servicio de la medicina clínica que de la psicología. Lo que nada tiene que hacer aquí es la ciencia política.

En Paraguay, por ejemplo, La Doctora se atrevió a decir que “el problema no es sólo de la Argentina, es un problema del mundo contemporáneo”.

¿No será mucho? Cuando La Doctora se manda no tiene el menor freno inhibitorio.

Al globalizar tanto la derrota, lo que se globaliza es la magnitud del ridículo. Y el mundo contemporáneo se nos c… de risa. Se da vuelta por respeto, para reírse mejor.

 

Maldito Ferembach

 

La “malvinización”, como concepto, se encuentra, tío Plinio querido, dolorosamente banalizado. Duele aceptarlo.

Por formación y educación, usted también fue malvinero. Se lo evoca pendiente de las informaciones que transmitía el pobre patriota José Gómez Fuentes.

Creyó en aquellas apelaciones emotivamente románticas, que condujeron hacia el terrible 14 de junio de 1982.

Acuérdese, el Papa Juan Pablo Segundo bendecía al pueblo compungido por las calles de Buenos Aires, mientras en las islas mataban y desalojaban a los soldados.

Al malvinizar la cuestión administrativa de los buitres, que fue manejada con escandalosa improvisación y frivolidad, la Argentina del 2014 construye, tío Plinio querido, su propio 14 de junio.

De la mano de La Doctora, del Cenador y del Gótico.

La decisión de defecarse olímpicamente en la sentencia del juez Griesa ya se percibe con claridad meridiana.

Ahora, a la reconocida mala praxis, a la impericia y la dilación, debe agregarse la ostensible mala fe. La tendencia hacia el desacato frontal es explícita.

Pero en Nevada emerge Cam Ferembach. Es otro juez que transforma a Griesa, comparativamente, en un anciano venerable. Un abuelito dulce que reprende con dureza la rebeldía nacional.

En su impulso destituyente, impulsado con seguridad por los terroristas de la imprenta Donnelley, y tal vez estimulado por los sobres de Paul Singer, el maldito Ferembach viene a entrometerse en aspectos vinculados a la entrañable corrupción nacional y popular.

El malvado Ferembach pretende indagar en la centena de empresas que se le atribuyen a Lázaro, El Resucitado.

Justamente en la plenitud de la etapa lazarista del cristinismo. Cuando se multiplican los bolsones ocultos en las sombras y se alude a la prosperidad trunca de La Rosadita.

Con el emblema del capitalismo triunfal que vino desde el sur. Arrancó con Austral Construcciones, por pura casualidad histórica, entre mayo y junio de 2003.

Después que Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas) cometiera el invalorable acierto histórico de optar, cuando revoleaba el poder, por Néstor, El Furia.

Entonces es Ferembach quien avanza, desde Nevada, en los asuntos recaudatorios que supo manosear el fiscal Campagnoli.

Es otro problema que cuesta atribuírselo “al mundo contemporáneo”. Es espantosamente local, un dilema apenas familiar.

Una profanación del sistema jurídico del imperio que se lanza a manosear la verdadera esencia cultural del kirchnerismo.

 

Final con Serpientes y Chanchos

 

Dígale a tía Edelma que la relación política de La Doctora con El Gótico, según Medea, va a terminar astrológicamente mal.

Tan mal como la que terminó La Doctora con Alberto Fernández, El Poeta Impopular.

A la larga, como la tía Edelma y la Otilia lo saben, una Serpiente como La Doctora (o como Máximo) siempre concluye, con el antagónico Chancho, a los desprecios limpios.

Acuérdese que El Poeta Impopular es un Chancho de Tierra. Enternece el pobrecito cuando exhibe su dramático desconsuelo por los canales de cable.

Y dígale a tía Edelma que, para su evaluación, tenga presente que El Gótico es un Chanchito de Metal.

Que según Medea a veces atrae el encanto de lo opuesto. Aunque se termine, generalmente, para el demonio.

Sea dicho aunque la Otilia -siempre fatal- tenga pesadillas después que se aluda a Satán.

Desde la Rufo hacia la aceleración

La imperdonable vocación por subestimar al argentino medio

Escribe Bernardo Maldonado-Kohen – Economía, especial para JorgeAsísDigital

 

Chistes de argentinos

Ofender la inteligencia emocional del argentino medio, o subestimarlo culturalmente, es -para el cristinismo- una aventura posible. Aunque imperdonable. Confirma que a la impericia, a la permanente mala praxis, se le debe agregar, en adelante, la mala fe. Semejante tergiversación colectiva admite que el país penetre, de pronto, en el laberinto del papelón. Del ridículo, sin salida.

Mientras tanto, desde los países vecinos, o un poco más alejados, se brindan muestras de solidaridad. Aunque se sonríen, en el fondo, por lo bajo. Se tapan la sonrisa con la mano. A los efectos de inspirar próximos chistes de argentinos. Para festejar. Y disfrutarnos.

 

Cláusula de aceleración

Los irresponsables sumergen a la sociedad en el descenso del default. Pero tratan de convencerla, paradójicamente, que no se trata, en definitiva, de ningún default. Como “la Argentina paga”, el default no es default. Es una alucinación de conspiradores furtivos. O sostenerlo es una elemental “pavada atómica”.

Aquí se movilizan sentimientos básicos de nacionalismo torpe. Pero combinado con dosis siniestras de anti-imperialismo tardío. A través de la creación de los enemigos imaginarios. Y del “carnaval del mundo” capitalista que nos condena por nuestros atributos.

Derivaciones de la manifiesta incapacidad para gestionar. De las picardías estremecedoras que salieron mal.

La estrategia dilatoria, a través de la estética deplorable del pedal, concluyó en el extraordinario bochorno. En el acto consciente de negar la realidad.

Y cuando todavía los ineptos, los que gobiernan, los que abusan de la complacencia opositora, no terminan de convencer a nadie acerca de las terribles maldades de la cláusula Rufo, tienen que sorprenderse con la previsible moda de las “cláusulas de aceleración”. Las que ya comienzan, según nuestras fuentes, a presentarse. Sin que importe un reverendo pepino la semántica narrativa del default. Si existe o no.

Por lo tanto habrá que preparar una próxima agenda defensiva, para imponer los discursos articulados de La Doctora y de Axel, El Gótico.

Faltaría pronunciarlos, en adelante, en la Organización Mundial de la Salud, en el plenario de la Interpol, en la Sociedad Masónica de Cangallo. O en la FIFA.

 

Martínez y Pigasse

Matthieu Pigasse, exquisito multimillonario francés, de la Banca Lezard, es editor de Le Monde y dueño de la revista rockera Los Inrockuptibles. También, según Heitz Dieterich, es el principal asesor externo de Nicolás Maduro. Y así le va, al presidente que agrava los escombros de la Venezuela Bolivariana.

Es a través de Venezuela que Pigasse desembarca, según nuestras fuentes, en los negocios abiertos de la encepada Buenos Aires. Y de algún modo, Pigasse se las ingenia para sugerir la conveniencia práctica del default para la Argentina. Idea perversa que, aunque lo desmienta con entusiasmo, también supo acercar el financista mejicano David Martínez, del fondo Fintech.

Para colmo socio de Héctor Magnetto, El Beto, el baluarte Martínez mantiene excelentes vinculaciones con el cristinismo. Hoy por los teléfonos, en un tiempo no muy remoto fue Ciccone, antes del ingreso de The Old Fund, artificio que marcó la gloria y la sepultura de Boudou y La Banda de los Descuidistas. Ampliaremos.

Hoy Martínez mantiene una sobria influencia moral, según nuestras fuentes, hasta con Carlos Zannini, El Cenador. Es acaso el máximo responsable de la estrategia que condujo al flamante naufragio de la Argentina. Presentado, como se acostumbra, como una epopeya.

Entonces Pigasse y Martínez coincidieron en instalar la idea que el default no es grave. Al contrario. Y ni siquiera tampoco es default. Y sin que nadie sospeche que ambos baluartes rápidos “están jugados en CDS”. O sea en el llamado Crédito Default Swap. Otro artificio teórico invalorable, inventado en 1994 por Blythe Masters, del JP Morgan.

Es uno de los instrumentos más modernos de Wall Street. Merecería ser estudiado por De Pablo, y tratado por el colega Monteverde. “Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes corporaciones. En el aseguramiento de paquetes de referencia crediticia, o en el aseguramiento de los bonos de deuda soberana. Se dieron a conocer tras el estallido de la crisis subprime. Su monto mínimo de operación es de 10 millones de dólares” (referencias tomadas del Blog Salmon).

 

Don Julio no murió

Dijimos que todavía no terminó de clarificarse la cuestión irritante de la clausula Rufo cuando cae, sobre el cuello de la Argentina, el cadalso de la cláusula de la aceleración. Para ser más específico, se trata de la aceleración que gatilla el “cross default”. O sea el default cruzado. Melconián tendría que explicárselo pronto a Maxi Montenegro.

Trátase de las presentaciones que ya mismo pueden realizar los tenedores de bonos que se atrevan a juntar el 25 % de cualquiera de las 16 serie de bonos, y que de pronto se presentan por ventanilla a cobrar. Por ejemplo los tenedores de series de Bonos Par, los que vencen en 2038.

Si se juntan más del 25 por ciento de los bonos emitidos se mantiene “el derecho de acelerar”. De pedir cobrar al contado la totalidad. Obliga al Estado emisor a negociar. A abreviar los plazos. Y para semejantes desventuras Kicillof no está aún preparado. Aunque recurra a su ayuda Álvarez Agis, al que Morenito pronto lo apodó El Culata.

Pero según La Doctora y El Gótico el default no es, en definitiva, ningún default. Como sostener que don Julio Grondona, en definitiva, no murió. Se lo vela, se lo sepulta, pero su obra nada tiene que ver con la muerte. Por lo tanto don Julio vive. “Todo pasa”.

 

Alineamientos y envoltorios

La esquizofrenia cotidiana se encuentra garantizada desde lo más alto del poder. Y lo que se escriba aquí puede ser más tarde corregido. Impugnado de inmediato. Declarado falso. Inexistente. Persiste una crisis de superproducción de la conjetura. Instiga a diseñar los acuerdos que tampoco existen. Arreglos virtuales, soluciones mágicas que sólo encuentran refugio en el voluntarismo. O en la imaginación.

Lo que resultó admirable -y debe aceptarse- es la manera en que el cristinismo envolvente supo contagiar su propio desconcierto. Sobre todo a lo que puede denominarse “oposición envuelta”. A los “opositores envueltos” por el cristinismo que siempre sabe utilizar, y esmerarse, en la preparación del envoltorio.

“Están todos alineados”. Se lo aseguraron al importante gobernador que se anota, naturalmente, para la sucesión. Por más que se le esmeren en la presentación de trabas.

Por supuesto que Daniel, invariablemente “alineado”, no iba a representar ningún problema. Porque Daniel “es del palo”. Pese a los cotidianos esmerilamientos de La Doctora. Al énfasis ninguneador de Zannini, el máximo responsable del desastre.

El problema es que divulgan que mantuvieron también “alineados” a Mauricio y a Sergio. Los opositores mejor posicionados. Invariablemente envueltos.

El primero, a través de la línea magistral que bajara Durán Barba, El Equeco. Y que instrumentara Marquitos, El Pibe de Oro, que provocó la resignación piadosa de los economistas de cabecera.

El segundo, por el respeto visceral que, entre los economistas de la Franja de Massa, se le mantiene a Roberto Lavagna, La Esfinge.

“Lavagna fue de los primeros en alinearse”, confirma la Garganta.

Sospechan las fuentes que Lavagna, que es en el fondo un melancólico, mantiene la insólita esperanza de volver a caminar por los jardines. De ser convocado, acaso, como en 2002. A los efectos de aportar su innegable cuota de patriotismo y rescatar a la Argentina. Por segunda vez. Porque fue arrojada, por impericia, hacia el segundo foso del siglo.

Lo recomendable entonces, en tramos decisivos, era callar. Permitir. Otorgar. Mientras La Doctora, Zannini y Kicillof conducían la profundización del disparate.

No debían referirse demasiado al riesgo del default (“que no existe, ¿de qué default hablan?, si Argentina paga”).

Lo conveniente era plantear las inofensivas generalidades dilatorias. Ante la resignación, la sigilosa impotencia de los economistas de medialuna enarbolada. Los que no podían desconocer que se dirigían, frontalmente, hacia la debacle.

Para chocar, otra vez, la calesita de la improvisación.

 

Bernardo Maldonado-Kohen, para JorgeAsisDigital.com

La marginalidad está peor que en 2001

Piedra libre para la destrucción en La Revolución Imaginaria.

escribe Carolina Mantegari

Los cristinistas se enojan cuando se confirma, desde aquí, que “la marginalidad en Argentina está hoy peor que en 2001”.
Y se agrega: “excitada por el narcotráfico y franeleada con el cuento de la inclusión social”.
En realidad, lo que sociológicamente espanta, aún no se entiende, es el significado explícito del 2001. Donde la marginalidad muy poco tuvo que ver.
Lo que estalló, en aquel final ardiente del año, fue la paciencia colmada de sectores maltratados de las capas medias.

Madres del Banco de Galicia

En el primer año del siglo, la desesperación encegueció al pequeño burgués clásico (para decirlo en la superada terminología marxista).
Fue al descubrir que sus fondos depositados en dólares repentinamente se habían diluido. Cuando se ponía el plástico en el cajero automático y no aparecían los billetes apaciguadores. Detonante principal de las bulliciosas protestas que derivaban en actos próximos a la barbarie. Encabezadas, por entonces, por las Madres del Banco de Galicia (según la acertada concepción del pensador Ignacio Zuleta).

Se registró, en la práctica, la transferencia de recursos más letal. Desde el patrimonio de las hipersensibles capas medias hacia la picaresca de los endeudados en dólares. Fueron los que supieron aprovechar los beneficios posteriores de la pesificación asimétrica, indiferentes al tendal que dejaron al descubierto. Dispuestos, en adelante, a acumular rencores y desconfianzas.
En cambio, lo que se reconoce como “marginalidad” quedó entonces mayoritariamente empatada. Casi a mano. Porque era muy poco o nada lo que aquel marginal de 2001 tenía para perder. A lo sumo se distanciaba mucho más del casi extinguido proceso de estratificación social. Es decir, la posibilidad del ascenso de clase, un fenómeno que sigue aún -aceptémoslo- casi vedado. Reducido apenas al territorio de la utopía o del braguetazo.
Con lo cual se asiste, además, al fracaso estrepitoso de un gobierno de procedencia básicamente peronista, como el que se padece y termina, sin relevos que hasta ahora entusiasmen.
El peronismo -que todo lo abarca- supo caracterizarse también por presentarse como una máquina reproductora de clase media. A los efectos de facilitar el traspaso. Desde la marginalidad del desposeído hacia las sutiles contradicciones de una clase media, primero, baja. Pero con posibilidades de acceso hacia la educación, que sistematizaba la realidad del progreso y que hoy es víctima de la misma decadencia.

La identidad resquebrajada

2001 representó, en principio, un contundente empobrecimiento de las capas medias que protagonizaron creativos escenarios de barbarie acotada. Y la consolidación simultánea de una marginalidad cada vez más alejada de una posible integración al proceso productivo.
Después de la magnífica transferencia de recursos, desde las capas medias hacia la especulación triunfal de los beneficiarios, comenzó con Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas) el ciclo de crecimiento (que iban a desperdiciar sus dos sucesores).
Claro que se crecía con la dupla Duhalde-Lavagna, pero desde la ventaja comparativa que ofrecía la gran decepción de estar en la lona.
Desde abajo, en general, suele ser más factible el logro de incorporarse un poco.
Y aquellos sectores medios que perdieron, paulatinamente iban a recuperar -merced al crecimiento- partes considerables de lo transferido. Y volverían, más resignados que vencidos, a ponerla en los bancos.

Es precisamente a partir de 2003, a través de la Revolución Imaginaria que impulsa el kirchnerismo, cuando se reciben los réditos de la recuperación que se inicia con Duhalde. Y cuando comienza el despliegue de desaciertos presentados como méritos, que se las ingenia para desperdiciar imperdonablemente la etapa de prosperidad más extraordinaria. Merced a la prepotencia ascendente del commodity principal. El poroto subestimado que aún nos sostiene.
Aquel desperdicio histórico concluye con la impúdica marginalidad de hoy. Con los abyectos desmanes del domingo que sólo pueden sorprender a los distraídos y que pudieron contemplarse grotescamente por televisión. Cuando los violentos marginales salieron de sus refugios normales para banalizar penosamente el saludable acto de gratitud. El reconocimiento que “la sociedad blanca” ofrendaba a la selección nacional de fútbol, que consiguió el meritorio segundo puesto en el torneo Mundial de Brasil. Mucho más, en cierto modo, de lo que se merecía. Y de lo que se esperaba de ella.
Aparte, “la sociedad blanca” aprovechaba también para homenajearse a sí misma, en los alrededores del Obelisco. Lo necesitaba. Como si se complementara con los sectores más osados que se desplazaron hacia Brasil, para pintarrajearse, conmoverse, gastar a los brasileros y simular que pertenecían a una barra brava elegante. Porque gracias a un conjunto de futbolistas regulares podían consolidar ciertos aspectos de la identidad resquebrajada.

Piedra libre

Aquí también se dijo que explicar los escatológicos incidentes del domingo, a través de la derrota, es ingresar por la puerta equivocada. Porque el vandalismo estaba garantizado. Aunque Higuaín o Palacios hubieran acertado con su puntería y se les ganara a los alemanes.
El acontecimiento del fútbol producía la legitimidad de la aglomeración. De ningún modo el violento marginal podía desaprovecharlo. Algo siempre puede robarse y destruirse.
Aparte, no hay fundamentaciones para sorprenderse. Cualquiera sabía que la ciudad no se encontraba siquiera preparada para soportar el autodenominado día del hincha de fútbol. Derivó en violencias devastadoras similares a las del domingo. Y en el mismo escenario.
Como balance -y aunque se enojen- el cristinismo produjo efectos catastróficos en las tres grandes franjas sociales. En trazo grueso, arriba, en el medio, pero sobre todo abajo.
En los márgenes. Donde el narcotráfico cometió su turno prioritario para el estrago. Y donde se subsidió a la bartola y sin el menor objetivo de contención. A través del excitante cuento de la inclusión social, basamento teórico de los logros supuestos de la Revolución Imaginaria, y en una atmósfera de permisividad más irresponsable aún. Con una idea prejuiciosa, casi culposa, del derecho del Estado a ejercer la represión. Recurso entendido, por los progresistas de ocasión, como una patología.
Piedra libre, entonces, para el robo y la destrucción. Es gratis.

Estamos, Butch, en problemas

Ineptitud, Mala praxis. Falta de credibilidad. Sin fiado.

Moncloa, cancelación de PASO y adelantamiento electoral

sobre Informe de Consultora Oximoron

Redacción final Carolina Mantegari, especial para JorgeAsísDigital

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Introducción

Credibilidad agotada

“Para negociar, la Presidente argentina hoy es un impedimento” confirma la Garganta, telefónicamente, desde New York. “Y con su ministro de Economía es peor”.

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Aprietes cotidianos a Lorenzetti

La Doctora quiere la Ley de Medios para antes del 27 de octubre.

La Doctora aprieta, casi indecorosamente, a cuatro de los siete miembros de la Corte que se dejan apretar.

Como si fueran naranjas, o granitos en la frente.

El objetivo es que “le saquen favorablemente La Ley de Medios”. Antes del 27 de octubre. Contiene (La Doctora) la fantasía candorosa de suponer que el éxito jurídico puede influir en el resultado electoral.

La presión cotidiana hacia el doctor Ricardo Luis Lorenzetti, presidente de la Corte, muestra que La Doctora carece, en principio, de un operador judicial de confianza. Los aprietes -suplicantes, altivos y casi desesperados- se agudizaron, según nuestras fuentes, en las últimas dos semanas.

A Lorenzetti lo llama directamente La Doctora. A veces ocurren hasta dos llamados diarios. Con la elaborada tonalidad de “bebota”, La Doctora avanza con el peso institucional de su competencia invasora. A los efectos de insistir para “que se apuren, y saquen la sentencia ya”.

Sin la abrumadora asiduidad con que La Doctora privilegia a Lorenzetti, abundan los llamados, también, para la señora vicepresidente de la Corte. La doctora Elena Highton de Nolasco.

También suele comunicarse con el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni. Pero con un sentimiento fraternal, ya que Zaffaroni es propia tropa.

Un portador activo de prestigio académico que atormenta, en cierto modo, hasta a Lorenzetti. Por supuesto que a Zaffaroni no hace falta apretarlo. Es un reconocido militante de la causa que instaló el consagrado modelo de desarrollo (con inclusión social).

El último en ser incorporado en la fastuosa desventura del apriete personal es, según nuestras fuentes, el doctor Enrique Petracchi.

Cartón lleno.

 

Sigilo culposo en la reunión secreta de Olivos

En el junio cruel, con la pautada disidencia de Zaffaroni, la Corte declaró inconstitucionales los artículos clave de la Ley de Reforma del Consejo de la Magistratura.

Le volteó (la Corte) la infatuada Ley de Democratización de la Justicia (acabó con la alucinada proyección presidencial de Carlos Zannini, El Cenador. El antiperonista que logró la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista, que derivara en el frepasismo tardío).

Pero poco después del volteo, según nuestras fuentes, se registró una extraña reunión secreta. Fue en la residencia presidencial de Olivos.

En sigilo culposo, el doctor Zaffaroni fue el encargado de instrumentar la cumbre misteriosa. Fue entre Cristina, La Doctora, la Presidente de la Nación, y el Presidente de la Corte, Lorenzetti. Por lo que pudo averiguarse, Lorenzetti asistió acompañado de su vice-presidente, la doctora Highton de Nolasco.

Un encuentro furtivo del primer tipo. La Doctora avanzó en su obsesiva necesidad de tener La Ley de Medios en la calle, lo más pronto posible. Pero nunca más allá de la frontera electoral del 27 de Octubre.

Aquí se cruzan las interpretaciones. La Garganta cristinista confirma que La Doctora quedó rigurosamente convencida que alcanzaron un principio de acuerdo. La Ley sería declarada Constitucional. Y saldría, a la carta, en los tiempos prometidos.

Lo que es también inapelable es que los tres cortesanos -Lorenzetti, Highton y Zaffaroni- los pasaron popularmente al cuarto, como se dice, o como alambre caído, a los otros tres venerables miembros de la Corte. Tal vez por ser reticentes a la idea de prestarse a la “ceremonia secreta”, que lamentablemente nada tiene que ver con la novela de Marco Denevi. Sí tiene que ver con otra novela. Casi porno. La del apriete institucional.

La pasaron al cuarto a la doctora Carmen Argibay. E imperdonablemente al doctor Juan Carlos Maqueda, presuntamente el “político” del plantel. Y hasta el legendario doctor Carlos Fayt (que fuera nuestro profesor de Derecho Político, en la Universidad de La Plata). Es probable que algunos de estos tres venerables se enteren de la reunión secreta -como de los respectivos aprietes- por la fresca inocencia de esta crónica.

 

El error de la Guerra-Divorcio

En la dinámica de funcionamiento de las altas cortes, es tradición no elaborar ninguna sentencia demasiado sensible en una etapa pre-electoral. Y menos aún esta Corte Suprema, que se caracteriza, hasta aquí, por su prolijidad.

Registra un alto índice de prestigio que no debiera desperdiciarse. Inspirado, en principio, en su credibilidad. Y sobre todo en su pregonada independencia, que el propio kirchnerismo presentaba inicialmente como atributo. Pese a los manoseos posteriores, violentamente estremecedores, del Poder Ejecutivo que se devaluó en la irresponsabilidad de los ataques groseros. Explicados, apenas, por la patología del estado de Guerra-Divorcio, que le planteó al Grupo Clarín.

Es -Clarín- el grupo de comunicación que les resultó fundamental. Por la ostensible colaboración del silencio. Por la significativa complacencia. Para que la brutal desmesura del kirchnerismo alcanzara su plácida hegemonía, pese a los “desastres seriales del gobierno trivial”. Los que sólo comenzaron a tratar en 2008. Pero como consecuencia de la separación conflictiva.

De la armonía redituable, que se extendió en la convivencia de cinco años, se pasó, sin escalas, directamente, hacia la reciprocidad del espanto.

Pero fue el cristinismo -derivación infantil del kirchnerismo póstumo- el que hizo de la Guerra el tema casi principal de la agenda política. Hasta estrellarse con la penosa fábula del 7-D.

Al extremo que cuesta identificar cuál es, hasta aquí, el error más impresionante que signa la actual desgracia sin rumbo del gobierno que la sociedad padece. Si fue declarar la Guerra-Divorcio al Grupo Clarín. O incendiarse internacionalmente en la inutilidad de confiscar YPF. Dos catástrofes que se suman a la mala praxis que surca, transversalmente, la totalidad del gobierno fragilizado.

La Ley de Medios, según nuestras fuentes, va a salir. Será declarada, por la Corte, inapelablemente constitucional. Aunque persistan, aún, ciertos desacuerdos, en los temas sustanciales que aluden a la desinversión compulsiva. Se plantan limitaciones que van a irritar a los funcionarios obcecados, que reclaman la aprobación total.

Con el espejismo de creer que la derrota de octubre será menos definitoria. Si es que transforman a la Corte, con aprietes vulgares, en la Corte Suprema de la Victoria.

 

Oberdán Rocamora

para JorgeAsisDigital.com