Franja de Massa o Milagro-Scioli

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Combate de resistencia

Al cierre del Informe, los tres protagonistas exclusivos de la consagrada miniserie se encuentran casi a la par.
Queda Mauricio un poco más replegado, aunque con posibilidades difusas de sorprender. Bastante remotas, eso sí.
Se aleja la perspectiva de aliarse con el esqueleto de los radicales.
Aparte, Oximoron registra que se pontifica, en exceso, sobre el (engañoso) agotamiento del peronismo.
Para la plácida visión, el peronismo emerge como el culpable genérico de la mayor parte de los males.
Entonces se enuncia voluntariamente que se viene el turno del “no peronismo” (más engañoso aún).
Pero con estos valores en juego, se concluye que es imposible. Con la sumatoria de los postulantes ejemplares del Frente Unen, con exponentes que atraviesan el jardín luminoso que contiene a la ética y la estética, difícilmente podrán imponerse sobre alguno de los dos peronistas principales del escenario.
Sea Sergio o sea Daniel. Franja de Massa o Milagro-Scioli.
Si las elecciones nacionales transcurrieran el próximo domingo, los excitados no peronistas -para Oximoron- volverán a quedarse afuera. Con la moralidad servida de la oposición.
Significa confirmar que hoy la batalla electoral se dirime en una suerte de interna peronista. Entre La Franja y El Milagro.
Por suerte, faltan aún diecisiete meses para la tranquila inutilidad de las primarias abiertas y obligatorias. Las PASO.
El combate que se viene es de resistencia. Sin respiros, pausas ni relajaciones en la política swinger. Aunque se venga el Mundial de fútbol que genera esperanzas vanas de olvido. Sobre todo para los damnificados de la etapa lazarista del cristinismo.
Para esta pelea de resistencia, aparte de armarse, los tres protagonistas de la miniserie deben cuidar el aire.
Comparten, los tres, severos dilemas de oxígeno.

Osiris Alonso D’Amomio
Director/ Consultora Oximoron
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El Milagro Scioli

Así como el mensaje es el medio, o viceversa, aquí el Milagro es Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Un desafío para analistas y académicos.
Por más que La Doctora lo disuelva entre la sopa espesa de una de las cuantiosas vicepresidencias inútiles del Partido Justicialista Vegetal (PJV). Por más que quede diseminado entre otros potenciales presidenciables, el positivista muestra con “fe, esperanzas y siempre para adelante” que va a quedarse para la conversación final.
A valores de hoy, en una disputa con Sergio Massa, Aire y Sol II, titular de la Franja de Massa.
Sin una gestión que nadie le reconozca, y ni siquiera le ponderen, Scioli sale de shopping por las provincias. Supone fortalecerse con la adhesión de los “gobernadores atragantados” que en su mayor parte no tienen reelección. Y tampoco le garantizan victorias territoriales. Pero le permiten exhibir un grupo presentable y compacto, que recibe también sin reparos al desafiante principal en el plano interno. Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
El vegetalismo peronista permite mostrar la apariencia de un esqueleto bien armado. Con huesos gastados, aún en condiciones de uso.
El Milagro-Scioli persiste entre menoscabos extraordinarios, y subestimaciones sin originalidad. Pero se le incorporan, a diario, los valiosos buscapinas que comienzan a creer, con seriedad y sin nada para perder, que están ante la evidencia del milagro. De verdad.

Massa y su circunstancia

De los tres protagonistas, Sergio, El Renovador de la Permanencia, es quien parece divertirse más con la centralidad.
Crece, se estanca, y vuelve a crecer. En medio de la ordenada desorganización que gira a su alrededor. Como si fuera un atributo.
Para Oximoron, el massismo parece convertirse en un fenómeno “orteguiano”. Pero por el filósofo español Ortega y Gasset, y no por Palito, el tucumano, que supo ser uno de los mentores de Sergio.
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Lo dijo Ortega y Gasset.
Aquí, en cambio, es Massa y su circunstancia.
Porque La Franja de Massa está donde está Massa. Y es, en el fondo, sólo aquello que hace, o dice Massa. Palabra de Sergio.
“Tenemos la estampita y los fieles. Sólo nos faltan los buenos pastores”. Lo confirma un massista extraño, para colmo de los más racionales. Al que le cuesta ubicarse en la desorganización que a Sergio, llamativamente, lo estimula. Y la goza.
Al mejor estilo Menem, el orteguiano Massa cree cargar consigo la buena estrella del César. Con la cual los protege a los protagonistas plausibles de una comedia de malentendidos.
Al tenso Martín Redrado y al eficiente Miguel Peirano. A la formada señora Graciela Camaño, La Negra, y al experto intendente Gilberto Alegre, de Villegas, hoy transformado en legislador.
Y a la serie entrañable de los “renovados”. Como De Mendiguren, Felipe Solá, Tito Lusiardo, alias Juanjo, el poeta Alberto Fernández, el Chupete Manzano, el conde polaco Eduardo Amadeo, al aportante espiritual Jorge Brito y su lugarteniente Rodríguez, El Corcho. Sin olvidarse nunca de Pierri, El Muñeco, o de los “renovados” más formidables. Como Reutemann, Romero o los Rodríguez Saa.
También hay protección para todos aquellos que se jactan de tener ciertas influencias sobre el titular de la Franja. Sergio finge escucharlos con atención, aunque siempre para hacer, o decir, lo que se le cante.

Consuelos del macricaputismo

Para Mauricio, El Niño Cincuentón, Sergio llegó para complicarle la carrera política. Transformarse en su obstáculo.
La animadversión política hacia Massa es también un valor que la acerca a La Doctora (aparte de los aspectos puntuales de fuerte incidencia económica. Inmobiliarios, como el traspaso de la Esma, o de relativa espiritualidad).

En PRO -expresión institucional del macri-caputismo- se consuelan con una creencia que en el fondo los justifica.
Indica que, si la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, le hubiera hecho caso a Mauricio, y aceptaba jugar en Buenos Aires, La Inviable, Massa se quedaba en el molde. Perdido entre las vueltas de la rotonda. No hubiera “jugado”.
Por lo tanto, con Michetti activa en Buenos Aires, en el escenario de 2013, la Franja de Massa nunca hubiera existido.
Tarde para lamentaciones contra-fácticas. Porque La Franja de Massa existe y hoy encabeza cualquier encuesta.
Ocurre que Sergio le arrebató a Mauricio hasta la cucarda de la juventud. Es trece años más joven y le disputa el mismo mercado.
Pero la popular Michetti prefirió quedarse en el Artificio Autónomo de la Capital. Para beneficio indirecto de Massa, y para la complicación ostensible de Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya.
Horacito no escatima recursos para convertirse en el sucesor de Mauricio. Con la venia, en apariencia, del inmanente Nicky, y del propio Mauricio, quien ni se inmuta ante el entusiasmo de los innumerables que descubren la ventajita de enfrentar a El Carismático.
Como los Peronistas Originarios. Diego Santilli, El Colorado, y Cristian Ritondo, El Potro. Desde el interior del macricaputismo.
O como Martín Lousteau, Sir Alfred Douglas, el crédito del amontonamiento de Unen.

Noción de tagliaferrismo

Por la colonización siempre pendiente de Buenos Aires, La Inviable, Mauricio decidió suplir, a la reticente Michetti, por la obediente señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.
A los efectos de librarse de otra eventual competidora, Horacito, El Carismático de Pompeya, apoyó la idea de desplazarla con curioso apasionamiento.
Le prometía lo que fuera -con tal que se fuera-, a María Eugenia Vidal. Para que se lanzara, como Roca, a la conquista del desierto.
Lo extravagante y divertido del Pro es que se trata, en el fondo, de un partidito urbano, tan gerencial como hogareño. Donde los episodios domésticos suelen adquirir cierta trascendencia política.
Ya se registró algún alentado divorcio que favoreció, incluso, la proyección política de un gran cuadro macricaputista.
Trasciende que La Chica de Flores tuvo ciertas dificultades para financiar la colonización bonaerense. Las trabas nunca deben ser atribuidas a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, su competidor interno.
Al contrario, los problemas de recursos se agravaron, según nuestras fuentes, por las ambiciones predominantes del máximo cuadro del tagliaferrismo (movimiento que paulatinamente se extiende por los suburbios).
Es Ramiro Tagliaferro, El Neo Nancy, para colmo fiel esposo de La Chica de Flores. Un impulsivo concejal de Morón, gracias a la alianza olvidada con la Franja de Massa. La que con suerte ínfima intentan reeditar Ramón Puerta y Diego Guelar.
El dilema se resolvió con el alejamiento del numen del tagliaferrismo. El abandono de Ramiro del comando de la campaña de la conquistadora Vidal.
En algún momento se especuló, incluso, con el salto en garrocha de Tagliaferro hacia el massismo. Desplazamiento que, según nuestras fuentes, deseaban varios macricaputistas.
“Mejor, que se lo lleve Massa”, confirma la Garganta.
Lo importante, para El Carismático de Pompeya, es que La Chica del Flores de Carriego no suspenda la colonización. Y que no decida marcar, de nuevo, altiva presencia en el Artificio Porteño.