Masones se distancian de Scioli

“Illuminatis” de la logia más calificada discuten alternativas estratégicas.

escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial

“Sociedad filantrópica, filosófica, laica y progresista. Objetivos: exaltación y perfeccionamiento de las elevadas virtudes humanas”.
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“Frates, tenemos que tomar distancia de Scioli”.

Los Illuminatis argentinos -masones que entre ellos se llaman “frates”- mantienen reuniones “más discretas que secretas”.
La última transcurrió hace doce días. Un prolegómeno “elevado” de dos horas, antes del almuerzo elemental de San Isidro.
Por discreción profesional se omite aquí la identificación de los participantes. Son influyentes como destacados y reconocidos.
Cuando trasciendan los efectos de la crónica, algunos frates podrán inquietarse. Desequilibrarse un poco, sentirse descubiertos.
Pero calma, frates. Nunca será para tanto.

Animó, en gran parte, un frate empresario de amplio espectro. Poli-rubro. Un respetado sexagenario de excelsa conservación, portador de elegancia clásica, sin ostentaciones. Tiene “vivos”, según nuestras fuentes, nunca menos de 500 millones de dólares. Sin embargo se encuentra saludablemente preocupado, como todos los frates, “por el destino de la república”. Por la falta alarmante de “vocación por disponer de una estrategia clara para el país”. Por la cultura nefasta de la “vigente improvisación”. Por el “expreso voluntarismo” que caracteriza a quienes se preparan, con “cierta ligereza”, para suceder al gobierno “agotado” que aún “acapara la iniciativa”.

En algún momento, según nuestras fuentes, por la emoción, el disertante se quebró. Cuando ensayó la conclusión sobre Scioli (para el Portal el Líder de la Línea Aire y Sol).
“Tomemos distancia, frates, aunque Scioli sea amigo de muchos de nosotros. Y sobre todo un buen amigo mío”.

Illuminatis

Trátase de una de las logias masónicas más calificadas entre las cien que funcionan en Buenos Aires.
Desde la mitificación infantil de aquellos patriotas de la Logia Lautaro, de principios del Diecinueve, o tal vez desde el GOU -Grupo de Oficiales Unidos-, de mediados del Veinte, se extiende la secreta tentación generacional de participar de una logia. Aunque derive, en el fondo, en la fugacidad de un mero grupo de presión. O en una banda de vulgar lobbing. O por lo menos en el afán de los albañiles modernos, sin la obsesión por construir catedrales, como los masones originarios. Estos Illuminatis son albañiles ideales para construir poder, participar de los réditos del mismo, y ser solidarios, en definitiva, con la logia (o la banda) conformada.
Nuestros Illuminatis, eventuales comensales de San Isidro, suelen frecuentar también las ceremonias solemnes del centro de Cangallo, donde talla el Gran Maestre.
Estructuran la logia más representativa por la ubicación que ya supieron conquistar sus iniciados. O que socialmente heredaron. Ya que algunos frates son “ricos desde el Moisés”.
O son consagrados autodidactas de los diversos campos. Desde la industria, el agro, el pensamiento o la comunicación.
Hijos virtuales de inmigrantes que se esmeraron exitosamente en el ascenso económico-social.
Lo que menos se propone la crónica es explorar la historia, ni siquiera el universo interno de la masonería. Emilio Corbiere ya escribió excelentes libros al respecto.
Aquí resta aclarar que los Illuminatis domésticos distan de ser espantosamente anticlericales. Pero se faltaría a la verdad si no se especifica que, entre los frates, reluce la presencia de un rabino erudito.

El boleto picado al peronismo

A través de los cristales desfilaba el verde contundente de San Isidro. En la sala se bebía apenas agua mineral, alguna gaseosa light. Mientras tanto, el empresario poderoso mantenía el equilibrio de la palabra.
Sostenía que Scioli “perdió la oportunidad de romper con el gobierno que paradójicamente lo excluye”.
Con rigurosa unanimidad -cabe consignarlo- Los Illuminatis le tienen picado el boleto al cristinismo.
Aceptan, eso sí, que Scioli es distinto. Que es atacado por los categóricos precisamente por sus diferencias.
Los frates no conciben un gobierno eventual de Scioli, por estar vinculado con “esta versión nociva, autoritaria, del peronismo”.
El “Frate” pregona la necesidad de “tomar distancia del peronismo en su totalidad”. Lo confirma, consciente que puede equivocarse otra vez.
Porque después de los fracasos, siempre se vuelve, con resignación, al peronismo.
El secreto de la hora consiste en comprometerse, para que un gobierno no peronista pueda tener, al menos, alguna “garantía de consolidación”.
Consta que un “frate”, otro empresario igualmente influyente en el norte, de apellido sonoro, o el frate impetuoso, el hilandero de aspecto juvenil y de cultura oriental, inicialmente hicieron negocios extraordinarios con “el régimen agotado”. Como la gran parte de Los Illuminatis. Compartieron, incluso, actos cordiales de inauguraciones, cortes de cintas. Acercamientos casi afectuosos con el matrimonio presidencial. Con el extinto y la dama (para el Portal El Furia y La Doctora).
Otro Iluminati, de origen alemán noble, expresó también su acuerdo con el agotamiento del ciclo peronista. Como el frate diputado, mandato en cumplimiento.

Exploraciones

Para desplazar al peronismo, en las próximas elecciones, se impone, por lo tanto, estimular los acuerdos “que se encuentran en curso”.
En palabras del Portal, entre el PRO -expresión institucional del macricaputismo-, y Los Cinco Latinos del Frente UNEN.
Sin embargo retomó la palabra el orador que se quebraba por su afecto hacia Scioli. Ahora para plantear que en el entendimiento debía incluirse a Sergio Massa. El de la Franja de Massa. Aunque Sergio fuera relativamente peronista.
Se destacó -en Sergio- el atributo inusual del coraje. Por haberse convenientemente enfrentado a los que hoy deben desplazarse.
El alemán del apellido distinguido asentía, como el frate rabino, y como el frate impetuoso de las hilanderías. Sólo se registró la disidencia personal planteada por un activo dirigente que representa a las asociaciones. A las cámaras. Institucionalmente no podía decir “Scioli sí o Scioli no”, o “peronismo sí o no”. Pero le parecía sensato que los frates exploraran el acercamiento entre el PRO y el UNEN. Aunque se producirían, a su juicios, nuevas divisiones invariables.
Aquí coincidió el frate diputado, el del mandato en cumplimiento.
“A Carrió y a Sanz puedo imaginarlos asociados a Macri”, puntualizó. “Pero no lo veo a Cobos con Macri”.
Acaso porque la unión de Macri con Sanz y Carrió le despeja inmediatamente el camino a Cobos. Porque se le agregarán los radicales desencantados.
Asimismo -prosiguió el diputado- consideró que es imposible encontrarlos juntos, de entrada, a Binner con Macri.
“Tampoco imagino a Carrió con Massa, por los misiles que Carrió le tira por televisión”, retomó el sexagenario, ya compuesto. “Pero sí lo imagino a Massa asociado con Sanz. O Con Cobos. Sabemos todos, frates, que abundan las reuniones” (son los acercamientos que el Portal trata en “La política swinger”).

Con los medios que dispongan, Los Illuminatis se comprometieron a colaborar para la estructuración de la fuerza más abarcadora, que no sea presentada sólo como un “rejunte”. Aunque al frate tan sensible le duela, “en lo profundo”, bajarle el pulgar a su amigo Scioli. Y todo por no haber reaccionado a tiempo.
Al pasar al comedor, los frates se permitieron brindarle algo más de color al día, a través del vino tinto, un malbec aportado por un frate que también tiene bodegas. Para transformarse, en adelante, en el grupo elemental de amigos reunidos para reconfirmar el afecto y compartir un simpático menú a la carta. Y para intercambiar diálogos amablemente inofensivos, bromas casi banales, ante el fondo verde más espectacular de San Isidro.

El Producto Mauricio (consumir con moderación)

escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, sobre Informe de
Consultora Oximoron, especial

Introducción

Sociedad cargada de pesares

La dilatada miniserie “Daniel, Mauricio y Sergio” es indispensable. Por ella, el Portal sobrevivió con argumentos, durante dos años.
Al iniciar la “tercera época”, la historia de final incierto mantiene la frescura tensa, y el interés en aumento.
Ocurre que tampoco apareció ningún otro que supere la medianía estética. Signa (la medianía) la actitud de los tres reconocidos protagonistas. El consumidor los conoce de memoria. Por lo tanto no tiene mayores posibilidades de sorprenderse.
El trío -que compite por la presidencia- conecta, en perfecta armonía, con el estado paradójicamente light de una sociedad cargada de pesares. De situaciones límite.
Cuesta entonces situarlos, a los tres héroes, a la altura de los pavorosos problemas que La Doctora, al partir, lega a la sociedad. La sociedad paradójica que prefiere consumir productos light. Frescos. Sin litigios ni confrontaciones que marcaron las turbulencias del kirchner-cristinismo.
Hasta el cierre del primer capítulo de esta “tercera época”, uno de los tres se calzará la banda.
Ya que José De la Sota, El Cordobés Profesional, no aparece aún visible en la fotografía. Por más que se obstine en méritos mediáticos.
Como tampoco aparece en la pantalla ningún exponente de la colección de precandidatos de invierno, de los que impulsa La Doctora para esmerilar a Daniel. Ni Domínguez, El Lindo Julián; o el inflamado Randazzo, El Macho del Off; o Urribarri, Padre del Marcador. Mencionar en la acumulación a Rossi, El Soldadito de Milani, simboliza un acto de piedad.
Por su parte, Los 5 Latinos de UNEN, amontonan las imposibilidades que los hacen descender. Colectivamente decepcionar. Hasta someterse a la sentencia perdonavidas de los consultores.
“Aún no miden”. Pese a los atributos morales del conjunto musical.

Osiris Alonso D’Amomio
Director-Consultora Oximoron

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Bandera verde

Al margen de la multiplicación de operaciones entrecruzadas, que inspiran el objetivo brutal de demoler recíprocamente al adversario, “Mauricio, Daniel y Sergio” se encuentran -para Consultora Oximoron- a la par. Empatan con alrededor de un cuarto del electorado para cada uno. Sea dicho a pesar del fuerte operativo en marcha que consiste en degradar tanto a Daniel, El Esmerilado, como a Sergio, El Enemigo
Al primero, Daniel, porque se lo da ya por tercero cómodo, mientras se pone en duda que sea candidato.
“Hoy pierde con Randazzo en la interna del kirchnerismo”, confirma la Garganta.
A Sergio, en cambio, porque se especula acerca del momento de capitular y sentarse a negociar.
“La meseta, para Sergio, representa un retroceso”, confirma otra Garganta.
(Ampliaremos en los próximos capítulos).

Significa confirmar que persiste otro 25 por ciento, para repartirse entre el Resto del Mundo. O para ser rapiñado por alguno de los tres que empatan.
Infortunadamente, existe un extendido espacio libre que aún no alcanzan a ocupar Los 5 Latinos.
Trátase de la célebre conjunción metropolitana que admite el lucimiento televisivo de la señora Elisa Carrió, La Demoledora. Notable primera voz, en su rol de Estela Raval. Acompañada por los cuatro correctos caballeros, que le hacen el coro para cantar “Juntitos Juntitos”. Pero es una melodía que no prende.
Cleto Cobos, El Malvinero Sentimental. Pino Solanas, El Dirigente Universitario. Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y por último el acosado Ernesto Sanz, la Esperanza Blanca. A quien el PRO -expresión institucional del macricaputismo- supo imaginar, sin mayor disimulo, como el compañero de fórmula ideal de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. Lo divulga en sus comidas hasta la informada señora Mirtha Legrand, Dorian Gray.

Debe aceptarse, a esta altura, que Mauricio es “el vedette del momento”. Hoy está de moda pontificar sobre la onda Macri. Y arriesgarse en apostar por su “destino manifiesto” de sucesor.
Entonces Sanz está presente en las planificaciones de los informatizados que movilizan el Producto Mauricio (para consumir con moderación). Aunque los astutos macricaputistas prefieran instalar los beneficios transitorios de proyectarse en soledad. A través de la Tercera Vía (invención independiente del radicalismo y del peronismo). Una fórmula de escasa originalidad que ya cultivó Francisco Manrique, El Paco, con suerte bastante relativa, en los setenta. Pero para diferenciarse de Ricardo Balbín y Juan Domingo Perón, dos emblemas de una política no precisamente light. Aunque condenada al fracaso. En el país donde todo, absolutamente todo, termina mal.

El Vedette

Mauricio -dijimos- emerge hoy como el vedette principal del trío.
Es sugestivo que el crecimiento del Producto Mauricio coincida -para Oximoron- con los avances positivos de su relación políticamente platónica con La Doctora.
La dama ya no sólo le atiende el teléfono desde hace seis meses. Instruyó aparte al doctor De Pedro, El Wado, para que colabore en resolver todos los problemas que lo afecten a Mauricio. Judiciales incluidos.
Sin ningún enigma trasciende por todas partes que La Doctora, como Sucesor, lo prefiere a Mauricio. Lo cual brinda la garantía que el razonamiento es -en definitiva- falso.
Mientras la atmósfera frentista tiende hacia el entendimiento entre Mauricio y Sanz, trasciende que existe un retroceso en el entusiasmo del primero. O sea de El Niño Cincuentón. Son los números inapelables que suele acercarle, según nuestras fuentes, el pensador Jaime Durán Barba, El Equeco. Con la sentencia cruel: “Los radicales, Mauricio, no miden, salvo en Córdoba”. Donde el Producto -se ufanan- está primero.

Significa confirmar, por la numerología de Durán Barba, que se enfría el acuerdo que maduraba naturalmente. Entre el macricaputismo y un sector de la milenaria UCR.
Para simular y cederle al tiempo la oportunidad del reacomodamiento, en el macricaputismo se plantea la reedición de la fórmula triunfal que ganó el Artificio Autónomo.
De Mauricio con la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida. A los efectos de suministrarle, según nuestras fuentes, a la difícil Gaby, un potente caramelo de madera (ligeramente espolvoreado con azúcar impalpable). Para que la distraiga un poco de la causa perdida de suceder a Mauricio en el Artificio Autónomo.
Pero trasciende que esta vez no será fácil pasarla al cuarto a La Princesa. Como cuando se desprendieron de su vicejefatura para clavarla como diputada por la capital. En beneficio de la causa macricaputista. Se complica ahora el proyecto de sacarla de la pelea por el Artificio Autónomo. Postulación que nadie le saca, según nuestras fuentes, de la amplia boca, a don Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya. Para algarabía de todos aquellos que se disponen a enfrentarlo. Sin saber que tendrán que enfrentarse, en realidad, con Mauricio, paraguas protector de El Carismático de Pompeya.

Unificación de elecciones

La sucesión en el Artificio Autónomo es -para Oximoron- el principal problema de la Mutual PRO.
Dilema que no alcanza a resolver el Equipo de Comunicación Directa que controla Marquitos Peña, El Pibe 10. Instrumentador eficaz de la estrategia que dicta el pensador Durán Barba, y que promueve los atributos del Producto Mauricio con el rigor que se invierte en vender un champú, o imponer una marca de jeans.
La duda sucesoria instiga, por otra parte, a no convocar elecciones separadas entre el Artificio y la Nación. Mejor es que El Carismático vaya prendido detrás de la candidatura presidencial de Mauricio. “Chupado”, como se dice en la jerga del automovilismo. Y celebrar las elecciones el mismo día. Para que Mauricio arrastre, también en Buenos Aires, la provincia inviable, a la señora María Eugenia Vidal, La Muchacha del Flores de Girondo. O en todo caso a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre. Imbuidos por la perspectiva de repetir la peripecia de Raúl Alfonsín, de 1983. Creer que la potencia del candidato presidencial -Mauricio- vaya a arrastrar al candidato a gobernador de La Inviable. Y que de yapa pueda beneficiarse también Rodríguez Larreta.
Demasiada exigencia para un Producto vendible que mantiene los astros alineados. Y que se encuentra en pleno crecimiento personal. Sumido en el romance platónico con La Doctora, que lo lleva de la mano, como Gretel a Hansel, para cortar cintas. Así sea para inaugurar cincuenta metros del carril de una autopista.
Sin embargo, para Oximoron, el macricaputismo aún no logró armar ninguna fuerza de consistencia nacional. Son apenas números de encuestas excitadas. Pese a los esfuerzos y a la eficacia de los maxilares de Emilio Monzó, El Diseñador.

¿Ubi est nostram? (¿dónde está la nuestra?)

LA POLÍTICA SWINGER (II): Macri con Sanz, De la Sota con Massa. Mientras se lanza El Lindo Julián.

El armado de las parejitas, en el club de la “política swinger” prosigue con su obscenidad aceptable. Casi inofensiva.
Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, se muestra, en la selectiva universidad, con Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca.
Mientras tanto José De la Sota, El Cordobés Profesional, trata de acercarse a Sergio Massa, El Renovador de la Permanencia. Pero también le guiña un ojo a Macri. Como si lo cabeceara, para danzar.
Por su parte Eduardo Duhalde, El Piloto de las Tormentas (generadas) insiste, con suerte relativa, en su condición de Celestino. Para que vuelvan a rozarse Massa y Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol.

Macri-Sanz

Por el tenor de las complicidades, el entendimiento entre Macri y Sanz parece estar, según nuestras fuentes, cerrado.
Sería un logro de Emilio Monzó, El Diseñador, por el cual brega desde hace meses. Con argumentos pacientemente seductores, hacia los radicales necesitados de un buen candidato que sea nutritivo para su aparato (que el portal prefiere denominar esqueleto).
La componenda induce a la alianza natural entre el esqueleto que no tiene una cabeza convincente (La Unión Cívica Radical), con la gran cabeza (Macri) que carece del elemental esqueleto.
La fusión representa la manera casi ideal de armarse para enfrentar al culpable peronismo en una segunda vuelta. Con posibilidades de triunfo.
Si gana, Macri podría nacionalizar la festiva ceremonia del bailecito. “No me arrepiento de este amor”. Y hacer, del país entero, una interminable vía rápida, como en la avenida 9 de Julio.
Aquí el radicalismo centenario podría incorporarle su fibra al esqueleto. Pero recargarse con infinidad de legisladores e intendencias. A los efectos de reciclarse.
Si pierde, Macri podría dedicarse a disfrutar de la tranquilidad de su familia. De Antonia. A comprobar -en fin- la veracidad de otra sentencia clásica de Vernet, el filósofo positivista de Rosario. Reza:
“Cuando un político dice que quiere disfrutar de su familia es porque lo cagaron”.
En cambio los radicales, si pierden, se quedan con el aparato renovado. Recargado y en condiciones de ponerlo a disposición de una cabeza propia. La del promovido Sanz.
Más problemática resulta la posibilidad de entregárselo a Cobos, El Cleto No Positivo. A quien no le perdonan haberse ido en 2007 con Kirchner, El Furia.
Aunque nadie en el radicalismo está en condiciones de perdonar a nadie, menos después de haber apoyado, en 2007, al peronista Roberto Lavagna, La Esfinge. O que El Alfonsinito haya pactado, en 2011, con Francisco de Narváez, El Caudillo Popular.
Consta también, en el boliche swinger, la suave ironía de Sanz. Cuando prefiere alterar los términos de la fórmula para proponer Sanz-Macri. Hasta el cierre del despacho nadie registra esa posibilidad.
El amontonamiento de FAUNEN, de darse la fórmula pragmática Macri-Sanz, nació seguramente partido.
Los mormones del socialismo, y los buscapinas de la izquierda, tienen ganas de ganar. Pero consideran que es muy alto el precio de ganar con la escafandra de Macri. Al que consideran de derecha. Aunque Mauricio ya no sabe qué hacer para que los progresistas lo acepten como un par. Como si fuera otro Alfonso Prat Gay, El Amalito.
Pero abundan los extendidos límites morales que entienden que Macri representa una frontera que los dignos no deben cruzar. Para cuidar la identidad, y poder dirigirse tranquilos a la emisión de Maxi Montenegro, sin objeciones de conciencia. Como por ejemplo Fernando Solanas, El Dirigente Universitario, que está abonado.
O el propio Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, al que quieren recluirlo en Santa Fe, donde los radicales se aferran también al presupuesto.
Trasciende, aparte, que de existir un gran arreglo con Macri, la cabeza de Del Sel no será entregada como parte de pago. La alianza puede ser por la presidencia, pero con las manos libres en materia de gobernación.
Por supuesto, si se hostiga el arreglo hasta evitarlo, y Macri y Sanz van previsiblemente por su lado, se facilita la permanencia del peronismo. En cualquiera de sus dos vertientes, Franja de Massa o Milagro-Scioli, podría entonces resolverse el conflicto de manera natural. Con los peronistas en el gobierno que brindan la ventaja de tener identificado al culpable de todas las desgracias.

Cordobecismos

Por su parte De la Sota también está con la caña al borde del dique. Nada quiere saber con ser de nuevo gobernador de Córdoba (como quieren conformarlo a Cobos en Mendoza). Ni conformarse con la parsimonia de la senaduría (que es lo que ambicionan capturar para siempre Reutemann, Rodríguez Saa y Romero).
El Cordobés Profesional confirma que está para presidente o para disfrutar de la familia. Para comprobar la veracidad del Teorema de Vernet.
Como no quiere quedarse solo en el boliche swinger, después de haberle dado la espalda al vegetalismo peronista, De la Sota plantea una interna en las PASO con Massa. Y en un arranque de astucia cordobecista lo incluye también al propio Macri.
A Massa, en principio, le convendría, ya que necesita ganarle a alguien, a los efectos de no perder meses de presencia electoral. Pero también le asusta porque la jugada es proclive a la perversidad de las operaciones. Y a lo mejor De la Sota hasta le puede ganar, y dejarlo afuera. No olvidar que De la Sota no es un bocadito tierno, como Insaurralde.
Tal vez Massa hubiera preferido encarar una interna con Adolfo Rodríguez Saa. Pero los habitantes del Estado Libre Asociado de San Luis son lo suficientemente pícaros como para cobrar muy cara una “interna para perderla”.
“¿Cuál es la nuestra?”, confirma la Garganta, como si le preguntara, en latín “¿ubi est nostram?”. ¿Dónde está la mía?

El Lindo Julián

Alejado del boliche swinger, por sus preceptos católicos y su tradicional monogamia, el que se largó es Domínguez, El Lindo Julián. Sin poder entrar aún en ninguna pantalla, ni siquiera en una selfie.
Con un sistema inverso, desde abajo hacia arriba. El Lindo Julián arrancó con una comida con diez amigos, y les pidió a cada uno que, para la próxima comilona, cada uno llevara otros diez (que pagara su propia cuenta). A la segunda fueron casi cien los comensales. Volvió a repetir el mecanismo hasta alcanzar un núcleo fundador de hierro, Casi 800 buscapinas julianistas se disponen a acompañarlo. Para tratar de mantener mojadas las medialunas, que consumen desde hace años, sin pausas de relajación.
El Lindo Julián mantiene, como proyecto movilizador, la idea del alfonsinismo. Trasladar la capital hacia Santiago del Estero. Sería un enorme alivio para los porteños.
Lo acompañan los patriotas que mantienen los pies adentro del plato del Partido Justicialista Vegetal. Kunkel, Díaz Bancalari, la señora Bielsa, Eduardo Valdés, Calcagno y Oporto.
Como la mayoría de los postulantes del vegetalismo, El Lindo Julián tiene su fotografía en los paredones, con el inquilino de la Nueva Puerta de Hierro, El Vaticano.
Un Francisco que, con la interna peronista, en el fondo, según nuestras fuentes, se divierte.

Oberdán Rocamora

Franja de Massa o Milagro-Scioli

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Combate de resistencia

Al cierre del Informe, los tres protagonistas exclusivos de la consagrada miniserie se encuentran casi a la par.
Queda Mauricio un poco más replegado, aunque con posibilidades difusas de sorprender. Bastante remotas, eso sí.
Se aleja la perspectiva de aliarse con el esqueleto de los radicales.
Aparte, Oximoron registra que se pontifica, en exceso, sobre el (engañoso) agotamiento del peronismo.
Para la plácida visión, el peronismo emerge como el culpable genérico de la mayor parte de los males.
Entonces se enuncia voluntariamente que se viene el turno del “no peronismo” (más engañoso aún).
Pero con estos valores en juego, se concluye que es imposible. Con la sumatoria de los postulantes ejemplares del Frente Unen, con exponentes que atraviesan el jardín luminoso que contiene a la ética y la estética, difícilmente podrán imponerse sobre alguno de los dos peronistas principales del escenario.
Sea Sergio o sea Daniel. Franja de Massa o Milagro-Scioli.
Si las elecciones nacionales transcurrieran el próximo domingo, los excitados no peronistas -para Oximoron- volverán a quedarse afuera. Con la moralidad servida de la oposición.
Significa confirmar que hoy la batalla electoral se dirime en una suerte de interna peronista. Entre La Franja y El Milagro.
Por suerte, faltan aún diecisiete meses para la tranquila inutilidad de las primarias abiertas y obligatorias. Las PASO.
El combate que se viene es de resistencia. Sin respiros, pausas ni relajaciones en la política swinger. Aunque se venga el Mundial de fútbol que genera esperanzas vanas de olvido. Sobre todo para los damnificados de la etapa lazarista del cristinismo.
Para esta pelea de resistencia, aparte de armarse, los tres protagonistas de la miniserie deben cuidar el aire.
Comparten, los tres, severos dilemas de oxígeno.

Osiris Alonso D’Amomio
Director/ Consultora Oximoron
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El Milagro Scioli

Así como el mensaje es el medio, o viceversa, aquí el Milagro es Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Un desafío para analistas y académicos.
Por más que La Doctora lo disuelva entre la sopa espesa de una de las cuantiosas vicepresidencias inútiles del Partido Justicialista Vegetal (PJV). Por más que quede diseminado entre otros potenciales presidenciables, el positivista muestra con “fe, esperanzas y siempre para adelante” que va a quedarse para la conversación final.
A valores de hoy, en una disputa con Sergio Massa, Aire y Sol II, titular de la Franja de Massa.
Sin una gestión que nadie le reconozca, y ni siquiera le ponderen, Scioli sale de shopping por las provincias. Supone fortalecerse con la adhesión de los “gobernadores atragantados” que en su mayor parte no tienen reelección. Y tampoco le garantizan victorias territoriales. Pero le permiten exhibir un grupo presentable y compacto, que recibe también sin reparos al desafiante principal en el plano interno. Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
El vegetalismo peronista permite mostrar la apariencia de un esqueleto bien armado. Con huesos gastados, aún en condiciones de uso.
El Milagro-Scioli persiste entre menoscabos extraordinarios, y subestimaciones sin originalidad. Pero se le incorporan, a diario, los valiosos buscapinas que comienzan a creer, con seriedad y sin nada para perder, que están ante la evidencia del milagro. De verdad.

Massa y su circunstancia

De los tres protagonistas, Sergio, El Renovador de la Permanencia, es quien parece divertirse más con la centralidad.
Crece, se estanca, y vuelve a crecer. En medio de la ordenada desorganización que gira a su alrededor. Como si fuera un atributo.
Para Oximoron, el massismo parece convertirse en un fenómeno “orteguiano”. Pero por el filósofo español Ortega y Gasset, y no por Palito, el tucumano, que supo ser uno de los mentores de Sergio.
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Lo dijo Ortega y Gasset.
Aquí, en cambio, es Massa y su circunstancia.
Porque La Franja de Massa está donde está Massa. Y es, en el fondo, sólo aquello que hace, o dice Massa. Palabra de Sergio.
“Tenemos la estampita y los fieles. Sólo nos faltan los buenos pastores”. Lo confirma un massista extraño, para colmo de los más racionales. Al que le cuesta ubicarse en la desorganización que a Sergio, llamativamente, lo estimula. Y la goza.
Al mejor estilo Menem, el orteguiano Massa cree cargar consigo la buena estrella del César. Con la cual los protege a los protagonistas plausibles de una comedia de malentendidos.
Al tenso Martín Redrado y al eficiente Miguel Peirano. A la formada señora Graciela Camaño, La Negra, y al experto intendente Gilberto Alegre, de Villegas, hoy transformado en legislador.
Y a la serie entrañable de los “renovados”. Como De Mendiguren, Felipe Solá, Tito Lusiardo, alias Juanjo, el poeta Alberto Fernández, el Chupete Manzano, el conde polaco Eduardo Amadeo, al aportante espiritual Jorge Brito y su lugarteniente Rodríguez, El Corcho. Sin olvidarse nunca de Pierri, El Muñeco, o de los “renovados” más formidables. Como Reutemann, Romero o los Rodríguez Saa.
También hay protección para todos aquellos que se jactan de tener ciertas influencias sobre el titular de la Franja. Sergio finge escucharlos con atención, aunque siempre para hacer, o decir, lo que se le cante.

Consuelos del macricaputismo

Para Mauricio, El Niño Cincuentón, Sergio llegó para complicarle la carrera política. Transformarse en su obstáculo.
La animadversión política hacia Massa es también un valor que la acerca a La Doctora (aparte de los aspectos puntuales de fuerte incidencia económica. Inmobiliarios, como el traspaso de la Esma, o de relativa espiritualidad).

En PRO -expresión institucional del macri-caputismo- se consuelan con una creencia que en el fondo los justifica.
Indica que, si la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, le hubiera hecho caso a Mauricio, y aceptaba jugar en Buenos Aires, La Inviable, Massa se quedaba en el molde. Perdido entre las vueltas de la rotonda. No hubiera “jugado”.
Por lo tanto, con Michetti activa en Buenos Aires, en el escenario de 2013, la Franja de Massa nunca hubiera existido.
Tarde para lamentaciones contra-fácticas. Porque La Franja de Massa existe y hoy encabeza cualquier encuesta.
Ocurre que Sergio le arrebató a Mauricio hasta la cucarda de la juventud. Es trece años más joven y le disputa el mismo mercado.
Pero la popular Michetti prefirió quedarse en el Artificio Autónomo de la Capital. Para beneficio indirecto de Massa, y para la complicación ostensible de Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya.
Horacito no escatima recursos para convertirse en el sucesor de Mauricio. Con la venia, en apariencia, del inmanente Nicky, y del propio Mauricio, quien ni se inmuta ante el entusiasmo de los innumerables que descubren la ventajita de enfrentar a El Carismático.
Como los Peronistas Originarios. Diego Santilli, El Colorado, y Cristian Ritondo, El Potro. Desde el interior del macricaputismo.
O como Martín Lousteau, Sir Alfred Douglas, el crédito del amontonamiento de Unen.

Noción de tagliaferrismo

Por la colonización siempre pendiente de Buenos Aires, La Inviable, Mauricio decidió suplir, a la reticente Michetti, por la obediente señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.
A los efectos de librarse de otra eventual competidora, Horacito, El Carismático de Pompeya, apoyó la idea de desplazarla con curioso apasionamiento.
Le prometía lo que fuera -con tal que se fuera-, a María Eugenia Vidal. Para que se lanzara, como Roca, a la conquista del desierto.
Lo extravagante y divertido del Pro es que se trata, en el fondo, de un partidito urbano, tan gerencial como hogareño. Donde los episodios domésticos suelen adquirir cierta trascendencia política.
Ya se registró algún alentado divorcio que favoreció, incluso, la proyección política de un gran cuadro macricaputista.
Trasciende que La Chica de Flores tuvo ciertas dificultades para financiar la colonización bonaerense. Las trabas nunca deben ser atribuidas a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, su competidor interno.
Al contrario, los problemas de recursos se agravaron, según nuestras fuentes, por las ambiciones predominantes del máximo cuadro del tagliaferrismo (movimiento que paulatinamente se extiende por los suburbios).
Es Ramiro Tagliaferro, El Neo Nancy, para colmo fiel esposo de La Chica de Flores. Un impulsivo concejal de Morón, gracias a la alianza olvidada con la Franja de Massa. La que con suerte ínfima intentan reeditar Ramón Puerta y Diego Guelar.
El dilema se resolvió con el alejamiento del numen del tagliaferrismo. El abandono de Ramiro del comando de la campaña de la conquistadora Vidal.
En algún momento se especuló, incluso, con el salto en garrocha de Tagliaferro hacia el massismo. Desplazamiento que, según nuestras fuentes, deseaban varios macricaputistas.
“Mejor, que se lo lleve Massa”, confirma la Garganta.
Lo importante, para El Carismático de Pompeya, es que La Chica del Flores de Carriego no suspenda la colonización. Y que no decida marcar, de nuevo, altiva presencia en el Artificio Porteño.

Romance del Mauricio y La Doctora

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

En blanco y negro, El Romance del Aniceto y La Francisca es de los films más logrados de Leonardo Favio, el ingenio que nos falta. Se lo evoca apenas como punto de partida para tratar la enternecedora relación vecinal de La Doctora -lejos de ser la María Vaner de La Francisca- con Mauricio, El Niño Cincuentón, que poco tiene del Federico Luppi que hacía de Aniceto.

El romance político de Mauricio y La Doctora irrita por igual a los sensibles radicales -como Gerardo Morales, El Milagritos- y a los massistas ambiciosos como Darío Giustozzi, El Habitante Eterno del Cable.

Algo despechados, ellos creen asistir a las derivaciones graves de un pacto. Al contrario, la relación del Mauricio y La Doctora es, según nuestras fuentes, perfectamente cándida, platónica, casi naif. Aunque impregna de ternura la política swinger del sustancial 2014.

El entremés romántico, hasta hace tres días, era sólo telefónico. Aporta una tensión reconfortante a la parsimonia achanchada de Daniel, Mauricio y Sergio (cliquear). Consagrada miniserie del Portal que atraviesa la segunda época de sucesos.

El idilio facilita la convivencia. Atenúa los ataques devastadores del “anibalismo”. Posibilita la resolución de los temas pendientes entre los vecinos cordiales. Conversaciones que rozaban la problemática municipal. Con la idea de resolver los conflictos. Desde arriba se instruyen las soluciones, para que tres funcionarios casi familiares las concreten desde abajo. Viejos conocidos de la provincia de Buenos Aires, La Inviable.

Son Eduardo De Pedro, El Wado, y Florencio Randazzo, El Loco de la Florería, por parte de La Doctora. Y Emilio Monzó, El Diseñador, por el costado de Mauricio.

Desfila desde la culminación del tramo de la autopista hasta el traslado del jarrón chino del monumento a Cristóbal Colón.

Sin embargo la comunicación dejó de ser exclusivamente por telefonía celular. Fue La Doctora quien blanqueó el encuentro privado del primer tipo. El que debía mantenerse en el secreto.

Entonces Mauricio quedó como el “alma del bandoneón”. En “orsay”. Como en el tango.

 

Problemática nacional

Al adelantarse, La Doctora lo dejó a Mauricio fuera de juego. Como un caballero sin memoria, El Niño Cincuentón se bancó la desubicación. Como lo tratado sólo lo saben los dos, crecieron las especulaciones que aluden a la marcada preferencia de La Doctora. Para que Mauricio sea El Sucesor, en desmedro de El Enemigo, o sea Sergio, Titular de La Franja de Massa, y de El Esmerilado, Daniel, Líder de la Línea Aire y Sol (leer “El Enemigo, El Sucesor y El Esmerilado”).

El encuentro furtivo de los epígonos del Aniceto y La Francisca marca, pese al secreto, algunos cambios notorios. Es la primera vez que Mauricio se atreve a plantearle a La Doctora problemas nacionales. Nada tienen que ver con el erotismo municipal. Por ejemplo liberar las obstrucciones a la exportación de trigo. O colocar, en el momento cumbre del romance, la problemática que alude a una palabra que nunca debiera pronunciar un festejante educado. Inflación.

Ante el cambio del panorama, las segundas líneas de ambos gobiernos se esmeran en ostentar la obediencia. A creer que, entre los perversos tortolitos, está todo arreglado. Y que el mito bacheletiano (cliquear) de La Doctora puede convertirse en realidad. Por interesado amor, Mauricio se presta entonces para ser el Piñera que La Doctora necesita, para volver. Aunque aún ni remotamente piense en irse. Quedan alternativas. Ampliaremos.

No obstante, el idilio presenta sus incómodos inconvenientes para uno de los amantes. El varón. En el plano, sobre todo, electoral. Ya que el opositor duro que abunda, y que se siente representado en El Niño Cincuentón, sueña tiernamente con verla presa a La Doctora. La pobre, de pronto, pasa a transformarse en otro jarrón chino. Como el monumento a Colón.

¿Dónde poner a La Doctora? ¿Cómo desconocer el poder que aún detenta? En franca declinación. En el esplendor de la etapa lazarista del cristinismo. Pero con la botonera a su disposición, durante otros 17 meses. La Doctora va a utilizar la temible botonera hasta el último día. Y más aún.

 

El deporte de tirarse con La Doctora

Preguntas similares surgen también en el airesolismo sciolista. En medio de la trampera, Daniel, El Milagroso, tiene que esforzarse, primero, en conseguir el apoyo imposible de La Doctora.

Ella duerme poco sólo para disponer de más tiempo despierta. Para esmerilarlo.

Pero Daniel mantiene la potencia optimista del milagro. Y merced a la ideología del vitalismo va a ser el candidato (cercado) de La Doctora.

Por lo tanto el positivista tendrá que esmerarse después para lograr que el apoyo de La Doctora no lo sepulte. Para que no le espante a los hartos de las capas medias, que la detestan con énfasis. Y que, si aún respetan al Milagro Scioli, es porque El Milagroso se las ingenia, a pesar de todo, para diferenciarse.

El Aire y Sol trasciende en un extraño laberinto. No es como los que inexorablemente deben apoyarlo. Ellos prefieren, de entrada, apoyarlo a Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta, que compra cristinismo en pie. Entero. A ciegas y llave en mano. Nada tiene para perder, en definitiva.

Con los que quieren a La Doctora, en cambio, a Daniel no le alcanza para ganar nada. Aparte, para habilitarlo como el candidato “del espacio”, La Doctora le va a pegar otra estampilla como vice. Un nuevo Mariotto. Y va a llenarle la canasta de diputados. Que es precisamente lo que necesita La Doctora para hacerse la jefa de la oposición a Mauricio. Y perseguir los pasos de la señora Michelle Bachelet.

Tirarse con La Doctora amenaza con convertirse en un deporte de riesgo.

De los tres, quien menos padece ese furioso deporte es Sergio. Al escogerlo como El Enemigo, La Doctora lo purifica a Sergio ante los independientes hartos. Lo construye entonces como El Renovador. Así renueve, probablemente, la Permanencia.

 

Juan Manuel, Florencio y el Tío José

¿Habrá lugar para un cuarto personaje en la miniserie?

Pudo haber sido Milton Capitanich, El Premier, pero El Montenegrino Denso se derritió enseguida.

Parece postularse Juan Manuel Urtubey, El Bello Otero, que suele hacerse el tonto con inapelable idoneidad.

Al amparo del agotamiento posible del trío, el planteo de Urtubey, según nuestras fuentes, deriva en una jugada combinada, con obstáculos. Quiere asegurarse otros cuatro años como gobernador de Salta. Debe ganarle en abril de 2015 a Juan Carlos Romero, El Desperdiciado, que adhiere a La Franja de Massa. Con el territorio asegurado, Urtubey planifica saltar después hacia la carrera nacional. Nada tonta la ambición.

Pero el obstáculo de Urtubey no es solo Romero. Es el creciente Partido Obrero, que va por el control de Salta, La Troska.

Otro que amaga es Randazzo, El Loco de la Florería. Para diferenciarse, El Loco no estuvo presente en la kermesse del Mercado Central, organizada por el cristinismo duro de circuito cerrado, para lucimiento alucinante de Zannini, El Cenador, que se equivocó de década y habló como si fuera Agustín Tosco.

La Doctora, que en el fondo nunca lo quiso a Randazzo, según nuestras fuentes, lo amonestó. Pero El Loco es el único islote del archipiélago cristinista que funciona solo. Sostenido por documentos de identidad que sella, o por los vagones chinos que atenúan el escándalo por los vagones chatarra comprados en Portugal.

Los camporistas tampoco lo quieren. Aunque Máximo, con frecuencia, lo llama. Por ejemplo para ordenarle, según nuestras fuentes, que vaya a cerrar un acto en Córdoba. Contra José Manuel De la Sota, El Cordobés Profesional, que hoy figura en la miniserie como el complementario Tío José.

Siete samurais y cuatro poderosos

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Dos bonaerenses, un porteño, dos mendocinos, un santafesino y un cordobés. Siete samuráis que se encuentran aspectados para calzarse la banda. En el siguiente orden.
Conste que los dos primeros pertenecen a la superstición peronista.
Sergio Massa, Aire y Sol II; o El Renovador de la Permanencia.
Daniel Scioli, Lider de la Línea Aire y Sol I, o El Milagro.
Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, el que crece por ausencia. Pilar del macricaputismo gerencial.
Integrantes de “Daniel, Mauricio y Sergio”, la consagrada miniserie del Portal. Se sostiene en la carencia desde hace dos años. Protagonistas exclusivos de “la política swinger” también.

En la misma línea, con diferencias leves, pueden situarse los cuatro restantes. Tres de ellos representan la necesaria alucinación del Frente Amplio UNEN. La conjunción de esmerados radicales que hacen el amor a oscuras, con los socialistas mormones que lo hacen vestidos. Y con un despliegue de admirables buscapinas que la ponen como pueden.
Los unionistas nacieron infortunadamente partidos. Amontonamiento de presencias luminosas que sirvieron para agigantar la ausencia mediática de Macri.
Una de dos, El Niño Cincuentón se impone como el límite o como la salvación. Es el providencial que facilita, en la segura segunda vuelta, la perspectiva del triunfo electoral.

Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, el socialista mormón. Y dos radicales que reivindican, otra vez, la tradicional receta institucional de “acción y aventuras”.
Julio Cobos, El Cleto No Positivo, es el radical menos querido por los radicales etimológicos, pero el más valorado por el público normal.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, es el más valorado por los radicales, pero casi un desconocido para el público normal. Un misterio insondable porque La Esperanza Blanca, gran parte de su tiempo, la pasa alojado en las emisiones del cable. Cama adentro.
La primera línea de los siete samuráis la cierra José Manuel de la Sota, El Cordobés Profesional. Para terminar con su influencia en Córdoba, Carlos Zannini, El Cenador, y La Doctora, no vacilaron en incinerar al hasta entonces ascendente Capitanich, El Premier. Es quien irrumpió como aspirante a primer samurai, pero después del desastre de Córdoba derivó en un “oficial de atrás en caballo blanco”. Como lo diría Enrique Wernicke, el notable novelista olvidado.

Banco de suplentes

Los siete samuráis de mayo mantienen una segunda línea de samuráis en el banco de suplentes. Con más entusiasmos que posibilidades, los banqueros tratan de desplazarlos, a los efectos de ingresar en la primera línea.
Aquí puede ubicarse al entrerriano, Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta. Es quien compra la totalidad del cristinismo en pié, tal como está, “llave en mano”. Cuenta con el apoyo insufrible de la Constructora Quebrantada de las Madres, y con el aval relativo de los acomodaticios buscapinas de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. No obstante, por un puñado de bancas, los camporistas, según nuestras fuentes, están a punto de saltar hacia el milagro de Aire y el Sol I, Scioli. Saben que la línea real de La Doctora viene por ese lado. Que el hombre es Scioli, y el resto son sparrings.

Camporistas de medialuna enarbolada perciben que los gobernadores del Partido Justicialista Vegetal se encuadran con Aire y Sol I. Muchos de los gobernadores no tienen reelección, y distan de garantizar los triunfos. Paco Pérez, El Flaco Gioja, el Eduardista Béder, la señora Corpachi, el Gordo Kloss. Es preferible entonces adherir al milagro, antes que los exponentes del vegetalismo se tienten con saltar hacia la Franja de Massa.
Como Romero, El Desperdiciado, Reutemann, El Más Desperdiciado aún, o el puntano más confiable de los Rodríguez Saa. Adolfo, del Estado Libre Asociado de San Luis.

Dos bonaerenses emergen también, en el banco de suplentes, como sparrings de Scioli. Es Randazzo, El Loco de la Florería, y su rival perpetuo de la Cuarta Sección. Domínguez, El Lindo Julián.
Ambos amagan con ir por la nación pero con la perspectiva incierta de cerrar por la provincia, La Inviable.
Aquí Randazzo y Domínguez tendrían que enfrentarse con “compañeros” de la misma superstición que se anotaron en la Franja de Massa. Graves renovadores de la permanencia como Giustozzi, mirado con la desconfianza del reojo por el resto del massismo. Y con Cariglino, de La Compañía de Jesús.
La segunda línea de samuráis la completa un salteño de la superstición. Juan Manuel Urtubey, El Bello Otero. Reconocido experto en el arte de hacerse el tonto. Por lo tanto Urtubey puede mojar alguna vicepresidencia. Van cuatro.
Siguen en el banco de suplentes dos inclasificables que se reportan al UNEN quebrado. Elisa Carrio, La Empresaria en Demoliciones, habilitada para jurar donde sea. Como presidenta o gobernadora. Y el cineasta Fernando Solanas, El Dirigente Universitario que se atreve a disentir con La Demoledora que lo hizo senador.
Con ambiciones que nadie siquiera comienza a tomar en serio, debe mencionarse también a Agustín Rossi, El Chivo. De los funcionarios doblemente leales que suele reportarse a dos pesados de verdad. La Doctora, y el general César Milani, el Irresistible Seductor de Sexagenarias.

Los poderosos

El Informe Oximoron culmina con la significativa alusión a los cuatro poderosos.
La Doctora mantiene vigente el poder del Estado, mientras estimula el mito bacheletiano del regreso. Conserva el atributo de la decisión, la conducción de la Nada Vegetalista, y la extendida capacidad de daño.
Milani, en cambio, concentra el poder letal de los fierros. Aunque los explosivos se encuentren deteriorados.
Ocurre que los fierros tienen un jefe, por primera vez en treinta años (y más aún). La autoridad que le concede La Doctora a Milani se derrama sobre las tres armas.
Emerge entonces Milani como el controlador de la calle. Con el avance progresivo del ajuste, la calle se va a poner cada vez más difícil, más dura. Aquí Milani convive obligadamente con Berni, El Licenciado Serial, que está muy enojado con Milani porque no lo incluyó en el ascenso para coronel.

El tercero de los poderosos es Hugo Moyano, El Charol. Encanto de la Negritud.
Alude Moyano a una realidad consolidada, aunque indeseable para los adictos al esquema plácido que invoca lo políticamente correcto.
Contiene Moyano la anunciada certeza. Puede parar cuando le plazca el país.
Junto a Luisito Barrionuevo, alias Harry, El Charol supo perforar la plácida negatividad de las encuestas. Reducirlas a la dimensión de la papelería intrascendente. Mera temperatura anímica de una sociedad sin líderes.

El cuarto y último de los poderosos es Marcelo Tinelli, El Cuervo de Poe. Representa a la temible comunicación.
Aquí el informe prefiere evocar a Roberto Galán, cuando a principios de los 80 lanzó un exceso en el Rond Point.
“Con “Si lo sabe cante”, si me dejan hacerlo, le salvo la vida política a Viola”, dijo. “Lo que quiere el pueblo, quiere reírse y cantar”.
34 años después, con los 30 puntos de rating de Showmatch, El Cuervo de Poe confirma y aumenta la sentencia del viejo Galán. Tanto los samuráis como el resto de los poderosos temen los efectos de su voluntad.
Salvarlos o desmoronarlos, creen que Tinelli todo lo puede. De manera que persiste el equívoco apresurado. Indica que El Cuervo de Poe decide las elecciones. Sin impugnar los atributos de la popularidad, se asiste, para Oximoron, a una subestimación frontal de la sociedad. Aunque el pueblo quiera reírse y bailar.

La política swinger

Escribe Oberdán Rocamora  -  Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

Frente UNEN. Las presencias se destacan por la ausencia de Macri.

Si las presencias se destacan por una gran ausencia, están en problemas.

En efecto, el protagonista fundamental, en el lanzamiento del Frente Amplio-UNEN (FAU) fue el gran ausente. Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.

Con las invalorables luminarias que presentaron en el escenario del Teatro Broadway pudo gestarse un excelente acontecimiento social. Abundante material, entre sus reconocidas figuras, para producir cuantiosos meses de emisiones televisivas de cable. Pero el amontonamiento de presidenciables no basta, de ningún modo, para ganarle al peronismo.

Bien de ausencia. Mauricio fue quien más se hizo notar en el eufórico lanzamiento del FAU, frente que nació partido.

Tajeado entre los que no lo quieren adentro al Niño Cincuentón. Y los que quisieran pactar. Impulsados por el objetivo apasionante que legitima la militancia política. La conquista del poder. Ganarlo. O sea: despojárselo a quien lo detenta.

 

Partidas simultáneas

“Hay que especializarse y jugar partidas simultáneas, como en el ajedrez”, confirma la Garganta. Un Sofista sabio. Debe entonces operarse en diversos tableros al mismo tiempo. “Al estilo Najdorf”.

El Sofista, a su manera, coincide con los lineamientos del Portal, que llega a la delirante conclusión de que la actividad política, en la Argentina actual, adquiere la modalidad del Club Swinger. De los contados que abundan secretamente en la Buenos Aires adulta, discreta, sofisticada.

La política swinger permite explicar que cualquiera, en el juego por llegar a calzarse la banda, puede terminar con cualquiera.

Todos hablan con todos. Al amparo consensual del diálogo. Como si fuera una interminable cena de la ONG Conciencia.

La insustancialidad imperante facilita las conjeturas. Se mantiene algún resabio del tradicional “baile de la escoba”. La modernidad del club swinger remite a la “cambiadita”, como se la llamaba en el suburbio, medio siglo atrás.

 

Macri-Sanz

Para terminar con la agobiante hegemonía del peronismo, que representa el lugar común “del pasado”, se instala la necesidad del acercamiento entre Macri -líder del PRO, expresión institucional del macricaputismo- con los radicales. La fusión de un buen candidato sin esqueleto (Macri) con el esqueleto del partido centenario que no tiene aún su candidato. A Sanz, La Esperanza Blanca, no le alcanza, y a Cobos, El Cleto No Positivo, no comienzan a quererlo ni valorarlo, como -acaso- merece.

Cualquier periodista deportivo, a esta altura, ya se atreve a esbozar la fórmula posiblemente imbatible. Es Macri-Sanz.

“En segunda vuelta, con esa fórmula, nos la ponen”, confirma un peronista, pero a los peronistas no hay que creerles.

Aunque trascienda que tanto Macri como Sanz mantienen también sus canales respectivamente simultáneos con el ascendente Sergio Massa, la Rata del Tigre, Aire y Sol II.

Para colmo, en el centro del boliche swinger, Massa tiene que desautorizar -aunque sin cerrar del todo la puerta- a los voluntaristas que proclaman, en nombre del peronismo, la necesidad de acercarse y pactar con Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I.

Entre ambos, Scioli y Massa, se reparten la sustancial provincia (inviable) de Buenos Aires. Donde a Macri le cuesta instalar algún fortín satisfactorio, como para competir con los malones.

Más allá de la aceptable abnegación de la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego, y de las proyecciones de Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, que se propone arrimarlo a Macri con Massa. Como lo impulsa Ramón Puerta, El Experto en Simultáneas, y Diego Guelar, El Canciller sin Despacho.

Aparte, en la Buenos Aires Inviable, el conglomerado del FAU, todos sumados, no puede, con sus breves fortines, ni asustar ni defender a nadie.

Apenas tienen para mostrar a la admirable señora Margarita Stolbizer, La Buena Militante de su Casa, de repente estilizada. Ella hace forzados méritos para parecerse físicamente a Evita.

O tienen a Ricardito Alfonsín, Portador Sano de Bondad.

En el boliche swinger, Stolbizer y Alfonsín tampoco quieren saber nada con acercarse a Macri. Como si El Niño Cincuentón fuera el mal.

Y por supuesto tampoco quieren acercarse a Massa. Aunque Massa mantenga una relación públicamente entrañable con el joven radical Ramón Mestre, el alcalde de Córdoba, a quien querría llevar como copiloto en la fórmula presidencial. Massa-Mestre. Acaso para atenuar las ambiciones de Reutemann. Pero sobre todo para fortalecerlo a Mestre, según nuestras fuentes, en la interna radical de Córdoba.

 

Juez y el flit

Pero ocurre que Mestre está ausente, en el escenario del Broadway, sólo por la presencia casi inexplicable de Luis Juez, alias James Cagney. Otro gran maestro de partidas simultáneas, que casi ni tiene peones y ya no le queda ningún alfil. Pero Juez se transformó en el extraño paladín de la anticorrupción.

En el interior del boliche swinger, Juez lo masacra a Mestre. Le echa flit como consecuencia de las posibles salpicaduras en el derrumbe de una financiera.

Pero también duele mencionar los acercamientos swingers que se le atribuyen a Juez.

Tanto radicales como peronistas lo estampillan a Juez con las relaciones peligrosas que incluyen a Amado Boudou, El Descuidista (porque le facilita la cantidad de nombramientos en el Senado). Y con Zannini, El Cenador, que comparte con Juez la obsesión por destruirlo a De la Sota, El Cordobés Profesional.

Justamente fue por destruir a De la Sota que El Cenador entorpeció el ascenso, en el palo enjabonado, de Milton Capitanich, El Premier. Quien irrumpió para quedarse con el gobierno y lo convirtieron propio en objeto cruel de imitación.

Los entendimientos que subrayan los enemigos de Juez (delasotistas y mestristas) son perfectamente antagónicos con los intereses de la colección de presidenciables. Los que se entusiasman en el escenario, entre ellos. Aquí se destaca Fernando Solanas, El Dirigente Universitario, con ínfulas renovadas gracias al crecimiento de la señora Carrió, la Empresaria en Demoliciones.

Solanas, para espanto de Carrió, también le echa flit a Macri. Como le echa flit también Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, que se muestra como el presidenciable natural. Sin siquiera impresionarse por la presencia de Carrió, con quien recíprocamente se detestan.

Y no sólo porque Carrió, en el juego swinger, promueva el acercamiento con Mauricio, en coincidencia con su también detestado Coti Nosiglia, El Richelieu. Y sin pasarle ninguna factura al ingrato de Solanas, al que sólo ella pudo, con su soberbia, hacer senador, y legitimarle la ficción actual de considerarse presidenciable. Como si fuera Binner, un Sanz más. Otro Cobos.

Cobos, a propósito, también saluda en el Broadway. Finge emocionarse con la masturbación colectiva, aunque no le escapa a la jeringa del acuerdo eventual. Con Macri. El que resultó, por bien de ausencia, el más favorecido en la velada del FAU.

El resurgimiento de Moyano

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

El Charol vuelve. Ante la impotencia de La Doctora y sin apoyos del peronismo político. 

La Doctora -como la oposición complementaria- debiera registrar que se asiste al resurgimiento de Hugo Moyano, El Charol.

El encanto de la negritud vuelve a situarse en el primer plano. Moyano se recupera después de dos años. Para ser precisos, desde que La Doctora cometiera el error medular de desairarlo. De instalar la distancia que Néstor Kirchner, El Furia, nunca se hubiera atrevido a clavar, aunque fuera, en el fondo, su deseo íntimo. Pero las mujeres siempre suelen ir más al frente.

Aquí se refirió que El Furia, antes de pactar con Moyano -y de entregarle mucho más de lo que le pidiera- ordenó un abordaje informativo y judicial. Para estudiar por dónde entrarle. Si por suma de irregularidades administrativas, las vulnerabilidades de crecimiento patrimonial, o a través de las siniestras indagaciones que pudieran salpicarlo. Por su actividad política y gremial, durante los setenta, entre las violencias de Mar del Plata. Con la totalidad del material en su poder El Furia evaluó que lo más conveniente era tenerlo adentro a Moyano, en su bolsa, para asegurarse el acompañamiento del obrerismo quieto y garantizarse el control de la calle.

Alguna evaluación casi similar lo llevó a aliarse, también, con Héctor Magnetto. Sin hacerle caso a la recomendación de Moneta, con el que se comunicaba pero sin que apareciera.

“Termine con Clarín”, sentenció Moneta. “Tendrá que aguantarse 50 portadas incómodas. Pero no tienen más”.

Fue la confluencia de los tres pilares. Manejo del Estado, Kirchner. Complacencia en la comunicación, Magnetto. Apoyo sindical, Moyano. El trípode de poder facilitó que Kirchner impusiera su hegemonía, durante su mandato presidencial. Ciclo (2003-2007) que debiera estudiarse académicamente, como ejemplo de la construcción de poder.

Con Kirchner en vida (pero ya sin ser el presidente) se registró el tratado conflicto con Magnetto y el Grupo Clarín. Ver “Guerra de Convalecientes”.

Aquí Moyano también lo acompañó. Fue el inspirador del cartelito “Clarín Miente”. 

A partir de la muerte (irresponsable) de Kirchner se produce la distancia con “el indeseable” Moyano.

Como si La Doctora cumpliera con la instrucción póstuma de El Furia. Si nos inducen a buscar una fecha emblemática, fue el 27 de abril de 2012. Cuando La Doctora percibió que podía colmar el estadio de Vélez sin ayuda del sindicalismo, ni del “aparato justicialista”, y relegar sin inconvenientes a los “gobernadores atragantados” (cliquear), hacia un espacio subalterno.

Es el turno de los buscavidas de Unidos y Organizados y de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. La gestación de la fuerza de incondicionales absolutos, que le permitiera mantener a La Doctora el perfil preferido. Sin imágenes deprimentes. Y aplicar la sentencia movilizadora de “ir por todo”. Hasta desgajarse y paulatinamente reducirse, en una política de circuito cerrado. Hundida entre sus incondicionales, los aplaudidores del elenco estable.

Sin el apoyo del trípode, era una cuestión de tiempo. El cristinismo ya era una causa perdida (Ver “Nuestra César contra El Charol“).

Pero La Doctora no acepta que fue precisamente con Magnetto y Moyano que Kirchner conquistó la hegemonía. Por lo tanto le costará también admitir las claves de su caída.

Creer que podía suplir los servicios que le resolvía Moyano con los buscas incondicionales de Unidos y Organizados, y con la docilidad de los gremialistas deslegitimados como Caló o Yaski, es tan idiota como creer que podía suplirse el servicio inicial del Grupo Clarín con el amontonamiento de sellos de prensa y de canales del Grupo 23, o del diversificado Cristobalito.

 

Relatividad de las encuestas

En adelante, con la constatación de la fortaleza de Moyano y lo que representa, correspondería relativizar el dictado de las encuestas, que signan la placidez de los comportamientos.

El gobierno se inspiró en la hipocresía de aferrarse a la imagen negativa de Luis Barrionuevo, Harry. E identificar la movida sindical que no entendían con su figura. Un gran acierto de Moyano consistió en perforar la negatividad que le marcan las encuestas, para imponerse con su legitimidad, con “el encanto de la negritud”, y acompañado del izquierdismo adaptable de Pablo Micheli y sobre todo del mismo Barrionuevo, con quien nunca Moyano dejó de comunicarse, sin necesidad de hablar siquiera por teléfono. Abundaban, por doquier, los canales. Como persisten en la actualidad los diálogos con los pocos suicidas que se encuentran transitoriamente enredados con Caló.

Aparte, Barrionuevo es el portador de una indiscutible popularidad que espanta, pero que asimismo atrae. Induce a la hipocresía del sensible que supuestamente se disgusta con sus sentencias, pero lo escucha con secreta admiración. Mientras tanto se repiten las imposturas que le produjeron la fama de filósofo de arrabal.

Barrionuevo es otro ganador por su coherencia. Siempre estuvo enfrentado al cristinismo y conserva la suficiente inteligencia como para cederle el liderazgo a Moyano. Al que tanto supo gastar cuando La Doctora lo expulsó del palacio.

“Estamos tristes, La Patrona ya no se pone más el gorrito de Camioneros”, le decía Barrionuevo, por teléfono, a uno de los tantos canales. Un gordo, que adelgazó admirablemente.

 

Los postulantes tibios 

El tercer mensaje del 10 de abril es para los referentes tibios que aspiren a colocarse la banda en 2015. También pueden situarse entre los perdedores de una jornada que no supieron evaluar. Anticipos de los escenarios que tendrán que enfrentar en caso de tener éxito, y suceder a La Doctora.

En los radicales vaya y pase. Pueden alegar una suerte de obstáculo tradicionalmente cultural. Una imposibilidad para captar la dinámica del movimiento obrero, mayoritariamente peronista.

En cuanto a “Sergio, Daniel y Mauricio”, los tres integrantes de la miniserie, es perdonable el error de Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Porque, aunque es un buen amigo de Moyano, se encuentra aferrado a la estrategia improvisada de La Doctora que no acierta.

En su impotencia, La Doctora instruyó a los incendiarios para que se incineraran. El caso más grotesco es el de un peronista en la pendiente como Capitanich, El Premier. Costará facilitarle, al Montenegrino Denso, el retorno desde el ridículo (aunque en el peronismo siempre se puede).

O de otro “compañero” como Randazzo, El Loco, que se deslizó por los mismos lugares comunes.

Como Kunkel, El Lindo Julián (Domínguez), o el inexplicable Pérsico, “compañeros” que rifaron sus trayectorias al pronunciarse contra “el chantaje” y la “extorsión” de esta huelga. Para deslizarse en la gilada autoritaria de sostener que el “paro es político”. Como si algún paro, de los tantos en que participaron, no lo hubiera sido.

A veces una huelga/les arruina el alma”, dice un poema de Mario Benedetti. Con el “alma arruinada”, el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo. Pero también Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, y Sergio Massa, Aire y Sol II, se desgastaron en intrascendencias, como consumidores de encuestas que muestran también su desconcierto ante el confirmado renacer del sindicalismo, sin el menor apoyo del peronismo político. Con la inalterable capacidad de paralización, y sin necesitar, siquiera, de las enternecedoras inocencias de la izquierda tan combativa como adolescente. La que prefiere sobreactuar, incluso, hasta su alborotado crecimiento.

El mito bacheletiano

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Por más que se esfuerce en méritos, Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, debe saber que los cristinistas empecinados (que juegan con el poder a fondo) nunca lo van a aceptar como sucesor. Aunque apoyarlo hoy sea la opción más recomendable.

Se percibe cierto atisbo de injusticia en el rechazo. Sienten que Scioli no les pertenece.
Pero es la noción de la pertenencia lo que hace que Scioli, paradójicamente, pese a sus diferencias permanezca “en el espacio”.
Tiene el derecho legítimamente adquirido de ser accionista fundamental del kirchnerismo en declinación que, para colmo, lo desprecia.
Consta que Scioli, con su Aire y su Sol, estuvo los once años y les juntó votos. Fue electo vicepresidente de Néstor Kirchner, El Furia, en 2003, y votado para gobernador de la provincia (inviable) en 2007, junto a Balestrini, y 2011, junto a Mariotto, El Calabró de Llavallol. Aparte participó activamente de las catástrofes. Por ejemplo no se perdió ninguna de las sobreactuaciones grotescas y multitudinarias derivadas del enfrentamiento “con el campo”. Y hasta se incineró con El Furia, en la aventura atroz de las candidaturas “testimoniales” de 2009. Cuando ambos fueron vencidos por el supermercadista Francisco de Narváez, repentinamente transformado en El Caudillo Popular.
Fueron demasiados aportes y presencias las de Scioli, para que ahora pretendan desprenderse de su sonrisa optimista. Como si fuera una mucama deficiente y cara, que no terminó de aprehender los hábitos de la casa.
La Doctora y sus esmeriladores parten de una certeza bastante atendible. La de creer que si Scioli se desprende de ellos “ya no tiene adónde ir”. De manera que debe aguantar lo que sea para quedarse.
Es tarde para arreglar con Sergio Massa, Aire y Sol II. Y lograr el acercamiento romántico que reclama Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). En nombre de la unidad del peronismo imaginario, hoy en situación de vegetal.
Pero también es tarde, sobre todo, para que Scioli intente armar algo parecido a la “fuerza propia”. Es decir, que no sea compuesta sólo por sus funcionarios.

Significa confirmar que Scioli hoy es el candidato más potable para ser apoyado por la mayoría de los gobernadores justicialistas que se encolumnan, sin gran convicción, con La Doctora.
Si golpea el puño sobre la mesa y dice ¡basta!, si se emancipa de La Doctora -como pide la tribuna- Scioli vale menos que aferrado a ella.
Hasta los “gobernadores atragantados” del PJ Vegetal, los que hoy lo valoran a Scioli con simpatía, aguardan la señal de La Doctora, para avanzar en mayor definición.

Conflicto unilateral

Extraño conflicto unilateral. La Doctora se obstina en hostigarlo a Scioli mientras Scioli se obstina en que La Doctora lo acepte.
Ella lo esmerila a través de los cristinistas mientras él procura aprobación en la diferencia. Y simula normalidad. Ausencia de conflicto, aunque esté tan visible como latente. Ante el desborde contenido de los normales de verdad, que contemplan, desde la tribuna, el espectáculo del esmerilamiento. Y le pierden el respeto al gobernador. Como si necesitaran emocionalmente que Scioli dé el golpe en la mesa con el puño, y diga “por qué no se van a la…”.
Perfecto, pero después del desahogo, en todo caso, ¿qué hacer? ¿Cómo sigue la historia?
Para entender las claves del Milagro-Scioli hay que coincidir en que Scioli sólo puede hacer exactamente lo que hace. Hasta ahora, tan mal no le fue.

Temperamentales

El estado de esmeril permanente se convierte en la antesala permanente del estallido que nunca ocurre.
La tribuna aguarda la reacción temperamental de Scioli. Aunque la rutina del esmeril sólo puede soportarse por la capacidad de aguante, que es el rasgo primordial de su temperamento.
Por los atributos semejantes Aire y Sol I llegó hasta aquí. A través de la ideología del vitalismo y el positivismo de la comunicación. Con “fe y esperanza y siempre para adelante”. Y se dispone a participar de la discusión final. Junto a los dos protagonistas que hegemonizan la miniserie. Sergio y Mauricio.
Por último, Daniel descuenta que los cristinistas lo provocan para estimular su reacción, pero sólo para castigarlo después con una virulencia superior, por el hecho de haber reaccionado. O haberse diferenciado, con cualquier fotografía. O con un planteo previsible sobre Seguridad. Ya ensayado por Ruckauf. Incluso, con Felipe Solá.

Aunque La Doctora, hasta el cierre del despacho, no encuentre otro postulante superior para disputar por la herencia envenenada. Alguien mejor preparado para defender, en campaña, “los trapos del kirchner-cristinismo”. La certificación de la derrota anunciada.
Lo que también debe saber Scioli, a esta altura, es que contar hoy con la aprobación oficial representa la garantía para salir tercero cómodo. Pero el hombre apuesta por los milagros de la fe.

Urribarri compra llave en mano

Mientras se dilata la definición del conflicto unilateral, La Doctora facilita que se le brinde un poco de rodaje a Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
Pero Urribarri arrancó mal, por la mala suerte de la cosechadora. Por el quebranto del improvisado fabricante de maquinarias truchas. Derivó en el último papelón de La Doctora. Confiada en los inventos de Moreno, la pobre se subió a la cosechadora para promover los avances de la nueva industria argentina, paradigma del modelo desarrollista de inclusión.
Sin embargo es injusto facturarle a Urribarri el costo del papelón.
Para conseguirse el apoyo del cristinismo declinante, el abnegado Urribarri decide comprar el paquete entero del kirchnerismo, llave en mano.
Se desplaza hacia Santa Cruz, y hasta visita el diario de Lázaro, El Resucitado, que viene incluido en el paquete (y también se enfrenta al destino lúgubre del fabricante de cosechadoras).
Entusiasmado con la ciega compra “llave en mano”, Urribarri se compromete a mantener, en sus empleos, a los mismos ministros irrelevantes y secretarios de estado que hoy se destacan como vibrantes aplaudidores, complementarios decorativos de “los pibes para la Liberación”.

Pero Urribarri no es el problema de Scioli. Tampoco lo es Sergio y mucho menos lo es Mauricio.
El problema principal Scioli lo conserva con La Doctora, que se clausura en su rencor unilateral. Con la fantasía estratégica de cumplir el mito bacheletiano.

Final con Bachelet

Entonces continua activa la línea medular que baja La Doctora. Fue descripta en “El Enemigo, El Sucesor y el Esmerilado”.
El objetivo consiste en detener, como sea, el avance de Sergio, El Enemigo.
Y si quien llega hasta el final es Daniel, El Esmerilado, que se desangre hasta la llegada como portador de una contradictoria fragilidad.
Para que El Sucesor sea, preferiblemente, Mauricio.
Brinda Mauricio un perfil adecuado. Como próximo adversario deseable. Más conveniente que Hermes Binner, El John Wayne de El Hombre Quieto, que le disputa la franja presentable de la izquierda.
De lo que se trata es de apostar por la ceremonia del regreso. Como el regreso triunfal de Michelle Bachelet, en Chile.
Para que se cumpla con el mito bacheletiano, La Doctora necesita de un Piñera que se sitúe a su derecha, que recomponga el desastre de la economía y que admita el floreo cómodo de una oposición de izquierda. Es Macri quien se parece más a la estampa de ese ideal.
Pero no hay que confundirse. Si La Doctora lo prefiere a Macri, como Sucesor, es para que se encargue del ajuste real y masacrarlo después, desde la oposición.
De lo que se trata, también, para cumplir con la epopeya del mito bacheletiano, es de evitar otros encierros. Otras clausuras. Tema de próximas entregas.

Entre Tigre y Barracas

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

De los tres personajes de “Mauricio, Daniel y Sergio”, consagrada miniserie del portal, el que la tiene peor es Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I. En simultáneo es también quien la tiene mejor.
Peor, por los esmerilamientos perceptibles que el positivista debe soportar. Trabas innumerables que La Doctora suele plantarle. Con la invención de los rivales internos y la agitación de conflictos gremiales que logran el propósito de desgastarlo. Pero que al mismo tiempo lo consolidan. Dialéctica pura. El desafío de explicar a Hegel a través de Scioli, y la ideología del vitalismo milagroso. Aire y Sol.
Mejor porque, si Daniel llega al final, es por el respaldo plácido del Partido Justicialista Vegetal (PJV). En adelante, tiene sólo que dejarse llevar por la propia estructura que le facilita el trabajo territorial.
Los “gobernadores atragantados” hoy pueden ayudarlo a Scioli a salir segundo con decorosa indignidad. Aunque mantiene reservas “de fe y de esperanzas”, para ser el primero. No obstante las encuestas, al cierre del despacho, hoy no lo favorecen (ampliaremos con un próximo estudio de Consultora Oximoron).

Casualmente, es la estructura (la que tiene servida Scioli, con el PJV), lo que les falta armar a Sergio Massa, Aire y Sol II, y a Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. La cuestión transitoriamente se simula con la prioridad de la televisión, que es, en definitiva, lo que más importa hoy en política. Comunicar, aparecer, decir. Para ser. Ontología que lo hubiera desconcertado a Heidegger.
Otro desafío: explicar a Heidegger a través de Massa y Macri.

La Renovación de la Permanencia

Uno, Sergio, titular de la Franja de Massa, el cuadro mimado por las encuestas, se proyecta desde el Frente Renovador. Así se proponga, en la práctica, a renovar la permanencia. Junto a un combinado de patriotas que revolotean a su alrededor y se enrolan detrás del carisma.
El conjunto massista recrea alguna nostalgia del menemismo. Como aquel Menem del 88, pero sin patillas rosistas ni ropa brillante.
Pero Sergio les hace creer a todos los enrolados en la Franja de Massa que les hace caso. Incluso, que los toma en serio, aunque en realidad, según nuestras fuentes, el muchacho apenas si le hace caso al influyente “malenismo”.
Pese a la presencia tutelar de Tito Lusiardo, alias Juanjo, el jefe de la campaña de Sergio es Sergio.
Y el massismo, o sea la Renovación de la Permanencia, es, hasta hoy, lo que dice o hace Sergio y su circunstancia. A través de sus acertadas sobreactuaciones que lo colocan en el primer plano. Evidencia que habilita el admirable armado de filas de empresarios emocionados, que lo surcan para ofrecerle sus aportes generosamente espirituales.

El caputismo-macrista

El otro, Mauricio, adopta el cuento ameno de la Tercera Vía, y se proyecta a través del PRO, agrupación gerencial que sostiene el macri-caputismo, que se transforma en caputismo-macrista.
Con su tácito diagrama vertical, que los mantiene, allá arriba, a los amigos de la vida. Mauricio, El Niño Cincuentón, y sobre todo Nicky, Numerario de la Logia Neumann.
En un peldaño visible, situado más abajo, se encuentra el imaginario caudalosamente agotable de don Jaime Durán Barbas, El Equeco. Con su arsenal numerológico de encuestas de entrecasa y los efectistas “focus groups”. Es el rebusque que imponen los consultores como de gran utilidad -sobre todo para facturar- y que le preparan a El Equeco sus dos colaboradores. Productores de las enseñanzas estratégicamente medulares que aplica Marcos Peña, El Perfil Bajo Bajito. Mientras Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya, instrumenta la acción del gobierno local que sacó chapa de buena gestión con la magia del MetroBus. Aparte, El Carismático de Pompeya distribuye los diversos lineamientos para el resto de los gerentes encuadrados. Los que suelen dedicarse a criticar interiormente los deslizamientos nacionales que se le ocurren, con suerte relativa, al inspirado Emilio Monzó, El Diseñador. A veces en tandem con Humberto Schiavoni, El Desarrollista Moderno.

Mientras tanto Mauricio pregona los atributos especulativos de la Tercera Vía por donde interesa. Los medios de comunicación. Como la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, y la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Evaristo Carriego.
Pero trasciende que El Niño Cincuentón hoy se siente tironeado. Tentado, operado, por las posturas severamente antagónicas.
Una, la más notoria, lo instiga a cesar seducido por las teorías que aluden al inevitable turno (engañoso) del “no peronismo”. Le admite alucinar con los cantos de sirena nutrida, como los salmos mediáticos de la señora Elisa Carrió, La Empresaria en Demoliciones (que nunca sabe qué hacer con los escombros que produce). O por las incitaciones inteligentes de Oscar Aguad, El Radical Amarillo, o del pragmático Coti Nosiglia, el Ex Richelieu que mantiene el exclusivo objetivo de ganar. Y colmar a su partido de psicopedagogos y abogados de concejales, intendentes, legisladores. Para conformar el ogro indispensable del aparato.
La movida consiste en lograr que Mauricio pueda ser finalmente aceptado por la progresía inmaculada de UNEN, amontonamiento que prepara su próximo recital para el 22 de abril. Aunque no puedan desprenderse de las imágenes desastrosamente tutelares de Álvarez, El Chacho, y de Fernando de la Rúa, El Reivindicado, aunque no se atrevan a reivindicarlo (ampliaremos).
Pero aún Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, suele echarle el antiguo flit a las ambiciones presuntas de Macri. Como le echa también flit Fernando Solanas, El Dirigente Universitario.

Entre Tigre y Barracas

Pero otra postura lo tienta, a El Niño Cincuentón, a “arreglar con Sergio”. Una idea que La Doctora -de repente una dama cordial- nunca toleraría.
Sergio es, precisamente, el problema principal de Mauricio. Aunque también Sergio podría ser también la solución. Para ambos. Si se entienden, como ya se entendieron en 2013, se resolverían dos territorios fundamentales.
Uno, Buenos Aires, la provincia (inviable), el bastión de Sergio.
El otro es el Artificio Autónomo, el bastión de Mauricio.
Trasciende que el ex gobernador Ramón Puerta, y presidente por tres días, extiende un activo puente automovilístico entre las nuevas oficinas de Tigre, donde atiende Massa, y las de Barracas, donde atiende Macri.
Avanza, entre Tigre y Barracas, en la extraña gestación de una interna nacional, a los efectos de consagrar la fórmula Massa-Macri, o Macri-Massa.
Ambos, mientras tanto, se diferencian (siempre por los medios). Se dedican alguna chicana, pero mantienen la alternativa en carpeta. Sin intentar cerrar nada, por lo menos hasta después del mundial de fútbol.

Territorios

La cuestión de la capital. Para constar en actas, Sergio armó un acto con figuras relativamente movilizadoras. Como Alberto Fernández, El Poeta Impopular (que oportunamente fue al Tigre para negociar en nombre de Scioli pero prefirió quedarse). De Alberto Iribarne, El Embajador que no Fue, y Daniel Arroyo, Ex Alicista.
Tres ex funcionarios del cristinismo, como Sergio. Perfectamente pueden pasar todos como grandes “renovadores de la permanencia”.

La cuestión de la provincia (inviable). Si arreglan, Sergio resolvería el dilema político-familiar que se le presenta a Mauricio con Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, hoy mini-gobernador de Vicente López.
Aparte podría blanquearse, de una vez por todas, la excelente relación triangular que Sergio mantiene con Rodríguez Larreta. Al extremo de asegurarse (casi) que el Carismático de Pompeya es el hombre ideal de Sergio para el Artificio Autónomo.
Aparte, a Mauricio se le ahorraría el esfuerzo titánico por armar algo trascendente en la provincia (inviable). Problemática que dista de resolverse sólo con declaraciones en emisiones de cable y los focus de El Equeco. En el intento conquistador, hoy sacrifican a la vice jefa de gobierno, La Vidal, la chica que evoca a Evaristo Carriego.

Final con flit

Lejos está el Portal de hostigar el entusiasmo de Ramón Puerta (que se recupera de una operación brutal para destruirlo, impulsada desde el máximo nivel y por cadena nacional, con denunciantes sobornados que se arrepienten). Pero en los alrededores de Sergio y de Mauricio se encargan de tirarle espeso flit a su idea superadora. Para enturbiar el puente entre Tigre y Barracas.
Si los consultan, Sergio y Mauricio lo van a desmentir, dirán “son locuras de Puerta”. Como corresponde a dos políticos que aprendieron el oficio.

Por otra parte, Sergio aguanta también las operaciones bien intencionadas de Eduardo Duhalde, El Piloto de las Tormentas (generadas).
Duhalde quiere acercarlo a Sergio, en cambio, con Daniel. En nombre de la unificación del peronismo superador.
Una idea que recibe flit, según nuestras fuentes, desde todos los costados.