Líder de culto y fenómeno delictivo

Cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Carlos Kirchner, El Furia.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“puto y ladrón/
lo queremos a Perón”
(consigna anónima)

Líder de culto y fenómeno delictivo

“Un fuera de serie. Hacía política hasta cuando dormía. Pero le gustaba mucho la guita. Demasiado”, sintetiza la Garganta.

La “guita”, en principio, era sustancial para “hacer política”. Después, con el poder acumulado, la “guita” pasaría a convertirse en el gran obstáculo. No había manera de gastarla. Se desconocía, incluso, dónde ocultarla.
A cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Kirchner, El Furia, correspondería celebrar al militante apasionado. A quien no “dejó las convicciones en la puerta de la Casa Rosada”.
Aquí, precisamente, reside la clave del dramatismo que atormenta a La Doctora, la heredera. Que en mayo de 2003 El Furia ingresaba en la Casa de Gobierno con sus “convicciones” reconocidas. Dispuesto a aplicar su metodología de interpretación del poder, inspirada en la“pasión recaudatoria”.
Es el origen de los “desastres seriales” por los que La Doctora debe responder hoy. En momentos de alta sensibilidad, cuando el temor de los adversarios se diluye. Y se animan a impugnarla hasta los empresarios.

El Furia supo construir admirablemente el poder mientras, en simultáneo, consolidaba el Sistema Recaudatorio de Acumulación.
Mecanismo que el portal exploró desde sus comienzos, con el propósito exclusivo de entenderlos. Se remite a los textos iniciales que componen “La Marroquinería Política”, o “El Descascaramiento”. Editados mientras El Furia vivía. Cuando “podía defenderse”.

Construcción y evaporación

Líder de culto y fenómeno delictivo

En nuestros seminarios privados, suele rescatarse la epopeya del fenómeno kirchnerista. Sobre todo entre mayo de 2003 (cuando El Furia accede al gobierno e inventa Austral Construcciones con Lázaro, El Resucitado) y octubre de 2005. Cuando le perfora la provincia (inviable) de Buenos Aires a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Y conquista la hegemonía total.

Junto a Hugo Chávez, El Furia se dio el horrible gusto diplomático de humillar a George Bush, El Junior, en Mar del Plata. Fortalecidos, ambos extintos, por la prepotencia respectiva del petróleo y de la soja.
Para no ser menos, La Doctora se animó también a maltratar a Obama, El Keniano, en el pleno reciente del Consejo de Seguridad. Con argumentos políticos que no ocultaban el desborde del resentimiento. Por no haber evitado la expresión de la justicia de Estados Unidos. Por no haberla salvado -El Keniano- de la dilatada siesta de la mala praxis, que depositó a la Argentina en el descenso del default y sus derivaciones previsibles. El maldito discovery, que habilita a los sabuesos irascibles de Paul Singer, El Buitrero, para husmear entre cuentas inquietantes.
“Partes sustanciales de un todo complejo, más amplio”. Restos de recaudaciones producidas mientras El Furia, en simultáneo, construía la propia mítica que lo completa. Sopapeaba a Bush, “maltrataba corporaciones culposas”, abusaba de la centralidad desde el conflicto, obligaba olímpicamente al heroico general Bendini a subirse al banquito y retirar los retratos impresentables.

Líder de culto y fenómeno delictivoDurante sus mandatos, La Doctora no pudo disfrutar de la complacencia de la gran prensa que supo festejar a su marido. Aunque mantuviera, a su lado, en el arranque, a Alberto Fernández, El Poeta Impopular. La pobre enfrentó severas derrotas, se enroló en causas perdidas, pero registró sus propias recuperaciones. Hasta debió improvisarse para el rol de La Jefa.
En los citados seminarios, así como se trata la epopeya de la hegemonía, desfila también la transformación del poder que se evapora. Sin darle siquiera importancia al clavel inerte de Boudou, El Descuidista, reconocido como el primer gran error de la estadista viuda.
Debe estudiarse la instancia que se extiende desde abril de 2012 hasta octubre de 2013. O sea, desde que en el estadio de Vélez se lanza el movimiento de buscapinas “Unidos y Organizados”. Cuando La Doctora decide la tontería abrupta de “ir por todo”. Junto a los incondicionales incentivados a fuerza de presupuesto de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Hasta que Sergio Massa, el titular de la Franja de Massa, le perfora, a su vez, Buenos Aires, la provincia inviable.

Líder de culto y fenómeno delictivoEn cuatro años, La Doctora supo mantener, como pudo, los trapos. Pero no supo sustituir el trípode de poder con que gobernó, como dueño, su marido. Junto a Hugo Moyano, El Charol, y Héctor Magnetto, El Beto. Suponer que con el sindicalismo adicto de Yasky y Caló, y con los buscapinas de Unidos y Organizados, podía suplir los servicios que le brindaba Moyano, es tan absurdo como suponer que con las publicaciones satelitales de Szpolski y Gvirtz, y con las escenografías de Grossman, podía suplirse el extinguido favoritismo que le dispensaba Magnetto. Y menos aún con Magnetto -o sea Clarín- en contra.
Es el medio como enemigo. Resignado, dispuesto a informar para no morir.
Así sea tardía, que sea bienvenida la información.

“Con Néstor era distinto”

Aparte de una fortuna tan indescifrable como oscura, El Furia le dejó a La Doctora un gobierno con destino clavado de naufragio. Pero cabe consignar que ella aprendió a encarrilarlo. Contó con la inestimable docilidad del peronismo en estado vegetal, que se adaptó a la ficción del rol de conductora. De Jefa.
Entonces La Doctora se lanzó a jugar al solitario con la política. Nadie puede culparla que continúe, aún hoy, con el juego en soledad. Confronta con la tendencia hacia la destrucción, contra la indignación de los sectores gravitantes de la sociedad que no encuentra -por suerte- quien los represente.

Líder de culto y fenómeno delictivoCon la iniciativa acaparada, La Doctora se dedica a envolver a los opositores envueltos con las construcciones épicas que sirven para simular el gran fracaso. Mientras se entrega a la seducción generacional de los jóvenes brillantes, que colaboran -junto al peronismo vegetal- para introducir el país en la ciénaga. Sin que se note, en exceso, las marcas del fango. Pero se ampara el negacionismo que indica que no existe el fango, como tampoco existe el default, ni el desacato, ni el estancamiento de la inflación.

Líder de culto y fenómeno delictivoPor si no bastara, La Doctora sabe que a sus espaldas prospera, entre los canallas que se colgaban del vestidito negro y dicen defenderla, otra interpretación.
“Con Néstor era distinto. Con Néstor esto no pasaba”.
Aunque aquella pasión recaudatoria de El Furia signe las verdaderas pesadillas actuales del gobierno. Por aquella ilustrativa franqueza que lo inducía a abrazar las cajas fuertes que ansiaba llenar.
Cuatro años después, La Doctora trata audazmente de reconstruir a El Furia como el máximo líder popular. Una versión desgarbada de San Martín contemporáneo, un objeto de culto para venerar. Mientras en simultáneo, la gran prensa sobrecargada de información, prefiere presentarlo, por derivaciones de la pasión recaudatoria, como un fenómeno delictivo.
El Furia sostiene, acaso, la compleja combinación de ambas interpretaciones antagónicas.
No deja de ser -la suya- una proeza.

Oberdán Rocamora

Por la pasión recaudatoria

El pasado sistema de acumulación signa la política y la geopolítica.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari

Introducción
Dinámica de “Intratables”

“Los triunfadores que aquí quieran decir Ni Vencedores ni Vencidos están fritos”, confirma la Garganta.
Acecha el riesgo de la venganza.
En cuanto el cristinismo cese, los vengadores no se detendrán hasta “exponer los zapatos y las carteras de la Presidenta”.
(Los vengadores ya ni siquiera soportan su voz).
Trátase de un excelente estímulo para luchar. Resistir y permanecer. En defensa propia. Deben mantenerse las cuotas de poder que aseguren la tranquila capacidad ambulatoria.

Para Oximoron, el peor de los productos del cristinismo es el anticristinismo ciego. El que se opone sin la menor contemplación.
Es tan peligroso y equivocado como el cristinismo negacionista. El que no asimila la mínima crítica. Y contraataca con descalificaciones globales. Mientras avanza entre los papelones, con el escudo protector de la soberbia.
Ambas radicalizaciones -para Oximoron- se retroalimentan. Hasta alejarse del tratamiento racional.
Signan las claves patológicas del país que presenta el diálogo imposibilitado y ausente.

Ocurre que se impuso la dinámica televisiva de “Intratables”.
Exitosa invención de la creativa productora Liliana Parodi. Impone, en América tv, la ficción del debate. Un intercambio oral que se funde -y confunde- con la mera confrontación.
Tratar un tema nunca implica debatirlo.
La ficción culmina habitualmente entre los griteríos que Santiago del Moro trata de atenuar. No se entiende nada pero se refleja, con rigurosa claridad, el desconcierto del momento político que transcurre. Y se soporta.
Nadie emerge como vencedor en el país de los Intratables. Pero se logra el objetivo de neutralizar al que juega, en el show, el rol del adversario.
El esquema “Intratables” fue adoptado, acaso a su pesar, por el sobrio conductor Gustavo Sylvestre. El que también se jacta -como Del Moro- de “dar lugar a todas las voces”. A través de una metodología que Luis Majul también trafica, desde hace más de un lustro.
Tal vez Oximoron deba encarar, al respecto, un informe especial. Prometido.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

——————————————————————————————————————————–

1.- Las partes del todo

“Tienen todo”, confirma otra Garganta. ¿Quiénes tienen todo?
Robert Cohen, un “boga”. Y sobre todo Jay Newman.
Es Jay otro “boga”, pilar decisivo de Paul Singer, El Buitrero Mayor del Fondo NML.
Cabe consignar, en principio, que a don Singer lo único que le interesa, de la Argentina, es cobrar. No lo moviliza la menor fascinación imperialista. Ningún atisbo de índole moral.
Néstor Kirchner, El (extinto) Furia, era el único que podía haberse entendido bien con Singer. Conocedor del mismo lenguaje práctico. Lástima.

Trasciende que Los Buitreros se jactan de conocer, con los detalles más inquietantes, las partes sustanciales que de ningún modo conforman el todo.
Porque el Todo es, según nuestras fuentes, mucho más amplio. Diversificado, extendido, complejo.
Pero con las partes del todo que tienen los Buitreros es suficiente para apretar. Como si el gobierno argentino fuera apenas una naranja.
Claro que extorsionan, por supuesto. ¡Vaya novedad! Pero extorsionan a quienes están seguros de encontrar en falta. Con las colas sucias.

2.- Cuentapropismo y centralidad

Con El Furia no existía el cuentapropismo. Después de todo era un atributo que hoy debiera valorarse.
El sistema de acumulación lubricaba con armónica brutalidad. Nadie podía comerse una aceituna que no le correspondiera, sin su consentimiento.
La pasión recaudatoria existía, pero estaba centralizada. El comercio era mayorista. No para cualquiera. En el desorden de la retirada es bastante más fácil.

Es precisamente la consecuencia de aquella pasión, insaciablemente inagotable, la que signa la desdichada actualidad política.
Ya no sólo en el ámbito nacional, donde los antiguos excesos se mantienen relativamente controlados. A resguardo, merced a la mayoría parlamentaria. Y a la instrumentación de los jueces adictos, que padecen, según nuestras fuentes, síntomas prematuros de culposidad. Por las operaciones perceptibles, por lo que trasciende, entre los alrededores de las familias. Se trabaja sobre los hijos, los amigos, el circuito social.
“¿Hasta cuándo vas a jugar tu prestigio por quienes se la llevaron?”. “Pensá en los que deben cargar con tu apellido”.

La pasada pasión recaudatoria signa, también, el desplazamiento en el plano internacional. El precipitado giro hacia la esfera de Rusia y China, que se acentúa a través de los conocimientos medulares que brotan, desesperadamente, desde Estados Unidos.

3.- Muñeca Brava

El antimperialismo bipolar coincide con la honda necesidad de combatir las tormentas que admite el “discovery”.
Es, en definitiva, otra consecuencia de la larga siesta de la mala praxis.
Por la incompetencia indolente y descuidada de Carlos Zannini, El Cenador, estratega imaginario. Y por el amateurismo, en materia de gestión, que suele caracterizar a la banda copadora de Axel Kicillof, El Gótico.
El Volteador de Muñecos pero sólo después de haber volteado intelectualmente a La Doctora. La muñeca brava.

La carencia de profesionalismo, para los seguimientos temáticos, de los improvisados, condujo a la Argentina hacia el descenso del default (que el “negacionismo” niega). Y hacia la atrocidad del desacato (que se minimiza).
Causas de la ansiedad con que Argentina se dirige hacia la sabiduría milenaria de China. O hacia a la tradicional intolerancia de Rusia.
La habilitación del discovery es infinitamente más perjudicial que el sobreactuado efecto de aquella nostálgica Cláusula Rufo.
Es por el atributo del discovery que Los Buitreros indagan, con espantosa facilidad, entre las cuentas abundantes de las empresas truchas que se descubren.

4.- Los caminos de Lázaro

Son las ramificaciones dispares del máximo colaboracionista de la pasión recaudatoria estudiada. Lázaro, El Resucitado.
Decir Lázaro significa aludir a El Furia. Por cuestiones sucesorias, significa también aludir a La Doctora. La Muñeca Brava que se encierra sola en la trampera del “dilema sustancial”. El que Francisco, San Borocotó, no puede confortar. Ni resolver. Apenas puede contenerla.
En el primer tramo, con admirable destreza, La Doctora supo manejar la herencia política del extinto. Pero nunca logró acertar en el manejo de la herencia económica. De ninguna manera atañe a los lineamientos encarados por los instrumentales ministros de Economía. Responsables, en gran parte, de la siesta dilatada.
Aquí se alude a la herencia acumulada por la pasión recaudatoria. A las multiplicadas ceremonias monótonas, casi mecánicas, de años de amontonamiento espiritual.
Deriva en una cuestión estructural de Estado. Que arrastra a La Doctora y -sobre todo- a “los chicos”. A quienes se les dio mucho más poder que protección. Con dedos pegoteados de membrillo, que Los Buitreros se disponen a utilizar cada tanto.
La patología hoy marca la estrategia geopolítica del país. Y sobre todo el diseño de la estrategia judicial, instrumentada a través de los jueces sólo temporariamente adictos. Los que tal vez no se comprometan, en el fondo, según nuestras fuentes, en ofrendar sus carreras por los excesos de la recaudación idílica. Gestada en años de metodológica impunidad, y cuando ni siquiera acechaba el furor amenazante de los vengadores.

Jugar el destino en el despacho de Griesa

La tristeza de endeudarse para pagar las deudas.

Escribe Bernardo Maldonado-Kohen
Nueva York, especial

Salvo que Dan Pollack -flamante intermediario impuesto por el juez Thomas Griesa- nos llegue con la “stay” (cautelar) bajo el brazo, en seis días Argentina ingresa en el descenso -aún evitable- del default.
Significa confirmar que la fecha fronteriza no es el 30 de julio, como se creyó con optimismo. Es el 30 de junio. El lunes próximo.
“La postergación del pago por 30 días sólo activa el seguro privado que tienen los bonos”, confirma la Garganta.

Manual de equivocaciones escogidas

En la antología de las equivocaciones escogidas del cristinismo no podrá faltar la idiotez de publicar las solicitadas. En Wall Street Journal y en New York Times.
El error se explica con un fundamento cronológico: las páginas fueron alquiladas antes de la admirable acrobacia que La Doctora protagonizó el viernes. Fue la arena de tres pistas de Rosario. Cuando se pasó de acusar “extorsión” a suplicar por mejores condiciones para pagar.
El destino inmediato del país se debate, en adelante, en el despacho del juez Griesa, de primera instancia. Es en el último piso, el 16 (que tiene para él solo) del edificio de Pearl al 500.
Desde sus ventanales se participa de la generosa tarjeta postal de Manhattan. Un mero complemento de la sobria escenografía.
El Juez, un decano venerable, ya tiene un “master en argentinos”. Cuentan que se acostumbró a que los funcionarios lo maltraten desde los medios de comunicación.
No puede decirse que la situación lo divierta. Tampoco que las diatribas lo irriten. Son las contingencias de dirimir en un caso que mantiene fuertes tensiones, tan dramáticas como emocionantes.
Consta que Los Buitreros de Paul Singer están pendientes de las declaraciones de nuestros lenguaraces. Las mandan traducir para depositarlas, con perversidad documental, en la mesa de entradas del despacho.
Sin embargo, que le puntualicen las diatribas desde las páginas alquiladas de los medios que leen sus nietos en New York ya comienza, según las fuentes, a alterarlo.
Para colmo, en las solicitadas lo acusaron de tener animosidad contraria hacia los intereses de la Argentina. Insinúan que es juez y parte.
“En inglés básico el gobierno argentino quiere decir que Griesa trabaja para los litigantes”.
Que no cumple con la obligación de la ecuanimidad. A cambio, probablemente, de alguna recompensa pecuniaria.

Es tratar de corrupto a un jurista que sólo tiene para cuidar, a esta altura, el jardín de su prestigio.
Aparte de ser grave, la acusación es idiota, ya que el Estado Argentino, “una de las partes”, necesita de su cooperación. Sobre todo si pretende encontrar otra salida más racional para “la cosa juzgada”.

Repetir el error de Videla

Con el tenor de solicitadas semejantes, La Doctora -acaso sin saberlo- reitera el error primario del general Jorge Rafael Videla.
Aquel Videla autorizó al ministro Martínez de Hoz para contratar a la Agencia Burson-Marsteller (ahora instalada también en Buenos Aires). Fue a los efectos costosos de encargarse de construir la inutilidad de otra imagen del gobierno militar, en vísperas del Mundial ’78.
Curiosamente, durante el Mundial 2014, y desde la democracia, La Doctora sigue el ejemplo de Videla. Autoriza al ministro Kícillof para alquilar las mismas páginas que alquiló Martínez de Hoz. Para reproducir las palabras alquiladas que no persuaden, en definitiva, a nadie. Sirven apenas, según las fuentes, para indisponer aún más al juez decano, que ya se encuentra lo suficientemente harto de los desmanes.
Consta, por ejemplo, que Griesa ni siquiera vaciló en levantar la cautelar. El “stay” que impedía, a Los Buitreros, encarar la carnicería de los embargos.
El “stay” que ahora, en una cartita doliente, el ministro Kícillof solicita restablecer. Pide una “medida suspensiva”. Para pagarle a los reestructurados, sin que los carniceros le embarguen los fondos.
Pero Griesa disponía de competencias para mantener aquel dichoso “stay”, sin que se lo pidieran, durante 25 días más. Así Argentina presentara, ante la Corte, un “re-hearing”. O sea, una reconsideración. Una apelación que la Suprema Corte iba nuevamente, con seguridad, a rechazar. Pero que podía permitirnos ganar (o perder) un poco de tiempo.
Sin embargo “la estrategia del pedal” (cliquear) tratada en un texto anterior, se fue a la lona. Cuesta rescatarla. Imposible levantarla, en realidad, con solicitadas.

Testimonio de una rendición

“Primero, los argentinos no tienen que hablar más de negociación”, aconseja la Garganta de Wall Street. “Ni siquiera en los medios de Buenos Aires”.
Hablar de “negociación” aquí irrita -por lo que trasciende- hasta el paroxismo. No tiene cabida ninguna “negociación” cuando ya no hay nada que “negociar”. Podía haberse “negociado” años atrás.
Ahora sólo debe tratarse la “forma del pago”. Sin ninguna posibilidad de desplazar el “lugar” del pago.
“Lo de pagar en Acoyte y Rivadavia, olvídese, no va”, asegura otra Garganta.

Sin abusar de la lógica mundialista, que se apodera hasta de los Woody Allen de Manhattan por el desempeño de la selección (norte)americana, a los argentinos les conviene -para la Garganta- dejar de hablarse encima.
“Se hacen, con las palabras, muchos goles en contra”.

Lo importante es que, en su magnífica lección de acrobacia, La Doctora ahora decide pagar. Tardíamente. Debió haberlo decidido dos años atrás. Cuando se padeció el fallo adverso de la Cámara.
Pero La Doctora expresa la decisión de pagar como consecuencia de una capitulación. Es la resignación fatal, ante la derrota inapelable.
“Ponerse como una gansa” implica, en su caso, el testimonio de una rendición.
Abandonar las imposturas que la hicieron regularmente temible. Pero sólo por la imprevisibilidad de persistir.
Es el peor complemento para una credibilidad absolutamente desmoronada. Imposible, a esta altura, de reconstruir. Es la muestra cara de la fragilidad.
Cuesta entonces tratar formas de pago con Griesa. O ahora con el flamante lawyer Pollack, en Park Avenue. Desde una posición tan vulnerable.
En todo caso, La Doctora debería atender la sugerencia de Consultora Oximoron (ver “Estamos, Butch, en problemas”). E intentar una Moncloa rápida. Una Moncloa express. Una Moncloa reducida y veloz para impulsarle cierta consistencia a su sorprendente resignación racional. A la decisión de pagar que debiera acordarse con los eventuales sucesores. Sea Macri, Massa, Binner, Cobos, Sanz, o el desmarcado Scioli.
Los que tienen que hacerse cargo de las extraordinarias facturas que La Doctora les va a legar.

Fracaso colectivo

Debe asumirse la tristeza de endeudarse para pagar la deuda. Vicios del círculo.
El énfasis del modelo -como la moral- está también por el piso. El relato del modelo sostiene un desenlace lúgubre. Final abierto.
Las críticas, ahora, son tan innecesarias como los lamentos.
El ridículo es demasiado obvio. Como son obvias las contradicciones. Los comparativos del declaracionismo.

Debe asumirse también que Argentina se transformó en el hazmerreir del continente (la gozan, en secreto, los vecinos cordiales que amagan con solidarizarse).
Es el ejemplo del estado fallido, por culpa de la imaginativa irresponsabilidad de una dirigencia alucinada.
Colmada, eso sí, de pedantes a veces simpáticos. De inteligentes que suelen destacarse por la superioridad individual que dramatiza, en el fondo, el grandioso fracaso colectivo.

Final con Buscapinas

Hoy analizar el comportamiento de La Doctora implica regodearse.
Enumerar las imposturas representa ya una manera del encarnizamiento.
Correspondería sacar el tema de las primeras planas. Dejar la cuestión de los holdouts para los especialistas. Los que presuntamente conocen de las sutilezas de las pari pasu, o los pormenores de la clausula Rufo.
Pero es imposible desalojar el tema del primer plano. Porque “el infierno tan temido” -que tan bien describía Juan Carlos Onetti- se encuentra muy cercano.
Habrá que resignarse, como La Doctora. Endeudarse para pagar la deuda. Y celebrar también la aparición providencial de los buitres dobles. Los buitres al cuadrado.
Son los Buscapinas. Los financistas internacionales que se aproximan para encargarse del negocio despojado de la capitulación.

 

Estamos, Butch, en problemas

Ineptitud, Mala praxis. Falta de credibilidad. Sin fiado.

Moncloa, cancelación de PASO y adelantamiento electoral

sobre Informe de Consultora Oximoron

Redacción final Carolina Mantegari, especial para JorgeAsísDigital

————————————————————————————

Introducción

Credibilidad agotada

“Para negociar, la Presidente argentina hoy es un impedimento” confirma la Garganta, telefónicamente, desde New York. “Y con su ministro de Economía es peor”.

Continuar leyendo