El fin de semana se conmemoró el 75° aniversario de La Noche de los Cristales Rotos, aquellos pogromos y ataques organizados contra los judíos de la Alemania nazi y Austria durante la noche del 9 y 10 de noviembre de 1938. Los terribles hechos fueron disfrazados por los nazis como una reacción espontánea de la población civil ante el asesinato de un diplomático alemán en París, perpetrados por un joven judío polaco. Pero lo cierto es que fueron orquestados por el propio Hitler, junto a Joseph Goebbels con la ayuda de las SS, las SA y juventudes hitlerianas. (Como recordó el mismo Goebbels en su diario: “le expongo el asunto al Führer. Él decide permitir las manifestaciones y retirar a la policía. Los judíos deben sentir la ira popular”). El resultado: 91 judíos asesinados, mil sinagogas quemadas, escuelas, hospitales y viviendas saqueados, 7 mil negocios de judíos rotos y el punto de inflexión a partir del cual comenzaron las detenciones y traslados a campos de concentración de Sachesenhausen, Buchenwald y Dahau.
Pero ¿qué pasa hoy, a 75 años de esa fatídica noche y tras el horror del Holocausto? Las entidades que luchan con el antisemitismo y el racismo en general alertan sobre el incremento del odio racial en el mundo (según un informe anual de la Universidad de Tel Aviv, la violencia y el vandalismo antisemita aumentaron un 30% a nivel global).