¿El milagro argentino u otra oportunidad perdida?

En las próximas elecciones presidenciales no se vota únicamente quién se cree que será un mejor administrador del Estado. En estos 12 años de kirchnerismo Argentina se ha transformado en un país donde la sensación es que es el individuo quien está al servicio del Estado, en lugar de ser este quien esté al servicio del ciudadano. Los problemas económicos de Argentina no son meramente de gestión, sino que tienen raíces en la concepción que la dirigencia política tiene sobre cuál debe ser el rol estatal.

Parecería ser, no obstante, que los candidatos a presidente dudan sobre la dirección y la profundidad de las reformas a realizar a partir del 11 de diciembre. Esta no es, sin embargo, la primera vez que un presidente asume en un contexto donde tiene la oportunidad de producir el gran cambio que vuelva a poner a Argentina en un sendero de crecimiento a largo plazo. En 1983 Raúl Alfonsín dejó pasar la oportunidad, lo que dio como resultado la década perdida. En 1989 Carlos Menem desaprovechó la ocasión y endeudó al país al punto tal de dejarlo a pasos del default y la crisis del 2001. En el 2003 Néstor Kirchner dejó pasar nuevamente la oportunidad de reformas profundas; tras 12 años, el proyecto K entrega el país en estanflación, default y serios desequilibrios fiscales. Es como si Argentina se resistiese a dar por superada su etapa peronista. Existen casos históricos de reformas institucionales exitosas pro mercado que deberían ser inspiración de la dirigencia política. El siguiente gráfico muestra, junto con Argentina, el caso de Alemania (1946), España (1960), Chile (1975) e Irlanda (1995). Continuar leyendo

A las puertas de un doble default

Si nos guiamos por las propias palabras del gobierno, Argentina estaría cerca de entrar en un default de su deuda pública sin siquiera haber terminado de salir del previo. Si bien es difícil predecir qué pueda suceder luego de entrar o no en default, sí es importante tener un diagnóstico acertado de cuál es el problema de fondo para no repetir los mismos errores. Bien podría decirse que Argentina no aprendió del default del 2001 si a poco más de una década se encuentra ante un problema similar (el famoso “una crisis cada 10 años en Argentina”). Si bien la situación amerita velocidad de reacción por parte del gobierno, hay dos puntos importantes importantes de resaltar para que no se pierdan en el análisis de corto plazo. En primer lugar el rol del déficit fiscal, en segundo lugar una diferencia fundamental en este default respeto al anterior que no parecer estar recibiendo la atención que merece.

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