Desde hace ya tres décadas, los municipios asumen cada vez más responsabilidades: son los primeros receptores gubernamentales de las múltiples demandas ciudadanas y los principales responsables del desarrollo local, en articulación con otros actores no estatales. Este proceso descentralizador -no siempre impulsado formalmente- ha generado, en consecuencia, impactos directos sobre sus funciones y presupuesto, y enfrenta a los gobiernos locales cotidianamente a nuevos desafíos de gestión. Temas como la seguridad, la educación o la salud públicas, así como aquellos referidos a la promoción económica o la protección social, ganan terreno en las agendas públicas locales.
A esto se suma la general escasez de recursos que suele condicionar a la mayoría de las gestiones municipales de nuestro país. Los municipios, en general, solo pueden recaudar tasas por contraprestación de servicios o por el uso del espacio público, tributos que casi nunca se ajustan por inflación o por el crecimiento de la actividad económica. Y sus arcas aun dependen en gran medida de transferencias provinciales (coparticipación) y en menor medida de transferencias nacionales.
Esta convergencia de crecientes demandas ciudadanas y restricciones presupuestarias obliga a los líderes locales a aplicar su creatividad y pensar nuevas formas de gestionar y hacer frente a los problemas sociales para responder a las demandas ciudadanas.
Como corolario de estas singulares circunstancias surge un enorme potencial innovador en los municipios argentinos, que se constituyen en auténticos laboratorios de experimentación en políticas públicas a lo largo y ancho del país. Realizar un seguimiento de iniciativas innovadoras implementadas a nivel municipal es un ejercicio muy interesante y enriquecedor que puede ilustrarnos respecto de lo que se puede lograr cuando el hombre pone en marcha su creatividad y asume nuevos desafíos.
Este ejercicio es el que propone el Premio a la Innovación en la Gestión Pública para la Equidad y el Crecimiento (www.cippec.org/premio), una iniciativa de CIPPEC que busca no solo destacar las políticas públicas innovadoras de la Argentina, sino también inspirar a todos los gestores públicos y construir un espacio de intercambio que potencie las capacidades de los tres niveles de gobierno de forma tal de estar a la altura de las demandas ciudadanas actuales. En su primera edición, el Premio recibió 49 postulaciones de políticas innovadoras de 10 provincias y 15 municipios de todo el país. En el nivel municipal, las políticas postuladas evidencian los múltiples aspectos que supone innovar en el sector público y dan cuenta de una preocupación central de las áreas metropolitanas: cómo gestionar integralmente el espacio urbano.
Algunos administraciones innovan incorporando tecnología a la gestión que ayuda a agilizar procesos y aumentar y mejorar el caudal de respuestas del gobierno a los ciudadanos. Otros integran información para la toma de decisiones tanto públicas como individuales, abren el diseño e implementación de políticas públicas a la participación ciudadana o se asocian con organizaciones sociales o empresas para impulsar políticas con alta legitimidad local. Incorporan novedosas políticas de gestión de la educación inicial o asumen proactivamente responsabilidades respecto a la gestión del riesgo para conseguir ciudades más resilientes a situaciones críticas como inundaciones u otras catástrofes. Las iniciativas son de lo más variadas.
El potencial de replicabilidad que tienen todas estas políticas es enorme y difundirlas es un aporte concreto y valioso para mejorar el debate municipal y alentar la colaboración intermunicipal. Premiar a los innovadores también genera una sana competencia y aspira a motivar a miles de funcionarias y funcionarios públicos a destacarse por su creatividad.