La campaña de Binner a favor de un supuesto “país normal” sería risueña si no tuviera ribetes dramáticos: toda la estructura policial santafesina está infectada por los negocios del narcotráfico y la trata de personas. El brutal atentado con catorce balazos contra el mismísimo gobernador Antonio Bonfatti confirma hasta qué punto los grupos de narcos armados y con gran logística gozan de impunidad y libertad de acción.
Además, en el supuesto “país normal” de Binner también hay grandes ganadores y grandes perdedores. Los gigantes como Cargill no pagan Ingresos Brutos, mientras el 75% de los trabajadores del Gran Rosario sufre el desempleo, subempleo o sobreempleo. Ganancias exorbitantes e hiperexplotación van de la mano: Binner es un títere de los empresarios.
Por si quedaran dudas de su derechismo, luego de responsabilizar a los inmigrantes por la pobreza, su excandidata a vicepresidenta, Norma Morandini, realizó un acto por la defensa de los derechos humanos en Venezuela con los referentes de la derecha que apoya al “escuálido” Capriles. Binner ya había elogiado a la derecha pro yanqui del país caribeño, pero no había llegado al colmo de reivindicar los derechos humanos con sectores golpistas. Ahora sí.