No es materia de esta nota abocarse al análisis técnico sobre el fallo de la Corte en relación a la constitucionalidad de la Ley de Medios. Se trata de abordar la forma en la que este fallo fue tomado y las consecuencias sobre la imagen del tribunal que sobrevendrán como resultado de ello.
El fallo de la Corte Suprema sobre la extenuante Ley de Medios está rodeado de sospechas y ha puesto al máximo tribunal en una situación de la que durante años se cuidó. Ahora ha quedado en el medio de un desaguisado político y jurídico e -inevitablemente- toda decisión futura será materia de desconfianza.
Lo que ha quedado explícitamente demostrado es que existieron contactos fluidos entre la Corte y las máximas autoridades del poder político en el Gobierno, lesionando uno de los principios más importantes del Estado de Derecho, como es el de la independencia entre los poderes.