Preocupado por el aumento del valor del dólar y su posible incidencia en el valor del combustible, el ministro de Economía Kicillof desempolvó el viejo y fracasado mecanismo de desdoblamiento cambiario para intervenir en el mercado interno de hidrocarburos.
En tal sentido, informó a funcionarios representantes de la OFEPHI y a ejecutivos de las empresas petroleras que el gobierno estaba pensando en un “dólar petróleo” -inferior a la cotización del oficial- de 6,88 para la liquidación del crudo en el mercado interno.
En un contexto económico donde la Argentina necesita desesperadamente capitales privados para que inviertan en exploración y producción de hidrocarburos, una medida de esas características sólo lograría alejar a los inversores, quienes lógicamente buscarían alternativas más rentables y previsibles. De más está decir que esta falta de inversiones no tardaría en tener incidencia en el empleo, generando paralización en los yacimientos y su consiguiente impacto social.